Agotadas en ocho horas las 80.000 entradas del concierto de U2 en Barcelona

U2 se formaron como grupo en 1978. Sus cuatro componentes -Bono, Adam Clayton, Larry Mullen y Dave Evans- se han mantenido unidos hasta hoy, si bien alguno de ellos ha participado en proyectos al margen de la banda. Island Records, el sello con el que han publicado todos sus discos, confió enseguida en ellos y en 1980 grabaron su primer disco, Boy, un debut irregular pero en el que ya despuntaban algunos temas -I will follow- con un marcado estilo épico, el mismo que les entronó poco más tarde. Su siguiente trabajo, October, (1981) mostraba al mundo un sonido mucho más personal y cada vez más alejado del postpunk de sus comienzos. War, su tercer disco, supuso ya un éxito importante de ventas y su primer reconocimiento a nivel internacional. Temas como Sunday bloody Sunday, con un marcado tinte político y de protesta, y New Year's Day forman parte del imaginario musical de toda una generación y son piezas insustituibles en sus recitales en directo. The Unforgettable Fire (1984) es quizá su disco más oscuro, con canciones memorables como Pride (In the name of love) y Bad, y sobre todo supuso un fabuloso anticipo de lo que sería su trabajo más aplaudido por el público, que no por parte de la crítica: The Joshua Tree (1987), del que se vendieron más de 15 millones de copias en todo el mundo. En ese disco incluyeron sus canciones más tarareadas y reconocibles: With or without you, Where the streets have no name y I still haven´t found what I'm looking for. Lo siguiente que hizo U2 fue premiar a sus ya entonces millones de seguidores con un disco atípico, construido con grabaciones sueltas de sus giras por Europa y Estados Unidos y con pocos temas de estudio, Rattle and Hum (1988).

Pero los U2 guardaban una deliciosa sorpresa, Achtung Baby (1991), un giro radical con respecto a su anterior sonido, tan alejado de sus señas de identidad que muchos fans se quedaron desubicados, pero que también valió para que un público hasta entonces indiferente a los irlandeses cayera cautivado por esa extraña mezcolanza sonora. Y es que en ese disco, Bono y los suyos exprimieron todas las tendencias que a principios de la década de los 90 comenzaban a aflorar, con especial énfasis en la música electrónica, y las cruzaron con su sonido de siempre. El resultado no pudo ser más contundente y la crítica se rindió unánimemente al talento de U2. Para muchos es el disco más influyente de los 90, comparable al Sggt Pepper's de The Beatles. Después llegó la resaca de la mano de Zooropa (1993), un disco con el material que descartaron para su anterior elepé, En todo caso, el éxito siguió del lado de U2 por canciones como Stay.

Los irlandeses se reinventaron a sí mismos con Pop (1997), su disco menos celebrado por su clara ausencia de inspiración. Despuntando el siglo XXI, U2 optó por mirar a su propio pasado para rescatarlo con ciertas dosis de artificio. Y el resultado fue All that you can´t leave behind (2001), con el que llenaron de nuevo estadios de todo el mundo con su espectacular Elevation Tour. How to dismantle an atomic bomb (2004) es probablemente su apuesta más sincera en años. Rezuma clasicismo -a lo U2, eso sí- por los cuatro costados, y sus temas estrella logran emocionar como antaño.