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Barceló dibuja el fondo del mar y la madre lo borda

Un barceló singular se ilumina entre las manos de la primera persona que conoció al pintor, Francisca Artigues, su madre. Miquel Barceló (Felanitx, 1957) dibujó a lápiz sobre una tela de lino y algodón, un paisaje con figuras del fondo del mar. La colaboradora borda las plantas y fauna marinas, a mano y ganchillo, con ojo sabio y criterio.

La obra, un mantel doméstico, de usar y lavar, de cinco por dos metros, avanza entre hilos y sorprende. Es arcaica y experimental, no marginal en la vorágine creativa, la permanente experimentación de Barceló, poliédrico y clásico. Parece un puntazo más del autor, "el furor" sin límites, según retrató la acreditada Dore Ashton.

"Miquel pintó en la tela corales rojos, esponjas, peces de arena, un clavell, un trèmol, -la raya que da calambres-, peleas. Parecen maravillas, es el Mediterráneo de aquí", explica Francisca. "Disfruto, me complace ("pas gust"). Espero que Miquel venga a casa (está en París) para concretar algunos detalles y decidir sus colores. Siempre agrega algo; le gustan imágenes algo cargadas, de hilo y color. Es difícil que no se escapen puntos al trabar porque se puede deshacer de golpe".

Francisca está envuelta por ese tapiz que crece lento a la luz tenue del jardín. Ha repasado el original para que no se pierdan trazos. Conoce la iconografía de su hijo y toda su trayectoria en galerías y museos porque le ha seguido por el Mundo.La revista Matador que Barceló ha dirigido publica las imágenes de la obra "emocional" madre-artista de una anterior etapa.

Barceló ultima una muestra en Hong Kong, ya localizó en Nueva York el enclave urbano central en que estará un año su escultura gigante el Gran elefant dret (de pie, sobre la trompa) que se vio en Madrid, Barcelona y Aviñón, donde quedará ante el Palacio de los Papas. Le gustaría verlo en el sky-line de su pequeño país de Felanitx.

Él abre uno de los cuadernos de sus caminatas por el Himalaya de los dos últimos veranos: una acuarela pálida y una nota de bustos de autócratas, un Stalin, y otros falsos otros mitos. En Vilafranca trabaja la arcilla blanda de sus paisajes o los ladrillos comunes crudos, con los que crea testas y cráneos bestiales. Sobre la chimenea del horno ennegrece, enhollina telas en las que su mano destapa espectrales y rayados autoretratos y figuras, cuadros fumats (ahumados) les dice.

Estudia llevar la acción Paso Doble con Josep Nadj que recorrió el planeta hasta el subsuelo de Amsterdam. En su estudio parisino la novedad son retratos sobre negro con lejía común, imágenes de amigos y familiares -estrellas de la comedia, poetas extravagantes y serios editores. En París y Artà, trabaja en dos cuadros de gran tamaño, uno blanco y otro negro de momento, para un experiencia parisina. Además se estrenará la película y el documental de Isaki Lacuesta, tiene un proyecto en estudio sobre sus acuarelas de La Divina Comedia, gesta otros proyectos literarios pictóricos y más viajes.

Randa y Barceló

Francisca Artigues atiende y se presenta como Randa (Bordado en castellano), es el apodo de su familia en Felanitx, es su identidad. Pintora amateur desde su juventud tuvo que ver en las primeras miradas del niño Miquel Barceló Artigues, así firmó en sus inicios. El mantel "Ahora me lo dibuja todo a lápiz -antes le entregó apuntes sobre papel-, me comenta y me sugiere, mientras avanzo. Llevo dos meses en esta mantelería y hoy mismo voy a Manacor buscar más hilos y colores", anota este sábado.

"Empecé a bordar a los cuatro años y lo dejé al ir a estudiar, después retorné. Primero le regalé a Miquel una mantelería con dibujos míos, hojas de plantas todas distintas, algunas recogidas por mí en India y racimos de uva". Más tarde hizo unas cortinas con figuras mitológicas de animales. "Miquel se animó y me entregó dibujos sobre papel de pulpos, sepias, calamares, una poteras (anzuelo-arte de pesca manual de calamar). Después ilustró la tela directamente".

En el futuro mar de sobremesa se ve ya una quisquilla rosa ensartada en un anzuelo de pescar raons, uno de los pescados más finos del Mediterráneo, con los colores del crepúsculo, dice él. El mantel será para el ajuar doméstico, de usar y lavar, pero es a la vez es una pieza artística, contemporánea, otro formato con técnica y soporte ancestral, punto mallorquín en cadenita.

Barceló arriesga en la cúpula del mar y las grutas para la ONU en Ginebra, de 1.500 metros cuadrados, o el lienzo cerámico de 14 metros de altura y 300 metros cuadrados en la capilla gótica de la Catedral de Mallorca. Usó el bordado virtual en papel en Libros para ciegos con e Evgen Bacar, con grabados táctiles y escritura braile. Algunas autoras vanguardistas, como Mona Hatoum, como han trabajado el tapiz bordado.

Francisca Artigues, con bordados de dibujos de su hijo, Miquel Barceló.
Francisca Artigues, con bordados de dibujos de su hijo, Miquel Barceló.

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