El "dislate" del Festival de Mérida
Los afectados por impagos denuncian "graves irregularidades" del gerente y del consorcio del patronato
El asunto tenía que estallar por algún lado. Y ha estallado por donde más apretaban las costuras. Los perjudicados, varios cientos, a los que el patronato del Festival de Mérida no ha pagado sus trabajos, o les adeudan una parte, o nunca les dio de alta en la Seguridad Social, o les han pagado sin la documentación en regla. Gentes del teatro que han intervenido en los espectáculos programados en la pasada edición de esta muestra reconocida internacionalmente, entre los que hay actores, técnicos, músicos, figurinistas, escenógrafos, iluminadores y una larga lista de profesionales en la que se incluyen las directoras del certamen, la actriz y directora Blanca Portillo, y la productora Chusa Martín, quienes hoy han afirmado: "Todo lo que nuestros compañeros han contado es absolutamente cierto".
Todos han sufrido y sufren situaciones irregulares, que aún sorprenden más cuando se trata de una relación laboral con un consorcio en el que están representadas todas las administraciones públicas (Ministerio de Cultura, Junta de Extremadura, Ayuntamiento de Mérida y Diputación), además de varias cajas bancarias.
La profesión escénica sabía de los impagos que este patronato adeudaba a muchos profesionales
La profesión escénica sabía de los impagos que este patronato adeudaba a muchos profesionales. Y el problema no era solo de este año, sino también de otras ediciones pasadas, tal y como el anterior director del festival, Francisco Suárez, denunció, señalando como responsable a la gestión de la muestra. Los últimos damnificados se han unido y hoy han dado a conocer, con los abogados que les representan, lo que califican de "dislate" permitido por la gerencia del festival. Todos apuntan como primer responsable al gerente, Pedro Salguero, quien representando al patronato, ha firmado los contratos.
En el caso de los que intervenían en La asamblea de las mujeres, espectáculo dirigido por Laila Ripoll, al ser una coproducción con el productor privado Enrique Salaverría, que luego trajo el espectáculo al teatro Gran Vía de Madrid, la situación es aún más curiosa, ya que existe contrato con administración pública, pero no hubo manera de que pudiera llegar a firmar el empresario privado con la muestra emeritense a pesar de su insistencia. "Algo que no es normal", aseguran los abogados Luis Villa y Alberto Fernández Palacio, que representan a muchos de los damnificados, aunque añaden que todos los que han participado en la muestra tienen problemas, ya que los que han logrado cobrar lo han hecho tarde o con la documentación sin estar en regla.
"Actuación fraudulenta"
"Veremos hasta qué punto es una actuación fraudulenta esta irresponsabilidad y falta de diligencia de Salguero", señalan del gerente que, según afirmaron, tiene una auditoría en marcha, aunque aún no se conocen los resultados.
En el encuentro con la prensa había mayoritariamente artistas de La asamblea de mujeres, como Emma Ozores, Secún de la Rosa, Gracia Olayo, José Luis Torrijo, Lourdes Novillo; La orquestina del Valle (con todos sus músicos), Felipe Ramos y Mamen Godoy, pero también había muchas adhesiones, como la de Isabel Ordaz, Marta Etura y representantes de otros espectáculos, como Antígona, dirigida por Mauricio García Lozano, entre los que se encontraban el figurinista Pedro Moreno y el actor Antonio Gil. Este último, al ser preguntado si se había encontrado alguna vez con una situación parecida, ya que él, como primer actor de Peter Brook, Dan Jemmet y Simon Mc Burney, entre otros, ha viajado por teatros de los cinco continentes, comentó: "Ni esto, ni nada parecido lo he vivido nunca; no tengo palabras para describir lo que ha ocurrido y lo que tenemos claro, como colectivo, es que nos gustaría agostar vías para un posible acuerdo, porque nos duele mucho que el festival se vea perjudicado". "Quien está permitiendo esto tiene una responsabilidad histórica con los que han construido este festival, empezando en 1933 por Margarita Xirgu y Rivas Cheriff, porque no se pueden permitir estos chanchullos inaceptables, además a ver quién se atreve ahora a participar en el festival si le llaman, después de lo ocurrido".
La callada por respuesta
Los abogados de muchos de los damnificados han buscado soluciones hasta que han visto que solo reciben la callada por respuesta. Además señalan que no solo no han cobrado por su trabajo, sino que además muchos han tenido que pagarse desplazamientos, dietas, manutención, etc, y se han visto obligados a pedir créditos, para pagar sus propias cuotas, pero también los intereses bancarios: "Que una entidad de derecho público haga estas cosas es realmente raro y, más aún, cuando son muchos los trabajadores por los que no han devengado ni un día en la Seguridad Social, no es razonable por parte de instituciones públicas que han dispuesto de cuatro millones de euros para esta muestra", señalan los letrados, quienes van a demandar, tanto por vía laboral como por vía mercantil, lo que les pertenece a estos trabajadores, cuya cuantía no se puede calcular, ya que, a los 50.000 euros impagados a sus primeros representados, se están sumando los de muchos que ahora se incorporan a la reclamación global.
Algunos profesionales comentaron que los que lograron cobrar algo fue a base de amenazar con no hacer su trabajo. El caso del figurinista Pedro Moreno, que logró un Goya por el aún hoy alabado vestuario de El perro del hortelano, de Pilar Miró, no deja de ser curioso, ya que él, para la elaboración de los trajes, trabaja con una ayudante y con la reconocida tintorera María Calderón, y para que ellas cobraran tuvo que asegurar que retiraba los trajes: "A María llegaron a decirla que le habían ingresado sus honorarios sin ser cierto, y no hay que olvidar que las directoras del certamen lo han pasado muy mal, porque finalmente son ellas las que nos llaman y son compañeras, pero siempre han estado con nosotros e incluso nos han informado puntualmente de lo que les decían a ellas, también mentiras, hasta que en noviembre terminaron su trabajo, ya que avisaron que bajo ningún concepto continuarían, y se fueron de allí, también sin cobrar sus honorarios".
La actriz Gracia Olayo días atrás llegó a llamar a empleados del Festival de Mérida para recabar información, y se encontró con que a estos les adeudaban las nóminas de cinco meses y les habían dado vacaciones. Lo que todos destacan es que el criterio existente para pagar a unos y adeudar a otros "es un misterio" que no logran resolver.
Por su parte, la Unión de Actores, el sindicato más importante de los cómicos, estuvo representado por Iñaki Guevara y dejó claro que, mientras los actores no tengan los mismos derechos que todos los trabajadores, no habrá nada que hacer: "Todo esto se tendría que haber cortado con un buen delegado sindical". A lo que añaden los damnificados: "Lo que no se puede permitir es perjudicar así a un festival de prestigio internacional".
Babelia
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