El ballet de Béjart sobrevive al menos hasta 2014
El Ayuntamiento de Lausanne decide financiar la institución tres años más
Maurice Béjart, uno de los mejores coreógrafos del mundo, murió hace tres años. El 22 de noviembre de 2007, el genio dejó de respirar y su compañía, el Béjart Ballet Lausanne, se vio obligada a contener el aliento. La continuidad de ese grupo de bailarines que se disputan los teatros de medio mundo quedaba en el aire. El Ayuntamiento de la ciudad de Lausanne (Suiza) donde tiene su sede ha sido su máximo benefactor y sin su apoyo económico, el ballet no podría sobrevivir.
Béjart nombró antes de morir como heredero artístico de su compañía a Gil Roman, su mano derecha en la última década. Roman tuvo que acarrear en sus espaldas la noticia de que los responsables políticos le daban tres años para decidir si la inyección monetaria continuaría o no.
En el documental El esfuerzo y el ánimo, de la directora española Arantxa Aguirre, el propio Roman expresa bajo la tristeza de la pérdida, la presión y las dudas que le acechan ante la continuidad de una de las instituciones más amadas por el mundo de la danza y de la cultura planetarias.
Ya puede estar tranquilo.
Fabien Ruf, responsable de Asuntos Culturales del consistorio de Lausanne, ha asegurado a EL PAÍS, en conversación telefónica, que la compañía de Béjart no tendrá que esperar hasta final de año para saber que su vida está más que sana. "La ciudad de Lausanne siempre ha dicho, desde la muerte de Béjart, que quería continuar con el Béjart Ballet. Hemos llegado a un acuerdo con la compañía y la fundación Béjart, propietaria de los derechos de los ballets creados por el coreógrafo, y lo firmaremos en las próximas semanas. Este acuerdo permitirá a la compañía continuar con las piezas de Béjart en los próximos tres años y será renovado en el futuro cada trienio".
Según Ruf, Gil Roman "ha tenido el difícil trabajo de suceder al genio de Béjart y creo que el público sigue su trabajo como solía seguir el trabajo de Béjart. Creo que es muy bueno además que Roman haya mostrado su propósito, no sólo de continuar con el legado de Béjart, sino de colaborar con otros coreógrafos que puedan unirse a las creaciones del maestro. Esto demuestra que el Béjart Ballet Lausanne es un proyecto vivo y que puede encarar un nuevo futuro sin convertirse solamente en un memorial de Béjart".
La compañía recibirá 4,8 millones de francos suizos al año (3,4 millones de euros) que, según Ruf, serán incrementados anualmente. En este pacto se incluye también la supervivencia de la Rudra School, un centro de enseñanza creado por Béjart del que han salido grandes bailarines y coreógrafos.
Babelia
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