Las normas sobre finanzas sostenibles europeas ya benefician a cientos de empresas
Antes de que la UE acotara la definición de las inversiones verdes en la nueva taxonomía se navegaba en un océano de productos ecoblanqueados
Durante las elecciones europeas las críticas a las políticas verdes de la UE han aumentado de manera preocupante. Mientras algunos opinan que estas políticas perjudican la búsqueda de una mayor competitividad, la realidad es que fortalecen el liderazgo mundial de Europa e impulsan la competitividad de muchas empresas. En los últimos seis años, he trabajado con expertos de toda Europa en la Plataforma Europea de Finanzas Sostenibles enfocándonos en la estrategia de la UE para maximizar el papel del sistema financiero como catalizador en la construcción de una economía sostenible y resiliente. Mientras la crisis climática presenta riesgos reales para nuestra economía, la transición verde ofrece enormes oportunidades para su fortalecimiento.
Para atraer la financiación necesaria para una transición que ya es inevitable, las empresas deben proporcionar información clara sobre sus estrategias. Las normas europeas, y los datos que están generando, juegan un papel crucial en este proceso ayudando a las empresas a elaborar sus planes de transición y a atraer financiación para implementar esos planes, y así superar a sus competidores en su adaptación a la economía del futuro, y como mostramos en un reciente informe basado en una encuesta realizada a decenas de empresas europeas.
Más inversiones, más competitividad
El ejemplo paradigmático es una empresa de servicios públicos que adelantó su objetivo de descarbonización 10 años, utilizando la nueva guía de inversiones verdes de la UE, la Taxonomía Europea. Esta empresa asignó el 80% de sus inversiones en activos fijos a actividades medioambientalmente sostenibles.
Más de 720 empresas, con un valor de mercado superior a 6.500 millones de euros han seguido su ejemplo, invirtiendo 249.000 millones en sectores clave para mitigar el cambio climático, como el transporte, la industria manufacturera y la generación de energía. Incluso las empresas que aún no pueden alinearse completamente con la taxonomía la están utilizando para establecer objetivos a medio y largo plazo.
En el ADN de cualquier plan de transición sólido hay objetivos de inversión claros. Contar con una definición de inversiones verdes respaldada por la UE ha sido vital para diseñar las transiciones de las empresas y reducir su riesgo de ser acusadas de ecopostureo o greenwashing. La taxonomía ayuda también a las empresas a obtener mejor rentabilidad en los mercados de capitales. Según datos de Goldman Sachs, las empresas con elevados ingresos procedentes de actividades alineadas con la taxonomía superaron a sus competidoras en los últimos cinco años. Esta exitosa historia nos dice que los CEO que busquen impulsar la competitividad de su empresa y posicionarse como líderes en esta transición deberían buscar orientación en la agenda verde de la UE.
Un soporte para los bancos
Las nuevas normas europeas sobre transparencia, que exigen a las empresas publicar sus planes de inversión verde, generan beneficios significativos para los bancos, ya que les permiten evaluar el grado de compromiso y cuán avanzados están sus clientes en su transición a las emisiones netas cero.
Esta transparencia mejora la relación entre ambas partes: los bancos pueden adaptar su oferta para aumentar las posibilidades de éxito del cliente, mientras que las empresas pueden fijar objetivos y, al cumplirlos, ganarse la confianza del banco. De hecho, los bancos también pueden utilizar estos datos para crear incentivos que recompensen a los clientes que cumplan sus objetivos antes de lo previsto. Disponer de mejor información sobre las empresas que forman parte de sus carteras de préstamos e inversión también ayuda a los bancos a gestionar su propia transición previendo y minimizando cualquier riesgo, un paso vital para prevenir crisis financieras futuras.
Más financiación
Gracias a las normas de la UE, Europa lidera la captación de fondos para la transición verde. Hoy, la UE destaca en bonos verdes, que ayudaron a los gobiernos a recaudar 266.000 millones de euros en 2022, más del triple de los 85.000 millones recaudados en 2019. Por su parte, las empresas europeas han duplicado con creces su emisión de bonos verdes desde 2019. En la actualidad, la financiación sostenible es una de las clases de activos de más rápido crecimiento en Europa.
Incluso las pymes, que están fuera del foco principal de estas normas verdes, pueden beneficiarse de ellas: aproximadamente el 10% de las pymes de la UE han obtenido préstamos sostenibles, una cifra que probablemente aumentará cuando se ponga a su disposición las herramientas simplificadas que se están elaborando para ellas. Ya sea usted director de una gran o pequeña empresa, las normas europeas están creando nuevas formas de financiar su negocio. Ahora debemos aumentar ese apoyo, sobre todo a las pymes, que son la columna vertebral de la economía europea.
Hay que seguir trabajando
Antes de la normativa europea, los inversores navegaban en un océano de productos ecoblanqueados. Esto les privaba de la confianza necesaria para invertir, lo que a su vez privaba a las empresas de financiación. Tras seis años de duro trabajo, los inversores disponen de cada vez más información sobre acciones, fondos y otros productos verdes, mientras que las empresas tienen muchas más formas de atraer la financiación necesaria para innovar y ser más competitivas.
Se han sentado las bases de la agenda de finanzas sostenibles. La próxima Comisión Europea debe simplificar el uso de estas normas y colaborar con las empresas, especialmente las pymes, para que aumenten su uso de las herramientas de financiación a su disposición.
Hay una oleada de inversiones verdes esperando a ser liberadas en nuestra economía si seguimos construyendo una agenda de financiación sostenible sólida. No perdamos esta oportunidad.
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