Un herido grave por asta de toro en el tercer encierro de San Fermín

Los toros de la ganadería sevillana de Miura han cumplido un año más con la tradición y han protagonizado el encierro más rápido y limpio de los sanfermines 2006, en los que un mozo ha sido ingresado con pronóstico grave con una herida en el abdomen por asta de toro.

La ganadería de Miura es la más tradicional en los encierros de los Sanfermines y la que menos heridos por asta ha dejado a lo largo de la historia, por lo que es siempre la elegida para la carrera de los domingos, que es la que reúne a un mayor número de mozos, y que hoy se realizó en apenas 2 minutos y 13 segundos.

A las ocho en punto, la manada ha abandonado los corrales al encuentro de los corredores, que enseguida ha sido superados por los toros, dado el fuerte de los astados. Sin prestar atención a los mozos que se agolpaban contra las paredes, la manada ha llegado a la Plaza del Ayuntamiento, que han cruzado con gran rapidez, aunque uno de los animales se ha arrimado al vallado por la derecha, cogiendo a un mozo de 21 años, natural de Jaca, que ha sido ingresado y operado en el Hospital Virgen del Camino.

Después, han enfilado la calle de Mercaderes, superándola sin incidencias. Ya en la curva con la calle Estafeta, varios de los toros, con pesos que superan los 650 kilos, han chocado con el vallado, pisaron a algún corredor y, sin llegar a caer al suelo, han perdido el ritmo por unos segundos, con lo que la manada se ha vuelto a reagrupar.

En Estafeta los corredores han rodeado al grupo, que no ha hecho demasiado caso a los mozos, lo que ha permitido bonitas carreras y algunas imprudencias, como tocar a los toros. El tramo de Telefónica ha transcurrido igualmente sin grandes percances y a una velocidad algo menor, hasta el callejón de acceso a la plaza de toros, que han superado sin dificultad pese a la gran afluencia de corredores.

Ya en el coso los dobladores no han tenido que esforzarse para introducir la manada en chiqueros puesto que sin entretenerse con los corredores que les esperaban en el ruedo han seguido su camino en dos grupos separados por escasa distancia que guiaron los mansos.