Un aristócrata que reunió la mayor colección privada de arte del mundo
Un complejo acuerdo cerrado en 1993 a cambio de 42.227 millones de pesetas permitió que sus 775 mejores cuadros se quedaran en España
El barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza nació en Scheveningen, Holanda, el 13 de abril de 1921. Descendiente de una de las familias más ricas de Alemania, era hijo del financiero Heinrich Thyssen y la baronesa de origen húngaro Margarita Bornemisza.
El padre de Hans Heinrich heredó la parte del imperio familiar no relacionada con los negocios del acero. A él se debe la creación de la mayor parte de la colección clásica y contó con el consejo de varios expertos reconocidos. La familia Thyssen-Bornemisza residía en el castillo húngaro de Rohoncz, que dio muchos años nombre a la colección. Cuando en 1919 el Gobierno comunista de Bela Kun amenazó de muerte a la familia , ésta se trasladó a Holanda.
Educado en un colegio alemán en Holanda, ante la inminente invasión del país por las tropas nazis, Hans Heinrich se trasladó junto con su padre, ya divorciado de su mujer, a su nueva residencia de Villa Favorita, en Lugano (Suiza).
Durante los años de la Segunda Guerra Mundial, Hans Heinrich estudió Derecho, Economía, Arte y Literatura Francesa en la Universidad de Friburgo.
En 1946, se casó con la princesa austriaca María Teresa de Lippe, de cuyo matrimonio nació Georg Heinrich.
Al morir su padre, en 1947, se convirtió en el nuevo barón Thyssen-Bornemisza. Más bien indiferente hacia el coleccionismo hasta entonces, Hans Heinrich se sintió en el deber de restablecer la voluntad de su padre, que había creado una fundación para mantener la colección unida tras su muerte, pero que otros herederos denunciaron y ganaron ante los tribunales. A los 26 años, dotado tan sólo de buen instinto, el nuevo
barón se empeñó en aprender y poco a poco volvió a comprar a sus hermanos muchos de los cuadros o los rastreó por el mercado del arte. Asimismo, completó en lo posible algunas lagunas en la colección comenzada por su padre, adquiriendo a otros herederos sus cuadros principales y haciéndose con obras de Cerutti, Rubens, Murillo, Zurbarán.
Para conocer su herencia, recorrió sus nuevas posesiones por toda Europa, pero, tras la guerra, sus empresas estaban arrasadas. En una década recuperó el imperio financiero e industrial Thyssen. Renovó los astilleros de Holanda y Alemania; construyó la mina de carbón más moderna de Alemania y la mayor central hidroeléctrica. Rodeado de un buen equipo, logró reflotar el grupo y comenzó a invertir en sectores de rápido crecimiento en EE UU. Así nació el Thyssen-Bornemisza Group (TBG). Tras la reorganización, el Thyssen-Bornemisza Group queda constituido por 234 empresas situadas en 26 países.
Los años de oro
Los años setenta fueron los años de oro del barón. Fue uno de los primeros empresarios del mundo en disponer de un reactor privado, un Falcon 50, y de un barco de 60 metros. Fue una época en la que frecuentó a la jet set internacional y era consejero de una treintena de sociedades, directivo de Heineken, Sotheby's y del Museo Metropolitano de Nueva York, entre otros cargos. Su fortuna se cifraba en 1.300 millones de dólares.
Poseía, además, una colección de 1.500 cuadros con obras de Goya, Ghirlandaio, Van Eyck, Rembrandt, entre otros maestros de la pintura, y de todos los grandes impresionistas y expresionistas.
Por aquel entonces, el barón ya se había divorciado tres veces: en 1949, de su primera mujer Maria Teresa Lippe, de la modelo inglesa Nina Dyer (1954-1956), de la modelo escocesa Fiona Campbell (1956-1965), con la que tuvo a Francesca y a Lorne. En 1981, se divorció de su cuarta mujer, la brasileña Denise Shorto. De este matrimonio había nacido Alexander.
En 1978, su primogénito Georg Heinrich, se incorpora al grupo tras concluir la universidad y en 1980 es nombrado presidente de una de sus divisiones. Más tarde, en 1983, el barón le transfiere el control de su imperio. Con ese traspaso de poderes el barón impedía que el grupo se rompiera tras su muerte, y dejaba su herencia libre de impuestos sucesorios. El acuerdo al que se llegó en Bermudas consistía en la creación de un trust, bautizado Continuity (Continuidad); una forma jurídica ambigua, entre fundación y compañía, en la que se depositaba la propiedad legal del grupo empresarial hasta 2040. Posteriormente, las diferencias surgidas entre el barón y su hijo Georg por la forma de conducir el grupo empresarial, le condujo en 1997 a presentar una demanda por fraude contra éste, la cual todavía está pendiente de resolución.
Su vida con Carmen Cervera
En el verano de 1981, el barón Thyssen conoció a la actriz española Carmen Cervera, con la que se casó en 1985. Desde su matrimonio con Carmen Cervera, continuó enriqueciendo la colección. Hoy, los alrededor de 700 cuadros que la pareja posee en común se incluyen bajo el título de Colección Carmen Thyssen-Bornemisza.
La baronesa Carmen Cervera ha sido una figura determinante en las negociaciones que tuvieron como resultado que en 1993 la histórica colección Thyssen se desplazara de la Villa Favorita en Lugano (Suiza), donde estaba alojada, al palacio madrileño de Villahermosa tras la venta de la colección al Estado español. El palacio de Villahermosa, a 200 metros del Museo del Prado y reformado por el arquitecto Rafael Moneo, se convirtió en la sede del nuevo Museo Thyssen-Bornemisza.
A mediados de los ochenta, el barón Thyssen comenzó a plantearse el futuro de su colección. Para salvaguardar la unidad de los fondos de la colección y evitar su disgregación tras su muerte, constituyó la Fundación Thyssen-Bornemisza. Tras una batalla internacional en la que pujaron el Reino Unido, Suiza, Estados Unidos y Alemania, el 3 de agosto de 1993 el Estado español, previa renuncia de todos sus herederos, adquirió los 775 mejores cuadros de la colección Thyssen a una sociedad familiar (Favorita Trustees Limited) a cambio de 338 millones de dólares (42.227 millones de pesetas) y automáticamente transmitió el título y dominio pleno de la misma a la Fundación Thyssen-Bornemisza (encargada por el Estado español de su gestión). Pero una vez cumplido el deseo de exhibir públicamente y mantener intacta su colección, el barón no dejó de tener problemas con sus hijos, con quienes ha firmado una serie de acuerdos testamentarios.
Con graves problemas de salud en los últimos años, el barón debió someterse a a varias intervenciones quirúrgicas. En 1990 fue operado en París de un aneurisma de la arteria aorta. En 1994 fue intervenido de una arteria carótida y, posteriormente, de la otra.
Entre otras condecoraciones, el barón contaba con la Gran Cruz de Carlos III y la medalla de académico de honor de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid.
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