Los restos mortales del barón Thyssen descansan ya en su castillo de Landberg
Los cinco hijos del barón, sus tres ex mujeres vivas, parte de la familia política y un puñado de autoridades españolas acompañan a la viuda, Carmen Cervera, en el día del último adiós
Los restos mortales del barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza, uno de los mayores coleccionistas y mecenas de arte del mundo, han recibido hoy sepultura en el panteón familiar construido por su abuelo, August Thyssen, en el castillo medieval de Landsberg, en las proximidades de la ciudad de Essen (oeste Alemania).
Los cinco hijos del barón, sus tres ex mujeres vivas, parte de la familia política y un puñado de autoridades -todas españolas- han acompañado a la viuda, Carmen Cervera, en el día del último adiós.
El féretro con el cuerpo del barón Thyssen, trasladado a Alemania en avión desde Barcelona, ha llegado hacia las 14.00 hora española a la fortaleza, donde ha sido recibido por su viuda y los dos hijos menores del aristócrata, Alexander y Borja, que es hijo de Carmen Cervera y fue adoptado por el barón.
Según ha explicado a los periodistas el archiduque Karl de Habsburgo, la capilla ardiente se ha colocado en el salón principal del castillo, mientras la familia compartía en un comedor adyacente el almuerzo.
Carmen Cervera, con los ojos enrojecidos, enfundada en un traje de chaqueta negro, adornada con collar de perlas tahití y un discreto sombrero negro, iba del comedor a la capilla ardiente, de la capilla al comedor, obligada a ejercer de anfitriona pero sin querer separarse del cuerpo de su esposo.
Celebración de la misa
Hacia las 16.00, la familia y los invitados, entre ellos el subsecretario del Ministerio de Educación y Cultura, Mariano Zabía, han subido a la capilla del castillo para asistir a la celebración de la misa, oficiada en alemán, francés, inglés, y latín por el jesuita Edouard Gueydan, amigo del barón desde tiempos de la universidad.
En el primer banco de los cuatro instalados en la capilla, muy pequeña, con las paredes recubiertas de frescos y un hermoso retablo de madera tallada en el altar, se sentaron la viuda y los hijos del barón.
El sacerdote ha leído y comentado durante el oficio el versículo II del capítulo III del Evangelio según San Juan, y ha destacado los valores cristianos del barón, su espiritualidad, su generosidad, su solidaridad y su disposición a hacer obras benéficas.
Panteón familiar
Antes de la celebración de la misa, el féretro con los restos mortales del noble ha sido conducido a hombros hasta el pequeño y sobrio panteón familiar, ubicado en un torreón anexo al castillo.
Tras la celebración de la misa, precedidos por los sacerdotes, la familia del aristócrata ha acudido al panteón. Primero Carmen Cervera y su hijo Borja, después los otros hijos del barón y sus esposas. La familia ha permanecido allí durante media hora.
Carmen Cervera y Borja han sido casi los últimos en abandonar la fortaleza, adquirida por el patriarca Thyssen en 1903 y donde el barón reposa, por voluntad propia, en la cima de una colina rodeada de bosques.
La vida de un mecenas
El barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza nació en Scheveningen, Holanda, el 13 de abril de 1921. Descendiente de una de las familias más ricas de Alemania, era hijo del financiero Heinrich Thyssen y la baronesa de origen húngaro Margarita Bornemisza. A su padre se debe la creación de la mayor parte de la colección clásica.
Educado en un colegio alemán en Holanda, ante la inminente invasión del país por las tropas nazis, Hans Heinrich se trasladó junto con su padre, ya divorciado de su mujer, a su nueva residencia de Villa Favorita, en Lugano (Suiza). Estudió Derecho, Economía, Arte y Literatura Francesa en la Universidad de Friburgo. En 1946, se casó con la princesa austriaca María Teresa de Lippe, el primero de sus cinco matrimonios. Al morir su padre, en 1947, con 26 años, compró a sus hermanos muchos de los cuadros heredados.
Tras la guerra, en una década, recuperó el imperio financiero e industrial Thyssen y llegó a formar el TBG, con 234 empresas en 26 países. Poseía una colección de 1.500 cuadros, que continuó tras su matrimonio con Carmen Cervera en 1985.
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