¿Qué oculta la última puerta de la pirámide?
National Geographic emite en directo la apertura de una puertecilla de barro de 4.500 años de antigüedad en la pirámide de Keops, que ni los egiptólogos saben qué esconde
En las paredes de uno de los túneles de la pirámide egipcia de Keops, construida hace más de 4.500 años, hay un agujero. En realidad, esta abertura es el principio de un estrecho túnel de 65 metros de largo, que termina en una puerta con dos argollas de cobre. Nadie sabe qué se esconde detrás, pero todo el mundo se enterará a la vez mañana, cuando una televisión estadounidense transmita en directo la apertura de la puerta y desvele uno de los últimos secretos del Egipto de los faraones.
Para ser exactos, la puerta no será abierta sino agujereada. Un robot parecido a los que rastrearon en busca de supervivientes la zona cero de Nueva York se introducirá por el túnel, de 20 x 20 centímetros, y practicará un agujero en el barro para poder introducir una cámara al otro lado de la barrera y filmar el secreto que esconde para National Geographic.
El director de esta operación, el egiptólogo y director del programa de antigüedades de Egipto, Zahi Hawass, sólo quiere saber qué hay detrás de la puertecilla. "Si no hay nada, no me importa", ha afirmado. Y es que los arqueólogos no saben que esperar. Algunos creen que puede encontrarse una estatua de Keops, otros piensan en rollos de papiro o herramientas. Pero todos confiesan "no tener ni idea", como ha admitido Mark Lehner, director del proyecto cartográfico de la meseta de Giza.
Sellada hace más de 4.000 años
Parece improbable que se descubran tesoros como los de la tumba de Tutankhamon, más que nada porque las tres pirámides de Giza fueron saqueadas por primera vez hace casi 4.000 años, pero a los arqueólogos no les importa: ellos sólo quieren arrojar alguna luz adicional sobre la antigua civilización que construyó este monumento funerario. La pirámide de Keops mide 145 metros de alto y se encuentra a las afueras de la capital egipcia, El Cairo.
En realidad no hay uno sino dos túneles dentro de la pirámide, que parten de la Cámara de la Reina y que, según los investigadores, podrían ser conductos de ventilación o vías de escape para que el alma del faraón alcance las estrellas. Cuando fueron descubiertos, hace 130 años, los exploradores hallaron en su interior algunos objetos, como una bola de granito y un garfio de cobre, que se exhiben ahora en el Museo Británico.
La apertura del sarcófago más antiguo
Fueron explorados por primera vez en 1993 por el investigador alemán Rudolph Gantenbrink. En aquella ocasión un robot equipado con una videocámara se coló por una de las aberturas y avanzó hasta descubrir la puertecilla con las argollas, precisamente la que ahora va a ser traspasada.
El programa de televisión, que se titula Las pirámides en directo: Las cámaras secretas desveladas y será presentado por el mismo Hawass, se emitirá en directo en la cadena estadounidense Fox el lunes a las ocho de la tarde (tres de la mañana del martes en España).
Durante la transmisión, Hawass y su equipo aprovecharán para abrir el sarcófago cerrado más antiguo del mundo, descubierto el pasado mes de junio en Giza, y que podría contener una momia de 4.500 años de antigüedad. El ataud de barro, de dos metros de largo y uno de ancho, pertenecía a uno de los hombres que trabajaron en la construcción de las pirámides, Neni Sout, que vivió durante la cuarta dinastía (2613-2498 AC).
Banalizar la arqueología
Precisamente la pretendida espectacularidad de estas misiones ha generado alguna polémica en Estados Unidos, donde la semana pasada se emitió un programa similar durante el cual Hawass entró en una cámara de enterramiento y emitió en directo el descubrimiento de varias momias.
El programa, emitido por la Fox, fue el más visto de la temporada (si se excluyen los acontecimientos deportivos), con una audiencia de 29,5 millones de personas. Para Hawass, estas emisiones representan "un paso importante a la hora de acercar la arqueológica a las grandes audiencias", pero ha recibido la censura de quienes creen que banaliza la investigación científica en pos del espectáculo.
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