La cámara galáctica que bate récords

Ante ella pasaron tropas de asalto imperiales y jedis. Vio despegar al Halcón Milenario y sufrió el calor insoportable de Tatooine, el planeta de los dos soles. Inmortalizó el éxito de los rebeldes y el estallido de la Estrella de la Muerte. Tras tantas aventuras por el espacio, la cámara Panavision PSR 35mm que George Lucas usó para rodar el primer capítulo de La guerra de las galaxias en 1977 ha marcado un hito mucho más terrenal: los 467.000 euros que el pujante triunfador de una subasta en Beverly Hills (EE UU) pagó por ella es la cifra más alta jamás desembolsada por un objeto relacionado con La guerra de las galaxias.

La cámara pertenecía anteriormente a Debbie Reynolds. La actriz y madre de Carrie Annie Fisher, la princesa Leila de la saga galáctica, decidió añadirla a una subasta de sus objetos, organizada por Profiles in History, tras el fracaso del proyecto de abrir un museo con sus pertenencias más valiosas. Cual musa del nuevo propietario, el paquete incluye también una foto de George Lucas con la cámara durante el rodaje de La guerra de las galaxias.

Los 467.000 euros ofrecidos por el anónimo pujante son también una de las cifras más altas que se haya pagado nunca por una antigua cámara de cine. El diario británico The Guardian señala por ejemplo como otra cámara de la misma subasta, utilizada por Stanley Kubrick para rodar 2001 Odisea en el espacio, fue vendida por algo más de 52.000 euros.

Naves galácticas y espadas láser

Antes de que la Panavisión PSR 35mm estableciera un nuevo récord, en la cima de la lista estaba una nave galáctica. Más exactamente, la miniatura de un TIE fighter (el caza más famosos del Imperio) por la que en 2008 se llegaron a pagar más de 300.000 euros. Por algo menos, unos 179.000 euros, fue adquirida la espada láser que acompañaba a Luke Skywalker por los caminos de la Fuerza. Y el casco que garantizaba la supervivencia de Darth Vader en El imperio contraataca (1980) le costó a un pujante en 2003 poco más de 50.000 euros.

Seguramente el mundo sea demasiado grande como para soñar con que estos fans se encuentren algún día y reúnan sus conquistas en pos de una séptima entrega de la serie. Aunque hablamos de una historia en una galaxia de decenas de planetas en la que dos hermanos y un padre coinciden de repente en unos pocos metros cuadrados; o sea, que hasta el universo es un pañuelo.