Boyle se adentra en la ciencia-ficción con 'Sunshine'
El director británico dice ser "optimista" sobre el futuro de la raza humana por "el comportamiento decente del ser humano"
En plena era del cambio climático, el director David Boyle asume en Sunshine el reto de contar una historia en la que los protagonistas, unos astronautas y científicos del año 2057, tienen como misión reactivar la combustión del Sol y salvar así a la humanidad de su definitiva extinción.
Pese a colocar al espectador ante una situación extrema, Boyle, de visita en Madrid para promocionar el filme, ha reafirmado su "optimismo" en el futuro del hombre, al creer "en el comportamiento decente del ser humano", pese a lo devastadora que están siendo las actuaciones del hombre en el Planeta.
Con un argumento de ciencia ficción inspirado en maestros del género como Stanley Kubrick o Ridley Scott, según ha reconocido el propio Boyle, la película es un giro radical a lo que nos tiene acostumbrado este realizador británico. Si en Millons se dirigía a un público familiar y en 28 días después abrazaba e género de terror, el responsable de Trainspotting y La playa regresa a la cartelera española con Sunshine, que se estrena el próximo viernes, con guión de Alex Garland. La película narra la aventura espacial de los tripulantes del Icaro II, con la misión de hacer detonar en el centro del Sol una bomba diseñada para activar al astro rey y salvar la vida en la Tierra.
El hallazgo del Icaro I, que perdió el contacto hace siete años, y el intento por encontrar con vida a su tripulación pondrá en peligro la misión y la vida de los protagonistas, entre ellos, el físico Capa (Cillian Murphy); el ingeniero Mace (Chris Evans); la bióloga Corazón (Michelle Yeoh); la piloto del Icaro II Cassie (Rose Byrne); el oficial de comunicaciones Harvey (Troy Garity); Kaneda, capitán de la nave (Hiroyuki Sanada) y el médico Pinbacker (Mark Strong).
Un viaje psicológico
Un reparto internacional encarnando a una tripulación, que además de enfrentarse a este peligroso viaje estelar se enfrenta a un viaje psicológico. "Viajar al Sol es visualmente enorme, pero también es muy interesante desde el punto de vista psicológico", ha explicado Boyle. "Es una premisa maravillosa. Quería mostrar qué ocurre en un grupo de personas que viaja 93 millones de millas, las reacciones ante la misión", ha dicho Boyle, apuntando que misiones reales, como la del Apolo al lado oscuro de la Luna, dejan a los astronautas "muy afectados psicológicamente".
Boyle, que se ha "divertido mucho" haciendo su primera película de ciencia ficción, ha reconocido que se documentó en las tres películas del género que más le han marcado: 2001. Una odisea en el espacio, de Stanley Kubrick; Solaris, de Andrei Tarkovsky; y la primera entrega de 'Alien', de Ridley Scott. "Son películas por las que siento gran admiración pero que, a la vez, intimidan", ha concedido Boyle, quien tras "obsesionarse" con la precisión de la ciencia decidió ser "lo más realista posible" aunque a veces abandonó ciertos elementos para centrarse en lo que resultaba "dramáticamente más eficaz".
Babelia
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