Hoffman seduce con su interpretación de 'Capote'
El festival de cine alemán cierra la ronda de concursantes con las proyecciones de 'Offside', del iraní Jafar Panahi, y 'Réquiem', del alemán Hans-Christian Schmid
El 16 de noviembre de 1959, Truman Capote leyó un artículo en The New York Times sobre el asesinato a sangre fría de los cuatro miembros de una familia de granjeros en el estado de Kansas. El escritor propuso al editor de la revista The New Yorker escribir un reportaje sobre el caso, que terminó convirtiéndose en un libro, en el que invirtió seis años de su vida. Esta historia ha sido narrada ahora por el director Bennett Millar en su película Truman Capote, protagonizada de manera magistral por Philip Saymour Hoffman y que se ha presentado hoy en el festival cinematográfico de Berlín.
El filme de Miller, que se ha proyectado fuera de concurso en la sección oficial de la Berlinale, narra el proceso creativo que siguió Capote a la hora de escribir A sangre fría uno de sus mejores relatos. Hoffman, que ya obtuvo un Globo de Oro y que está nominado a un Oscar por este trabajo, se mete en la piel de un escritor de aspecto frágil, amanerado, con voz aniñada y vestido con una ropa extravagante que llama la atención de la Kansas rural. El actor, que a diferencia de su personaje tiene una voz grave, ha explicado que tuvo que utilizar casetes y cintas de vídeo para poder encarnar lo más fielmente posible al célebre escritor estadounidense. Hoffman ha reconocido que nunca había leído nada de Capote hasta que obtuvo el papel en esta película.
Acompañado por su amiga de la infancia, la también escritora Nelle Harper Lee (interpretada en la película por Catherine Keener), Capote viaja a Kansas para realizar su investigación periodística y allí conoce a los dos asesinos de la familia. No es la primera ocasión en la que A sangre fría es llevado a la gran pantalla. Antes que Miller, ya lo hizo Richard Brooks en 1967. Miller, que hasta ahora sólo había dirigido el documental The Cruise (1998), ha logrado una película redonda en la que Hoffman lleva con gran maestría todo el peso interpretativo.
La historia un milagro iraní
Irán, derechos de la mujer y fútbol: una Berlinale deliberadamente política no podía pedir más para cerrar el cierre de aspirantes a Osos y a cinco meses de la apertura del Mundial de fútbol que también tendrá lugar en Alemania. El iraní Jafar Panahi ha puesto el broche de oro al festival alemán con Offside, un prodigio sobre represión y fútbol en Irán, cuyo equipo nacional ha quedado milagrosamente clasificado para el Mundial de Alemania. Este largometraje ha estado acompañado en la última jornada berlinesa por Réquiem, exponente del nuevo cine alemán.
La Berlinale no está reñida con los milagros, como se ha demostrado hoy. Rodar una película prácticamente en un día, sin saber cuál iba a ser el desenlace: fiesta en la calle o desolación. Pero además, infiltrar a cinco muchachas en un estadio, en un país donde está prohibido su acceso a los partidos, forma parte del prodigio de Offside. Todos esos elementos confluyen en la película de Panahi, una historia sencilla de unas chicas que se disfrazan de muchacho para lograr entrar en el estadio donde se disputa el partido Irán-Bahrein, decisivo para la clasificación para el Mundial. Limitaciones, insultos, miedo a las consecuencias de la travesura de cinco muchachas que aman tanto el fútbol como a su país, exponente de la represión impuesta por el régimen de Teherán a su población, de la que la censura al cine es sólo una parte.
Réquiem, de Hans-Christian Schmid, era la cuarta película alemana a concurso y ha demostrado que, salvando las inmensas distancias, el fanatismo religioso no es exclusivo de países como Irán. La inquietante película del joven director alemán recrea un caso real de exorcismo en la Selva Negra alemana, no varios siglos atrás, sino en los años 70. Sandra Hüller, una actriz de mirada limpia que recuerda, interpreta a una estudiante epiléptica, hija de una familia de rigurosísimas creencias cristianas, que en lugar de recurrir al neurólogo busca la ayuda de un exorcista.
Con la proyección de Réquiem se ha cerrado la ronda de concursantes y, a la espera de que este sábado el jurado presidido por Charlotte Rampling haga entrega de los Osos, las quinielas apuntaban hasta hoy como favoritas a The Road to Guantánamo, de Michael Winterbottom, y A Prairie Home Companion, de Robert Altman. La proyección de Offside podría dar la vuelta al marcador, de la misma manera que el gol de Mohamed Nosrati, en el minuto 47, dio a Irán la clasificación para el Mundial.
El cine francés ha estado también representado en la sección oficial del Festival Internacional de Cine de Berlín, con el largometraje L'ivresse du pouvoir, dirigido por Claude Chabrol -uno de los fundadores de la Nouvelle Vague- e interpretada por la actriz francesa Isabelle Huppert. Ambos han asistido a la presentación.
También ha estado en Berlín el director italiano Roberto Benigni, que ha asistido a la presentación de su última creación, El tigre y la nieve. La película está protagonizada por la actiz Nicoletta Braschi, quien ha acompañado al creador de La vida es bella en Berlín.
Babelia
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