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El vino reclama a Chillida

La bodega Ysios elabora un caldo especial con motivo del décimo aniversario del museo del escultor guipuzcoano

Cuando uno llega a la gran sala de la bodega Ysios y se encuentra con seis de las esculturas de la serie Lurrak (piezas realizadas con tierra chamota), de Eduardo Chillida, frente al ventanal que mira a Laguardia no entiende cómo no estaban ahí desde el principio. La sintonía entre la obra del escultor guipuzcoano, la arquitectura del valenciano Santiago Calatrava y el paisaje de la Rioja alavesa resulta intemporal, como si el edificio hubiera estado siempre ahí, bajo la sierra Cantabria, y en su interior, cerca de las barricas y el vino, estas obras de Chillida de voluntad terrosa.

El proyecto Chillida, tierra y aromas responde a la voluntad de la familia del escultor y la bodega de Laguardia de establecer un maridaje artístico-vitícola con motivo del décimo aniversario del museo Chillida-Leku. Ysios se implicaba en la elaboración de un vino especial, mientras que los Chillida se encargaban de configurar para la bodega un ambiente inspirado en la obra del creador guipuzcoano.

Un grabado de la serie 'Zapatu' identificará las etiquetas
Seis 'lurras' dialogan con la arquitectura del edificio de Calatrava

El vino procede de uvas de la finca Valcavada de Laguardia, "caracterizada por la intensidad de su aroma, porque sabíamos que Chillida estaba especialmente interesado en los matices aromáticos", explica el enólogo Luis Zudaire. Ysios ha elaborado 2.100 botellas de este caldo, tempranillo 100%, criado durante 15 meses en barricas de roble francés.

Los Chillida indagaron durante meses en el motivo que podía ilustrar la etiqueta. "Al final mi hermano Ignacio se decidio por un grabado de la serie Zapatu, que en euskera es prensar, para dar realce a la elaboración del vino", comenta Luis Chillida. La muestra recoge, además de las seis lurras, dos fotografías del escultor trabajando en su taller con estas piezas. "Se trata también de que el museo salga de su sede, de difundir la obra", añade.

Las piezas han sido seleccionadas con el propósito de destacar la faceta más esencial de la obra del escultor en su aproximación al ámbito rural. Ahí es donde muestra su carácter más primitivo y en cierto modo íntimo, ya que la ejecución de las lurras no precisa de la colaboración de grandes equipos, sino de la fuerza del escultor que golpea con fuerza los bloques de tierra húmeda sobre una mesa de madera.

El carácter macizo del material atrajo la atención de Chillida a principios de los años 70, después de una experiencia poco satisfactoria con el barro varias décadas antes. Su textura y apariencia maciza confunde la verdadera naturaleza del material que en ocasiones parece pétreo, y en ocasiones recuerda a algún tipo de piel ruda. Su especial emplazamiento en las bodegas diseñadas por Calatrava acentúa la fusión entre lo ancestral, la naturaleza y la vanguardia, como si su creación, hace medio siglo, las hubiera previsto, de manera visionaria, para este espacio.

Una de las lurras de Eduardo Chillida expuesta en la bodega Ysios, en Laguardia.
Una de las lurras de Eduardo Chillida expuesta en la bodega Ysios, en Laguardia.L. RICO
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