La Berlinale, en 3D
Por primera vez la organización de este certamen incluye tres películas realizadas con esta nueva tecnología, una de ellas, el último filme de Wim Wenders
Es el día del 3D en la selección oficial de la Berlinale. Por primera vez, la organización de este certamen ha incluido tres películas realizadas con esta nueva tecnología, aunque aplicada en propuestas muy distintas: Les Contes de la Nuit, los cuentos de la noche, dibujo animado del maestro francés Michel Ocelot, Pina, el "Tanzfilm", es decir película de baile, del director alemán Wim Wenders acerca de la gran coreógrafa y amiga Pina Bausch, y Cave of forgotten dreams, (Cueva de los sueños olvidados), una producción estadounidense dirigida por Werner Herzog.
Érase una vez Michel Ocelot, un señor francés que empezó a contar cuentos y se enamoró de este arte. Su debut con el personaje Kirikou lo catapultó al éxito y de ahí no paró de encandilar a generaciones de niños y adultos. En Berlín, Ocelot presenta ahora la historia de dos actores y un director que están encerrados en un teatro de barrio de París y buscan ideas para contar historias. Le basta un escenario, un protagonista y algunos detalles para dar vida a historias inmortales que tienen lugar en mundos lejanos. El filme compite, a diferencia de los otros dos presentados hoy, para tratar de conseguir un Oso de oro.
En cada historia hay un hombre joven que se enamora de una princesa y tiene que superar varias pruebas para coronar su sueño de amor. Es un paradigma que se adecua con variaciones distintas en lugares míticos y distantes como las montañas de Tibet, Egipto, una tribu indígena del Caribe, África, donde el protagonista es un joven percusionista que usa su tambor para obtener lo que quiere, o la misma París, en la Catedral de Notre Dame. Son cuentos de antes de ir a dormir, sacados de leyendas de culturas distintas.
El filme es un homenaje al arte de contar, como actividad típicamente humana, y donde el 3D pasa a segundo plano frente a la potencia de la narración. "Los cuentos de hadas son mi lenguaje natural", asegura Ocelot en la rueda de prensa, "me siento tan cómodo contando cuentos como un pez en el agua".
Detrás de la película Pina, yace una historia dramática en la vida de Wenders que tiene que ver con una crisis artística y la muerte inesperada de una persona cercana. Desde 1985, cuando Wim Wenders encontró en Venecia por primera vez a la gran coreógrafa alemana Pina Bausch, ambos hablaron de la posibilidad de hacer una película juntos. En algún momento en los años 90, el proyecto se convirtió en una urgencia para Bausch, quien insistió para que su amigo director se pusiera a trabajar. Bausch quería luchar contra la naturaleza efímera de su arte, que solo existe en el escenario y es que las filmaciones realizadas hasta entonces de su trabajo la tenían profundamente decepcionada. En algún momento, Wenders tuvo que admitir que no sabía cómo hacer esa película, y el proyecto se detuvo.
En 2007, cuando Wenders vio el rodaje en 3D de un concierto de U2 en el festival de Cannes, supo que había encontrado la solución. Fue a Wüppertal, ciudad donde Bausch tenía su compañía de teatro de baile y juntos programaron el rodaje. Bausch, sin embargo, murió de un cáncer fulminante en junio de 2009, dos semanas antes de que comenzara el rodaje. "Me reprocho muchísimo no haber podido hacer esta película antes", dijo Wenders en entrevista con EL PAÍS, "desde 1985 habría interrumpido cualquier otro proyecto para hacer esa película si hubiese sabido antes cómo hacerla. No puedo situarla en ningún punto de mi carrera, es un monolito que yace ahí por sí mismo".
La película se realizó finalmente bajo forma de un documental donde se alternan las coreografías en 3D de algunas de las más célebres obras de Bausch, con entrevistas a sus bailarines, y donde pesa la ausencia casi total de Bausch y su mirada magnética, que solo aparece en algunas grabaciones de archivo. Es un filme que recuerda otra obra de Wenders, Alicia en las ciudades (1970), película que el director rodó en Wüppertal justo mientras Bausch fue nombrada directora de la sección de baile del teatro local, cuando aún no se conocían.
Wenders cree que el 3D tendrá desarrollos brillantes en los próximos años y en particular, "el futuro del 3D está en los documentales, (...) porque permite llevar al público directamente dentro de un sitio o a la vida de alguien". Y para confirmar su profecía, la Berlinale presenta el documental en tres dimensiones de otro gran maestro, Werner Herzog, Cave of forgotten dreams.
La Chauvet Pont d'Arc, en el sur de Francia, es un sitio donde se piensa que están las pinturas de cuevas más antiguas de la historia de la humanidad: se trata de unos 400 murales que podrían tener más de 30.000 años. No es un lugar accesible para turistas y también hay muchas restricciones para científicos ya que el simple aliento de las personas podría dañar este patrimonio. Ahí se adentra la cámara de Herzog, para llevar al público donde nadie puede entrar.
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