La casa Balmain prescinde de Decarnin como director creativo
El diseñador francés no apareció en el último desfile de la firma, el pasado marzo en París
La casa Balmain ha anunciado esta mañana que el diseñador francés Christophe Decarnin, de 46 años, dejará de ser director creativo de la firma parisiense, tras cinco años de colaboración. El pasado mes de marzo, Decarnin no apareció en el desfile de otoño/invierno 2011, lo que disparó toda clase de rumores. La postura oficial era (y sigue siendo) que estaba en reposo por prescripción médica ya que se encontraba "mentalmente exhausto".
"Desde 1945, la casa de Pierre Balmain ha sido una de las marcas líderes de la industria de lujo francesa", dice el presidente de la marca, Alain Hivelin, en el comunicado emitido hoy. "El trabajo de Christophe Decarnin ha contribuido al éxito que la marca ha disfrutado en los últimos años". Se espera que el nombre de su sustituto se conozca en pocos días. Fuentes cercanas a la compañía dan por seguro que se tratará de alguien del equipo.
Decarnin llegó a Balmain en 2005, cuando la casa ya había abandonado la alta costura. Había pasado siete años en Paco Rabanne, y en poco tiempo, consiguió que sus diseños altamente sexuales pusieran de nuevo en órbita a Balmain. Sus prominentes hombreras, vestidos de lentejuelas y camisetas agujereadas fueron objeto de incontables copias. Aún así, aumentaron las ventas de la compañía -inmersa en un ambicioso plan de expansión en Asia- en un 50%. Sus exorbitantes precios alimentaron la polémica (¿pueden unos vaqueros raídos costar más de 1.500 euros?) y cimentaron el culto a su estilo. En 2008 el negocio se amplió con una colección masculina. Cuando Madonna apareció en el vídeo de Celebration con un vestido de tachuelas de su colección de otoño 2009 se oficializó el fenómeno al que se llamó Balmanía.
Descarado y hedonista
Un gusto descarado y hedonista que tenía poco que ver con el de su fundador. Pierre Balmain coincidió con Christian Dior cuando ambos trabajaban en Lucien Lelong, en los años 40, y compartía su visión de una feminidad romántica. Murió en 1982 y su casa sobrevivió con altibajos. Primero le reemplazó su ayudante desde los años cincuenta, Erik Mortensen. Entre 1992 y 2002 fue Óscar de la Renta quien firmó sus creaciones de alta costura; por la división de prêt-à-porter pasaron Gilles Dufour o Laurent Mercier.
La ausencia de Decarnin en el último desfile sucedió a los pocos días de que Dior despidiera a su diseñador, John Galliano. La coincidencia temporal de estas dos revelaciones (los problemas mentales del primero y las adicciones del segundo) suscitó interrogantes sobre la presión que una industria cada vez más global, veloz y voraz ejerce sobre sus creativos.
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