De una idea, algo útil
¿Es posible vivir de un invento? Muchos intentan triunfar en un mundo que solo da de comer a unos pocos
"El progreso se mide por la cantidad de mentes despiertas y en España hay muchas", comenta Manuel Mantellés de la asociación de inventores de Barcelona. Ideas locas que, con suerte, pueden hacer ganar dinero a su inventor. Aunque el invento en cuestión sea un tanto escatológico...
Josep Teixidor, inventor del Caki-can, es un ejemplo para sus compañeros. Con 60 creaciones a sus espaldas, está orgulloso de su trabajo. "Hace cinco o diez años, inventé un recogedor de excrementos de perros que surgió de una necesidad que yo veía". El artilugio es un mango para correas de paseo con dispositivo para recogidas de excrementos. Su uso es muy sencillo, "se abre el útil y se coloca la bolsa en el aro. La escobilla que sirve de fijación cuando el conjunto está cerrado, se envuelve con un papel o se introduce en una bolsita con el fin de no mancharla al barrer los excrementos hacía dentro de la bolsa de recogida". Una vez introducidos los deshechos de nuestra mascota en la bolsa, se saca la misma del aro en el que está colocada sujetándola por la parte superior para no notar ningún contacto con las heces, tirando de ella hacia abajo. Listo para tirar. "Pero decidí que había que mejorarlo, e inventé una manopla recogedora hecha de material reciclable u hojas de periódico". El éxito es tal que varios municipios de Cataluña han decidido instalar máquinas expendedoras del producto.
"Hace cinco o diez años, inventé un recogedor de excrementos de perros que surgió de una necesidad que yo veía"
"Hacer por el pantalón lo que el bikini hizo por el bañador"
"Es un secador de pie. Con forma de palo, sales de la ducha, y una vez te secas con la toalla, lo que te ayuda es a eliminar la humedad"
Una patente por 1.000 euros
"Con tantos inventos, tengo una experiencia muy larga en este medio, sé como comercializarlos". Algunas veces se los presenta a empresas, pero "los mejores me los quedo yo y los produzco", afirma. Reconocido inventor habla de "sus tres hijos preferidos". "Los que me han traído más alegría son: la persiana reversible, que no hace falta limpiarla desde fuera, una cubitera redonda, única en el mundo y la manopla". La patente le costó unos 1.000 euros.
Una licencia media en España cuesta unos 5.000 euros. "Si luego quieres abrir el mercado fuera de nuestras fronteras el gasto es mucho mayor", comenta Remedios de Matías, inventora junto a su marido de, lo que ella llama, unos pantalones mejorados . Su lema desde el principio fue "hacer por el pantalón lo que el bikini hizo por el bañador".
Un pantalón, dos perneras
La diferencia entre una patente nacional y una mundial son unos 6.000 euros. "En EE UU es más complicado, porque debes hacerlo por estados. Al final, lo mejor es que elijas los que más te gustan y pagues. Es muy caro". En su caso, la idea surgió de la intención de cambiar de perneras, "algo original y divertido. En vez de un pantalón tiene dos y además son cómodos. Los probamos durante un año. Están hechos de material elástico. Puede que vean la luz en tres o cuatro meses, según como vaya el plan de negocio", dice. "Lo perfecto sería conseguir a alguna famosa que los llevara".
De Matías explica que uno de los problemas fundamentales es que inventar en España es muy difícil, porque "el apoyo no existe y los gastos son infinitos". Ha obtenido el premio por diseño que otorga cada año el "club de inventores en Barcelona", que no tiene compensación económica, "pero sí reconocimiento". "Yo tuve suerte porque la idea surgió, teníamos unos ahorros y con eso estamos tirando".
El ingenio es importante, pero, según José Luis Galera, "sobre todo hay que ser valiente". Galera, de 55 años, es el creador del secador corporal. "Yo soy un hombre muy peludo, y me di cuenta que cuando me duchaba había sitios en mi cuerpo que no se secaban". Se define como una persona inquieta y dice que realmente la idea le surgió cuando vio a su hija secar a su nieto. "Es un secador de pie. Con forma de palo, sales de la ducha, y una vez te secas con la toalla, lo que te ayuda es a eliminar la humedad". El método es sencillo. El artilugio te detecta gracias a un dispositivo de movimiento. "Para controlar el calor, te acercas tú o te separas, el movimiento perfecto es como cuando se asa un pollo". Tiene un temporizador que a los 20 segundos se apaga."Es útil".
"La salida al mercado es muy mala", dice Galera, que ha inventado más artilugios. Disgustado con las empresas y desmotivado con la ardua tarea de la invención, sigue intentándolo. "Mandé la patente a unas ocho empresas. Solo una contestó, pero por lo menos lo hizo. Me gustó". "Son muchos gastos, mi familia es muy comprensiva, a veces quieren comprar algo y no pueden porque papa está inventando, son muy amables", se emociona José Luis.
Un invento para el coche
Fernando Torres llevaba trabajando en una compañía automovilística diez años cuando le entró el gusanillo de crear. Su primer invento fue un método para mejorar la seguridad en los vehículos. Con 45 años, su dedicación es paralela a su empleo. Su segundo invento surgió de una situación fatal. "Una noche me quedé dormido en el coche. Casi me mato". Se salió de la vía gracias a una camioneta que hizo sonar el claxon. "Cuando me desperté, me percaté que había perdido totalmente la posición vertical. Mi cabeza se inclinaba hacia el volante". Me dije, "Uno más uno, dos".
El "avisador de conductores", como él mismo lo ha bautizado, es un aparato que se sitúa en el reposacabezas. Gracias a una célula que detecta el movimiento, "o más bien la pérdida de la posición", se activa una alarma. "No sólo funciona cuando te duermes, sino cuando buscas algo en la guantera o te agachas porque se te ha caído el móvil". Preocupado por la seguridad, asegura que su método es bueno.
Teixidor, De Martías o Galera son los herederos de los grandes inventores "made in" España. Manuel Jalón Corominas inventó la fregona, o bayeta-escoba, como él la llamó. Y si a éste se le ocurrió ponerle una bayeta a un palo, Enrique Bernat tuvo una idea que enloquece a los niños: poner un caramelo en la punta de un palito: el Chupa Chups. Desgraciadamente para él, no se puede considerar invento propiamente dicho porque no le aprobaron la patente, aunque sí le autorizaron su comercialización.
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