Escritores de todo el mundo reivindican en Barcelona la libertad de expresión

Cuarenta intelectuales de todo el mundo se reúnen hoy y mañana viernes en Barcelona para debatir sobre los derechos lingüísticos y la libertad de expresión en unas jornadas organizadas por el ala catalana del PEN, la única organización mundial de escritores que existe. Durante la sesión inaugural, el filósofo y escritor canadiense John Ralston Saul, presidente internacional de la organización, alertó sobre el retorno del populismo y la vuelta con fuerza de ideas racistas propias del pasado. Saul, considerado una de las voces más lúcidas del momento y apodado como "profeta" por la revista Time, afirmó que "el mundo intelectual no puede mantenerse ajeno. Si creyese que no es así y que debemos mantenernos al margen, estaría tumbado en la playa tomándome un whisky. Representamos a los autores y debemos actuar".

El primer fruto de este encuentro fue la aprobación unánime de una resolución que aboga por detener las negociaciones que mantiene la Unión Europea con Túnez. La razón esgrimida es la posibilidad de que dicho país apruebe un decreto que prohibiría a los tunecinos criticar a su país frente autoridades y organizaciones extranjeras, con una pena de cárcel si así fuera de hasta cinco años. Según Saul "ello perjudicaría gravemente a periodistas y escritores. Nos estarían comparando con espías".

De la misma manera esgrimió que el PEN, fundando en Londres en 1921y con miembros tan ilustres como Paul Valéry, Thomas Mann, Mario Vargas Llosa, Pompeu Fabra o Carles Riba, "es el partido a favor de la torre de Babel".

El protagonismo ayer lo tomaron los representantes catalanes de la organización, entre los que se encontraban los periodistas, escritores y académicos Josep-María Terricabras, Patricia Gabancho y Dolors Oller, presidenta del PEN catalán. Si Gabancho denunciaba la existencia de una memoria única en Catalunya, Oller y Terricabras afirmaban que durante su periplo como académicos han vivido situaciones de tensión ligüística "al no poder dar clases en catalán en determinadas ocasiones, a causa de la asistencia de alumnos extranjeros que se negaban a intentar aprender el idioma". Sin embargo, paradójicamente, se vivió un momento de crisis y revuelo en el transcurso de la jornada, cuando Dolors Oller intentó hablar en la lengua autóctona, ante un auditorio compuesto por intelectuales de zonas tan diversas como Sierra Leona, el Tibet, o Eslovaquia. El traductor tuvo que salir al estrado y parar el debate, para repartir auriculares de interpretación automática, al grito de "¡estamos debatiendo sobre derechos lingüísticos y la mitad de la sala no nos entiende, subsanémoslo!".

El PEN, cuyas siglas se referían en un principio a poetas, ensayistas y novelistas, en la actualidad cuenta con 140 sedes repartidas alrededor del mundo y agrupa también a periodistas y académicos. Para el futuro la organización, formada por 14.000 miembros, se marca varias metas: Conseguir mayor notoriedad y utilizar un lenguaje alejado de parafernalias para atraer al público joven y adaptarse, así, a los nuevos tiempos.