Por un pueblo olvidado
La tragedia del pueblo saharaui estará presente en el Festival de Berlín Un documental producido por Bardem y un largometraje de ficción llevan el Sáhara a Alemania
“El hecho de ser españoles y saber y ver lo que nuestro país hizo en el pasado y que en el presente sigue evitando hacer con respecto a los derechos y libertades de este pueblo hace que la experiencia deje una huella muy profunda.... no es tanto una sensación de culpa, sino de responsabilidad histórica”. A Javier Bardem, su visita al Sáhara, hace casi cuatro años, le cambió la vida. Desde entonces, cuando compartió la jaima de la familia de Hafda, una niña de cinco años, que se dirigía a él como “el gordo que ronca”, está involucrado de manera decidida en la lucha a favor de los derechos del pueblo saharaui, abandonado por la comunidad internacional. Su última acción -—creó la plataforma Todos con el Sáhara, ha recogido firmas, ha hablado en las Naciones Unidas,...— responde al título de Hijos de las nubes, un documental que produce y conduce él mimo —es su segundo trabajo como productor tras Invisibles— y que este jueves se estrena en la sección oficial Special 2012 del Festival de Cine de Berlín.
Hijos de las nubes no será la única aportación española contra el olvido del Sáhara en el certamen berlinés. El largometraje de ficción Wilaya, dirigido por Pedro Pérez Rosado, y en el que se narra el reencuentro de dos hermanas en uno de los campamentos de refugiados, también se adentra en la tragedia de los más de medio millón de saharauis repartidos entre los campos y los territorios ocupados por Marruecos. Wilaya se presenta el pasado lunes en la sección Panorama.
“Es un verdadero honor y privilegio poder estrenar en Berlín. Ojalá ayude a que el documental tenga una vida más larga y que más gente pueda acercarse a esta realidad del pueblo saharaui a través de la película”, asegura Bardem, vía correo electrónico, pocos días antes de aterrizar en la capital alemana para presentar Hijos de las nubes, junto al director del largometraje Álvaro Longoria, su compañero de fatigas en el descubrimiento de la tragedia del Sáhara, desde que compartieron la misma jaima en aquel viaje iniciático.
El documental, con un decidido tono didáctico, fechas y datos jalonan los 90 minutos del metraje, introduce al espectador en la historia del pueblo saharaui, un objetivo complicado por la cantidad de intereses económicos y geoestratégicos internacionales que, según Longoria, impiden la solución a este problema que se arrastra desde hace más de 35 años. “Nuestra intención ha sido la de acompañar al espectador en el mismo viaje que iniciamos nosotros hace cuatro años, con el descubrimiento de una realidad de la que no teníamos conciencia plena. Es un pueblo olvidado por la comunidad internacional”, explica Longoria, un productor metido por primera vez a director.
Por Hijos de las nubes desfilan políticos, historiadores, periodistas y estudiosos de distintas nacionalidades y organismos internacionales, aunque, a lo largo de los cuatro años de preparación, se han encontrado con una gran oposición por parte de muchos de los implicados. Representantes de Francia, Argelia, Estados Unidos, España, la ONU o Amnistía Internacional, también ciudadanos saharauis como la activista Aminatu Haidar, hacen públicas sus reflexiones en Hijos de las nubes. Con una ausencia significativa y que, en opinión de Longoria, es el fracaso del documental: el Gobierno marroquí que se negó a intervenir. Por parte española habla el expresidente del Gobierno, Felipe González, pero han sido muchos los que rechazaron su participación como Javier Solana, José María Aznar y el exministro de Exteriores del gabinete de Rodríguez Zapatero, Miguel Ángel Moratinos, que dio plantón a Javier Bardem una hora antes de la cita acordada.
La belleza de las imágenes de Hijos de las nubes, el magnetismo del desierto se mezcla con el desasosiego, la rabia y la desesperanza de ese pueblo olvidado. El actor no se muestra demasiado optimista sobre el futuro del Sáhara. ”Una película documental no va a producir grandes cambios, solo deseamos que se pueda entender un poco mejor la situación, las causas y los diferentes panoramas de presente y futuro. Espero que la solución ocurra antes de que se produzca un final más dramático”, explica.
El olvido y de nuevo el recuerdo. Esa es la sensación que tiene Pérez Rosado con el pueblo saharaui, al que desde hace años viene prestando una atención especial como realizador de documentales y largometrajes de ficción. Wilaya es uno de los campamentos de refugiados en el Sáhara occidental. Es también el título de su última película, la que narra la vida en ese campo a través de una española de origen saharaui que se ve obligada a regresar a los campamentos tras la muerte de su madre y donde se reencontrará con su hermana, una mujer con problemas de movilidad.
Wilaya, un empeño muy personal del productor José María Morales, está protagonizada por actores no profesionales pero con una veracidad apabullante. “Es la historia de dos hermanas que se necesitan y están atrapadas en dos sociedades”, explica Pérez Rosado, para quien “los habitantes de Wilaya caminan entre lágrimas de arena porque saben que de un campo de refugiados no se puede salir”. Atrapados y, de momento, olvidados.
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