Philippe Lioret, el cineasta ciudadano
El realizador francés estrena 'Welcome', dos historias de amor con la tragedia de la emigración como fondo
Rechaza considerarse un cineasta político, ni siquiera un director comprometido con la política. Más bien tiene la impresión de ser un cineasta ciudadano. "Me basta con ser un ciudadano que se enfrenta a lo que pasa en la realidad y reacciona porque no está de acuerdo con ello",explica Philippe Lioret, el realizador francés de 54 años que hoy estrena en España Welcome, una potente historia en torno a la tragedia de la emigración ilegal en el puerto de Calais. Protagonizada por Vincent Lindon, Firat Ayverdi y Audrey Dana, el filme saca a la luz uno de los temas estrellas del debate público en Francia, como es la ley que prohíbe a los ciudadanos ayudar a los inmigrantes ilegales, un delito castigado con cinco años de cárcel o 30.000 euros de multa. "Cuando uno pasa por delante de la alcadía de París y ve impresas las tres famosas palabras, Libertad, Igualdad, Fraternidad, se te cae el alma a los pies porque esas palabras poco tienen que ver con la realidad actual", explicaba Lioret en una entrevista realizada en París dentro de los encuentros de Unifrance.
El estreno de Welcome en Francia, que se alzó con el premio Lux de Cine otorgado por el Parlamento Europeo, desató una agria polémica. No es para menos. El filme es una denuncia áspera y real sobre la situación de los centenares de irregulares que malviven en la ciudad de Calais, a la espera de llegar al Reino Unido, del que apenas le separan 30 kilómetros por mar. "Soy cineasta y no político pero al llegar a Calais me encontré con un material muy interesante, es algo así como nuestra frontera mexicana", explicó Lioret, que estuvo meses viviendo en el puerto francés y documentándose entre los inmigrantes y las organizaciones de ayuda. Todos los personajes que aparecen en Welcome están basados en personas reales. Así, el joven protagonista kurdo Firat Ayverdi es una mezcla entre un chico afgano que Lioret conoció durante su investigación, obsesionado con viajar a Londres a reunirse con su novia, y un kurdo que había intentado en varias ocasiones cruzar el Canal de la Mancha a nado sin conseguirlo.
A Lioret le gusta hablar de amor a la hora de contar su película. "La intención no fue la de realizar un filme con mensaje político, sino la de narrar dos historias de amor que se enfrentan a lo absurdo que es el mundo, eso sí con el trasfondo de una realidad tan sangrante como la que se vive en Calais".
Babelia
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