Julio Iglesias ofrece en Valladolid el único concierto en España de su gira mundial

El cantante Julio Iglesias ha tenido esta noche un cariñoso recuerdo al tenor italiano Luciano Pavarotti, ante los cerca de 15.000 admiradores que han disfrutado en Valladolid del único concierto en España dentro su gira mundial Live.

A mitad del concierto que el artista español más universal ha ofrecido en el Estadio José Zorrilla de Valladolid, Julio Iglesias ha recordado que "hace siete u ocho años" Luciano Pavarotti, que falleció ayer en Italia, le llamó porque "tenía un problema" en un viaje previsto a Sudáfrica.

"El tenor más bello"

Julio Iglesias dejó su jet privado al tenor italiano "y desde ese día el avión volaba mucho más alto y con más música", dijo emocionado el cantante español, antes de dedicar a Pavarotti una canción en italiano, La ragazza, interpretada con la mano en el pecho mientras miraba al cielo. Julio califico a Pavarotti como "el tenor más bello que ha tenido el mundo en los últimos cincuenta años".

El cantante salió al escenario, con traje negro, hacia las 22.15 y puso en pie a la mayoría del público, en especial a los privilegiados que consiguieron las mejores entradas, las de las primeras filas, que costaban 199 euros y que se agotaron ya la semana pasada. "Soy de aquellos que sueñan con la libertad, capitán de un velero que no tiene mar", fueron los primeros sones, de la canción Quijote, que abrieron el concierto antes de que Julio saludara con un "buenas noches Valladolid, buenas noches España".

Julio Iglesias deleitó a sus admiradores, de todas las edades, desde adolescentes hasta abuelos -muchos de ellos con sus mejores galas para esta cita con su ídolo-, con un amplio repertorio de hasta 35 temas propios o versiones, en dos horas de actuación. Julio comentó que "nunca" en su vida había cantado en Valladolid, aunque "tenía tantas ganas", ya que cada vez que vuelve "a casa [a España]", echa la vista atrás en sus cuarenta largos años como cantante, desde que en 1968 ganó el Festival de Benidorm.

"Un recuerdo inolvidable"

"Me voy a llevar un recuerdo de mi país inolvidable esta noche", reveló el cantante a sus seguidores, que "me dieron la mano" en el Festival de Benidorm y "han pasado cuarenta años" desde aquello. "No hay un solo español que presuma más de España que yo", añadió, antes de cantar el tema con el que ganó en 1968 el Festival de Eurovisión, La vida sigue igual, y de que una estrella fugaz sobrevolara el estadio.

Julio insistió en que para él era "una noche muy especial, la más especial en mi país, y lo van a saber a lo largo de los próximos diez años", exclamó dejando una incógnita en el aire. Con un "hasta siempre" y al ritmo de otro de sus éxitos universales, Me va, me va, el cantante se despidió lanzando al público la chaqueta, la corbata, el chaleco, el cinturón y hasta su blanca camisa.