San Sebastián cierra su concurso con la primera coproducción de países de la ex Yugoslavia

El largometraje Puesto fronterizo, la primera coproducción de todos los países miembros de la ex Yugoslavia y ambientada unos años previos al conflicto, ha cerrado hoy la competición de la Sección Oficial del Festival de Cine de San Sebastián, que ha exhibido, fuera de concurso, lo último del danés Lars Von Trier, la comedia Dogma, El jefe de todo esto.

Nacido en Zabreg en 1947, el cineasta Rajko Grilc vuelve veinte años después a la antigua Yugoslavia para ofrecer en Puesto fronterizo, una visión que se desarrolla en clave de tragicomedia de lo que era el sistema en 1987, pocos años antes de que estallase la guerra. Se trata de la primera coproducción entre las distintas nacionalidades de la vieja Yugoslavia y cuenta con un reparto en el que se incluyen actores de todos los países resultantes tras la contienda.

Sin embargo, la intención del director con esta vuelta al pasado de la región, no es hacer un viaje nostálgico hacia un sistema -el socialista- que puso graves dificultades a la exhibición de su cine, sino mostrar, según ha explicado tras la proyección, "quienes éramos antes de que empezara la guerra". Así, huyendo de todo componente político o de mostrar las causas que pudieron arrastrar a las distintas nacionalidades hacia la Guerra de los Balcanes, Grilc sitúa la acción en un puesto fronterizo perdido en las montañas y bajo la inexistente amenaza de un ataque de las tropas albanesas.

Un médico que cumple el servicio militar diagnostica al teniente del puesto que sufre de sífilis y éste, ante el temor de que su mujer lo descubra, decide recluirse en el campamento junto a toda la tropa durante tres semanas, el tiempo estimado para su curación, poniendo como excusa la falsa noticia de que las tropas albanesas se están agrupando en la frontera. Entre situaciones cómicas se va desarrollando el metraje de la cinta, plasmándose así la radiografía de un grupo multiétnico que convive en paz, sin atisbos de lo que, años después, sucedería.

Lo último del movimiento Dogma

Aunque la película yugoslava ha cerrado el concurso de la 54 edición del certamen donostiarra, hoy también se ha proyectado El jefe de todo esto, la última obra del cineasta danés Lars Von Trier, creador del movimiento Dogma.

Tras alejarse de sus normas en sus últimos filmes, las dos primeras entregas de su trilogía sobre Estados Unidos: Dogville y Manderlay, a las que ha dotado de un aire próximo al teatro, Von Trier retoma las claves del Dogma en su última comedia, donde intenta acercarse, desde unos presupuestos actuales, a la comedia clásica de enredo.

De esta forma, el creador de filmes como Rompiendo las olas debuta en la comedia con un estilo peculiar, para narrar cómo un directivo de una empresa, que se ha escudado en un jefe superior para tomar las decisiones más incómodas hacia sus empleados, se ve en la necesidad de contratar a un actor en paro que haga el papel de ese jefe supremo, cuando decide vender la compañía.