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Tras la tormenta, viene la esperanza

Varias cadenas programan especiales para recordar la tragedia de Fukushima

Aurora Intxausti
Un soldado limpia una carretera de escombros para permitir el paso de grúas y excavadoras.
Un soldado limpia una carretera de escombros para permitir el paso de grúas y excavadoras.PAULA BRONSTEIN (GETTY IMAGES)

Además de una tragedia de incalculable tamaño, el tsunami que causó el desastre nuclear de Fukushima ahora hace un año, entró en los hogares de medio mundo con la fuerza de unas imágenes que parecían irreales en su inconmensurable dramatismo. El planeta entero quedó pegado al televisor aquel 11 de marzo, imantado por unas instantáneas que escondían cifras escalofriantes: 16.000 muertos; más de 4.000 desaparecidos y 80.0000 afectados. Para recordar aquellos días, varias cadenas de televisión echarán este fin de semana la vista atrás (y hacia el futuro, donde surgen los atisbos de esperanza de una sociedad que lucha por la reconstrucción y el merecido olvido).

La periodista Almudena Ariza, corresponsal en Pekín de RTVE, se ha trasladado hasta la localidad de Fukushima, la más afectada tras el tsunami de 14 metros que barrió la central nuclear de Fukushima Daiichi y dejó inutilizado el suministro eléctrico y los sistemas de refrigeración, para contar (TVE-1, 21.30) a los espectadores de Informe semanal cómo se encuentra la zona y cómo viven sus habitantes un año después de la catástrofe. Bajo el título Las heridas del tsunami, el programa recuerda cómo fue la tragedia y, en paralelo, se muestran imágenes de la zona actualmente. Testimonios que reflejan la filosofía de vida del pueblo nipón y ponen de relieve su capacidad de superación de los desastres logrando montar negocios en los lugares más inhóspitos.

Por su parte, las cadenas especializadas National Geographic y Discovery (diales 61 y 62, respectivamente, de Canal +) también emitirán el domingo programas especiales. Esta última ha programado un verdadero maratón sobre Japón que se iniciará a las 21.15 y finalizará pasada la medianoche. En el primero de los reportajes, Mega-terremoto: la hora en que tembló Japón, se ofrecerán entrevistas con aquellos que vivieron el terremoto y posterior tsunami y pudieron grabarlo con sus propios medios. Los afectados, que ahora viven como refugiados, revelan cómo fueron los ocho minutos en los que padecieron el terremoto de 8,9 puntos en la escala de Richter y la ola que viajaba a más de 800 kilómetros por hora. Esos testimonios darán paso a Pesadilla nuclear: Japón en crisis, programa que descubrirá el coraje de los trabajadores de la central nuclear, quienes decidieron quedarse a prestar su ayuda sabiendo que estarían expuestos a la radiación mortal. Su valiente decisión contribuyó a calmar la situación.

El actor japonés Ken Watanabe se traslada hasta Tohoku, al noroeste del país, para relatar a los espectadores una visita por una región devastada y cómo sus habitantes han luchado durante este año para reconstruir el lugar. A partir de las 23.45 se estrenan tres capítulos de la serie Reconstruyendo Japón en los que se muestra el trabajo de ingenieros y científicos. Las cámaras visitarán Rikuzentakata, una población que quedó destruida. El alcalde del pueblo, Futoshi Toba, perdió a su esposa ese día, pero ha sido incapaz de pararse a llorar su muerte y su obsesión es que sus vecinos puedan lograr vivir en una ciudad del futuro.

Casi a la misma hora (21.30), National Geographic Channel conmemora la tragedia con una programación especial que incluye el estreno de un episodio de la serie Segundos catastróficos y la emisión del documental Testigos: la tragedia de Japón. El reportaje de la citada serie está centrado en la central nuclear y de cómo los reactores comienzan a calentarse y terminan produciéndose dos explosiones que la destrozan y dispersan la radiación. Japón se enfrenta en ese momento a la peor emergencia nuclear desde Chernóbil. Lo hace siguiendo la investigación de un experto internacional en energía nuclear para averiguar qué pasó y si se pudo hacer algo para evitarlo.

El segundo reportaje se ha podido efectuar gracias a la pasión que sienten los japoneses por las cámaras y las nuevas tecnologías. Los afectados no dudaron ni un segundo en grabar con sus vídeos y teléfonos móviles lo que estaba ocurriendo. Las imágenes muestran casas dobladas como naipes y desolación. En aquellos momentos los rostros de los afectados reflejaban terror, dolor y desolación. Hoy, apuestan por la supervivencia y por la recuperación de un pueblo que se hace más fuerte después de las tragedias.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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