El año que Cibeles perdió su nombre

La 55 edición de la pasarela antes conocida como Cibeles que hoy empieza estrena nombre y fecha. Un acuerdo con Mercedes-Benz ha provocado que la principal cita de la moda en España sea bautizada de nuevo como Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. La marca de automóviles también da nombre a la semana de la moda de Nueva York o Berlín. La organización del certamen que dirige Leonor Pérez-Pita no revela la cuantía de la aportación económica de Mercedes-Benz, pero sí especifica que en esta edición entre el 40 y el 45% del presupuesto procede de 13 sponsors. Hace seis meses, estos desembolsaban el 30% de los tres millones de euros que cuesta el evento. El resto lo proporciona Feria de Madrid (Ifema).

El otro cambio significativo en la presentación de las colecciones de otoño/invierno 2012 está en el calendario. Tradicionalmente, los desfiles en Madrid se solapaban con los de Londres y sucedían justo después de que Nueva York terminara. Esta vez, España se anticipa a EEUU. Esto sucede en un momento especialmente sensible a los cambios de fechas, ya que las cuatro grandes capitales de la moda (Nueva York, Londres, Milán y París) han pasado varios meses enfrentadas por los días en que presentarán sus colecciones a partir de septiembre de 2012. “Me aterraba que la pelea entre Nueva York y Milán pudiera acabar por aplastarnos”, afirma Solana. “Así que nos hemos liado la manta a la cabeza y hemos adelantado casi dos semanas nuestras fechas para iniciar el calendario internacional”.

Aunque es dudoso que la industria internacional vaya a otorgar a Madrid esa notoriedad como "cita que inicia la temporada", Pérez-Pita asegura que el cambio ya ha provocado que se doble la prensa extranjera acreditada. “Antes tenían que elegir entre Londres y nosotros; ya no”, razona. Según los datos de Ifema, en septiembre 2011 se recibieron 50.162 visitantes -entre compradores, prensa e invitados- y de los 1.400 periodistas acreditados, un centenar eran extranjeros. La nueva y más temprana ubicación en la agenda provoca también que la pasarela coincida con la feria profesional textil Salón Internacional de la Moda de Madrid (SIMM) que se celebra en el mismo recinto. En la presentación de la pasarela, el lunes por la noche en la sala de exposiciones Alcalá 31, Esperanza Aguirre quiso destacar que así "se reúnen en el tiempo a los principales agentes del sector'".

Los cambios de nombre y calendario, sin embargo, no se notan demasiado en las entrañas de la cita. El programa de desfiles conoce pocas variaciones respecto a las últimas ediciones. Se ha caído Adolfo Domínguez, que atraviesa un momento económico complicado y ha decidido replantear su estrategia, y se añade una marca de joyas, Aristocrazy. Que la línea juvenil de la joyería Suárez sea la única incorporación se hace especialmente difícil de entender cuando el calendario paralelo, denominado Off, aparece más atestado que nunca. Hasta 12 marcas presentarán sus colecciones en lo que antes se llamaba “el entorno Cibeles”. Muchas de ellas son nombres emergentes que han obtenido diversos grados de reconocimiento y que podrían renovar el pétreo cartel oficial. Algunos, como Etxeberria, ya se han curtido en la plataforma destinada a los jóvenes (El Ego), pero encuentran dificultades para dar el salto ya que nadie parece dispuesto a ceder su plaza. Diez creadores enmarcados en esta plataforma cerrarán, el día 5 de febrero, la pasarela antes conocida como Cibeles.

“En el Off están muchos diseñadores que podrían estar en el calendario principal, pero que por cuestiones presupuestarias o de saturación no podemos absorber”, reconoce Pérez-Pita. Los diseñadores del Off no cuentan con la infraestructura de espacios, iluminación, montaje, maquillaje y modelos que Ifema proporciona a las 44 marcas que participan en Mercedes-Benz Fashion Week Madrid y en El Ego. Excepto, especifica Pérez-Pita, en el caso de Aristocrazy. “Ellos se pagan las modelos, ya que no es una propuesta exactamente de moda”. Las marcas que desfilarán en Ifema contribuyen al certamen con una cuota de 5.000 euros, una cantidad mucho menor de la que supondría una presentación independiente.

Entre los diseñadores que mejor han aprovechado las posibilidades del calendario paralelo están Álvaro Castejón y Arnaud Maillard. Crearon Alvarno en 2010 y han mostrado sus cuatro colecciones en el Off. A pesar de la inversión que supone la aventura en solitario prefieren presentar en suntuosos espacios como el palacio de Fernán-Nuñez que en el pabellón 14 del recinto ferial. Ayer por la noche tomaron la Residencia de Francia para "recrear en el la privacidad de los salones de alta costura franceses", según las notas de una colección titulada Baroque&Roll. En su caso, la ubicación es parte del mensaje y el público parecía estar mucho más cerca de convertirse en un potencial cliente de la marca de lo que a menudo sucede en las gradas de Ifema.

Al año y medio de su estreno, Alvarno exhibe una madurez y una factura que solo explica su biografía anterior. Se trata de dos creadores formados en París y a la sombra de Karl Lagerfeld: Maillard pasó 15 años en su estudio y Castejón, nueve. A su cuarta presentación acudieron desde el embajador francés y la alcadesa de Madrid hasta Laura Ponte, Tamara Falcó o Carmen Lomana pasando por una nutrida representación de los medios de comunicación especializados. Su éxito de convocatoria contradice una creencia antaño extendida: que los desfiles en el Off nunca contarían con la misma afluencia que los oficiales.