Una desigual jornada femenina
'Sleeping beauty', de la australiana Julia Leigh, ha abierto el concurso.- 'We need to talk about Kevin' es un drama dirigido por la británica Lynne Ramsay
Jornada femenina por excelencia la de hoy de Cannes. El concurso se ha abierto con Sleeping beauty, de la debutante australiana Julia Leigh. Venía apadrinada por Jane Campion y con cierto ruido de película de morbo. A lo primero, Campion busca malas ahijadas. A lo segundo, sí, juega con el morbo, pero poco más. Una cosa es jugar y lo otro hacer cine, aunque sea con el rostro enigmático a ratos, aniñado en otros de Emily Browning. Los descensos a los infiernos hay que contarlos mejor: la autodestrucción adolescente ha tenido mejores reflejos en pantalla.
Otra cosa es We need to talk about Kevin, otro filme con sellos de calidad previos: la protagoniza Tilda Swinton, se basa en la gloriosa novela -dicen quienes la han leído- de Lionel Shriver, y dirige la británica Lynne Ramsay, realizadora de Movern Callar y Ratcatcher. El drama se las trae, porque contar la vida diaria de la madre de un monstruo, de un adolescente que parece la encarnación del mal, junto con flashbacks que describen el crecimiento del chaval y la carcoma familiar, es complejo. En la rueda de prensa, Swinton ha ejercido de madre del equipo, heterogéneo como pocos: Ramsay, el coguionista; el productor, John C. Reilly, marido del personaje de Swinton y por tanto padre del monstruo; y Ezra Miller, que clava al adolescente.
Comienzo en la tomatina
El filme arranca en la tomatina, la fiesta anual que se celebra en Buñol, con Swinton bañada en restos de la hortaliza; su personaje es una periodista de viajes que deviene en prudente madre de familia. Desde ese momento, el rojo es el color que guía los peores momentos, los de violencia tanto soterrada como explícita, en la pantalla. "Es una elección visual hecha ya desde el guion", aseguraba su directora, que también tomó otra decisión arriesgada: quitar todos los pensamientos que trufan la novela. "El libro era muy denso y por eso hemos decidimos solo inspirarnos en él", asegura la actriz. Muy cierto, y por eso su Eva funciona a través de sus ojos: "Creo que las palabras han hecho la vida muy difícil a las miradas en el cine y creo que hay películas que se vienen abajo cuando los actores empiezan a hablar". "Lo importante", apunta la directora, "es que hemos respetado todo el viaje emocional de Eva". Al final, ¿de quién es la culpa de crear un hijo así? En el equipo de la película no hay duda: "De la madre", responden casi todos, y John C. Reilly también apechuga con la responsabilidad de su personaje: "Es el típico padre que intentan suavizar el enfrentamiento, que con su amor incondicional cree que se reparará todo. Por eso su hijo se aprovecha de él". Como remata Ezra Miller: "Solo se respetan los enemigos que están a la altura".
La mañana también da juego en el Mercado de Cannes, donde se ha anunciado lo que era ya un secreto a voces en la industria cinematográfica española: el acuerdo entre Vértice 360, Green Moon (Antonio Banderas) y Quinta Communications para coproducir Autómata y Solo, dos proyectos cinematográficos internacionales de gran presupuesto. La primera la dirigirá Gabe Ibáñez (Hierro), y es, según Vértice, "una visión épica y futurista del momento en el que la civilización humana es alcanzada por la inteligencia artificial. Situada en un mundo en el que el ecosistema terrestre está al borde del colapso, Autómata será una original exploración de la relación entre el hombre y el robot". Contará con 35 millones de dólares de presupuesto. En 2012 llegará el rodaje de Solo, que protagonizará, dirigirá y producirá Antonio Banderas. El guionista es Erik Jendresen (Hermanos de sangre) y, según el comunicado de prensa, "este drama cuenta la historia de un soldado que acaba de volver a casa, aquejado de estrés post-traumático y sumergido en un mundo de pesadillas y alucinaciones".
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