Arco pasa con nota el cambio de milenio
Satisfacción entre los galeristas por las ventas en la feria que cerró ayer
Tanto miedo había y tan mal había ido la temporada que casi daba apuro preguntar cómo iban las ventas. Pero, de manera sorprendente, eran los mismos galeristas los que se adelantaban explicando que habían vendido y que estaban más que contentos con esta edición de Arco que se cerró ayer con más de 150.000 visitantes. Carlos Urroz se mostraba categórico, pero no daba cifras económicas en estas declaraciones recogidas por Efe: "hago un balance positivo, se ha vendido más que el año pasado, se ha contactado con comisarios internacionales y se han dado a conocer artistas (...). Las líneas que se han tomado este año han funcionado y el año que viene habrá que mejorarlas y desarrollarlas".
"Lo más interesante es que se han visto caras nuevas, coleccionistas alemanes o belgas que mostraban mucho interés y compraban", señaló el galerista Carles Taché, que ha vendido tanto piezas de Santi Moix como de Bosco Sordi, de éste último concretamente un enorme cuadro monocromo rojo que costaban 65.000 euros. Se veían puntos rojos desperdigados en muchas galerías y, aunque nunca llueve a gusto de todos, en esta ocasión la consigna era casi unánime.
"Han comprado coleccionistas privados, que son los que tienen que aguantar la feria porque no tiene sentido vivir de las subvenciones o de las compras institucionales", indicaba el galerista Miguel Marcos, contento también ya que, entre otras obras, había vendido un gran cuadro de Ferran García Sevilla de 2006 por 45.000 euros. Parecidos comentarios se encontraba en la Sala Pelaires de Palma de Mallorca o en la madrileña Fúcares o Elvira González. La galerista Oliva Arauna explicaba ha funcionado mejor de lo que se esperaba y que ha habido más movimiento entre el coleccionista internacional que el español, más reacio y lento a la hora de decidirse.
Será señal de que efectivamente la crisis está durando más en España que en otros países. Pero si hay que hacerles casos, todos han vendido. Incluso las galerías extranjeras, generalmente tan quejosas. En la alemana Egen-Art, por ejemplo, vendieron un gran cuadro de Neo Rauch por 480.000 euros a un coleccionista extranjero y tenían otros reservados.
Lo que también ha resultado curioso es comprobar cómo muchos galeristas empiezan a mirar con envidia el mercado latinoamericano. Luis Adelantado abrió galería en México hace casi dos años y asegura que allí el mercado va viento en popa con mucho coleccionista emergente interesado por todo. "Es mejor incluso que el de Estados Unidos", afirma. El galerista Carles Durán, de la galería Senda, asegura que se está planteando en el futuro trabajar principalmente con ferias latinoamericanas, y alguna asiática, porque lo de Europa lo ve ya demasiado saturado o en decadencia. Y Carles Taché también se apunta a esta idea. "Lo empecé a intuir hace unos años al ver que surgían tan buenos cantantes de ópera y directores de orquesta sudamericanos", afirma este galerista melómano. "Si surgen un Vilazón o un Flórez es porque tienen gente que les apoya y escucha. Lo mismo puede pasar en el arte".
Este año ha habido sólo 11 galerías latinoamericana, pero todos confían en que irá creciendo la presencia en el futuro y se logrará atraer así para Madrid este nuevo coleccionismo emergente. Resultado, un Arco que comenzó temeroso y ha acabado, sino eufórico, al menos esperanzado.
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