Lapido sale del ángulo muerto
El ex compositor de 091 ultima el que será su sexto disco en solitario, en el que colaborarán Miguel Ríos y Quique González
El músico José Ignacio Lapido (Granada, 1962) no cree en la reencarnación y cada vez que graba un disco siente que "muere un poco". "Es un proceso agónico, como cualquier acto creativo", afirma. Ha muerto un poco en trece ocasiones a lo largo de su carrera. Ocho veces con 091, la banda a la que perteneció desde 1982 hasta 1996, y cinco desde que inició su carrera en solitario en 1999 con el trabajo Ladridos del perro mágico. Ahora está terminando la grabación de su sexto álbum en los estudios Gismo 7 de Paul Grau en Motril. "Cuando acabe me quedaré como perro al que le quitan las pulgas", comenta. Después, empezará a preparar el repertorio para los conciertos.
"Aún tengo la criatura sin bautizar", dice contestando a la pregunta sobre cómo se llamará el disco. Para salir del estudio aún le queda cantar algunas canciones "que no tenían la letra terminada y un par de cosas más". Una de esas cosas es grabar la voz de Eva Amaral, que posiblemente colaborará en el disco. No será la única. Miguel Ríos ha cantado en el tema La hora de los lamentos y Quique González en En medio de ningún lado. Los dos habían versionado en sus últimos discos dos canciones del álbum Cartografía que Lapido publicó en 2008: Miguel Ríos interpretó En el ángulo muerto y Quique González Algo me aleja de ti. Amaral participó en uno de los discos homenaje a 091. "Han sido muy amables y no dudaron un momento en aceptar cuando les pedí cantar conmigo. Ha sido un honor", afirma Lapido.
Lapido se ha rodeado de su banda habitual para la grabación de este disco.
"Cuando acabe la grabación me quedaré como perro al que le quitan las pulgas", comenta.
"Las letras de las canciones se han hecho de rogar. Las palabras estaban agazapadas, ocultándose de mí, y no las he visto hasta el último momento".
"Ahora mismo no tengo muchas ganas de grabar otro. A lo mejor no grabo más o a lo mejor grabo dos seguidos"
Rodeado de los de siempre
Lapido se ha rodeado de su banda habitual para la grabación de este disco. Víctor Sánchez, el guitarrista, está con él desde 2004. Raúl Bernal, líder del grupo Jean Paul, se encarga de los teclados desde En otro tiempo, en otro lugar, en 2006. Popi González ya grabó la batería del primer disco de Lapido en solitario en 1999 y regresó a la banda en 2007. Paco Solana se encarga del bajo desde ese mismo año. Durante el proceso de grabación de este álbum, Lapido ha seguido el mismo proceso que lleva utilizando desde que estaba en 091. "Llego al estudio con los acordes, con la melodía y con un idea primaria de los arreglos y de la dirección que se debe tomar. Luego, entre todos, vamos vistiendo la canción", comenta.
El nuevo álbum incluirá 12 ó 13 canciones, y otra u otras dos se quedarán para los singles, "para eso que antes se llamaba Cara B", según explica Lapido, que reconoce que ha desechado algunos temas. "Es una especie de darwinismo musical. Las que peor salen en el ensayo se quedan fuera, en el limbo de las canciones inéditas", comenta. Los títulos de algunas de las que han pasado el corte son Antes de morir de pena, Vuelta a empezar, El más allá, Nadie espera o Lo creas o no. Los protagonistas de esas canciones son, una vez más, "personajes secundarios con una rica vida interior y protagonistas atormentados". También volverá a haber perdedores, como en casi todos los anteriores discos de Lapido. Para muchos, sus canciones destilan pesimismo en cada uno de sus versos, y él mismo reconoce que decir que hay optimismo en sus temas "es un tanto aventurado. Tal vez hay un escepticismo tan puro que puede dar sensación de cierta alegría de vivir. Engañosa, por supuesto", asegura.
Letras que se esconden
Lapido está considerado por muchos como uno de los mejores letristas de la música española. Los versos de La canción del espantapájaros o de La noche que la luna salió tarde, ambas publicadas con 091, son coreadas con entusiasmo en sus directos cuando decide rescatarlas en su repertorio. Por eso, resulta curioso que el momento más duro para él en el proceso de composición de los temas sea, precisamente, escribir los versos que después cantará. "Las letras de las canciones se han hecho de rogar. Las palabras estaban agazapadas, ocultándose de mí, y no las he visto hasta el último momento", explica. Hasta hace tres meses, de hecho, Lapido tenía bastantes músicas, pero muy pocas letras, o "mucho folio en blanco y mucho miedo a rellenarlo", como él dice.
El disco se publicará con Pentatonia Records, sello creado por el propio José Ignacio Lapido en 2005 con el que ha lanzado sus dos últimos álbumes. "Al paso que vamos, dentro de poco solo quedarán tres o cuatro compañías de discos: Sony, Universal, EMI y Pentatonia. Aquí me tratan bien si no les pido adelantos de royalties", dice irónico. La fecha de la publicación aún no está fijada, aunque Lapido cree que podría salir en noviembre. "El día dos estaría bien, que es el día de los difuntos", comenta. Frases como esa han provocado que algunos de sus seguidores hayan empezado a temer que este sea su último disco. Él ni lo confirma ni lo desmiente: "¿Quién sabe lo que pasará mañana? Digamos que ahora mismo no tengo muchas ganas de grabar otro, dejadme que acabe este. A lo mejor no grabo más o a lo mejor grabo dos seguidos", comenta fiel a su estilo, el de tener muchas dudas y muy pocas certezas. "Creo en la Ley de la gravedad. ¿Te parece poco?", concluye.
Fragmento de 'Antes de morir de pena'
Guardo una llave oxidada en el bolsillo
Aún recuerdo quién me la vendió
Me dijo que con ella abriría el paraíso
Pero olvidó decirme cómo llegar allí.
Los sabios se reunieron en la trastienda
Dispuestos a encontrar la solución
Pero alguien les sirvió ginebra y se pusieron a cantar
Unos por martinetes, los demás por peteneras.
Antes de morir de pena
Brindaremos por nuestros fracasos
Antes de firmar la tregua
Gastaremos la munición
Antes de cambiar de idea
Cumpliremos el contrato
Antes de morir de pena, solos tú yo
Nos reiremos un rato.
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