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Supervivencia ante emergencias meteorológicas: ¿cómo salir de un coche arrastrado por el agua?

Cruz Roja advierte de la falta de preparación de los ciudadanos españoles frente a sucesos extremos intensificados por la crisis climática como inundaciones, olas de calor e incendios forestales

Dos familias atrapadas por la subida del mar en el núcleo costero de Denia (Valencia), el 20 de enero de 2020.Foto: MÒNICA TORRES | Vídeo: Miguel Eduardo Cáceres

La crisis climática está intensificando algunas emergencias como las inundaciones, las olas de calor o los incendios forestales. Sin embargo, los ciudadanos no están bien preparados para enfrentarse a este tipo de sucesos, según las conclusiones preliminares del estudio Resiliencia Comunitaria ante Riesgos Climatológicos, elaborado por Cruz Roja y Z Zurich Foundation. ¿Sabría usted cómo actuar si un incendio forestal se acerca a su casa o salir de un coche arrastrado por el agua? ¿Tiene algún plan para reducir los riesgos asociados a estos eventos extremos? Hace ahora justo un año, en pleno mes de julio, una fuerte tormenta inundó una parte de Zaragoza y una mujer consiguió no ser arrastrada por el agua porque se subió al techo de su coche. Esta es una guía de supervivencia ante este tipo de emergencias.

Haga su propio kit de respuesta básica

Para estar mejor preparados ante estas emergencias, Cruz Roja aconseja empezar por identificar las principales amenazas que puede afectar a uno mismo o al conjunto de su familia, según cada situación. En el documento Planes de Emergencia y kit de respuesta básica, esta organización humanitaria que actúa en conflictos bélicos y desastres naturales plantea elaborar una lista con las acciones que uno debe recordar frente a eventos extremos, para antes, durante y después. Las pautas a seguir son muy diferentes según haya en la familia algún miembro más vulnerable, como personas mayores, bebés o dependientes. También se recomienda contar en el hogar con un botiquín, un kit de emergencia o un extintor. En algunos casos, puede resultar útil acordar con todos los miembros de la casa un punto de encuentro donde protegerse o los pasos que deben seguirse en caso de evacuación. Si hay que salir corriendo de la vivienda, se aconseja tener claro qué es lo imprescindible que no hay que olvidar coger, como medicamentos o el móvil con cargador. Una de las principales carencias detectadas por Cruz Roja es la falta de previsión de ahorros en las familias para afrontar una emergencia financiera repentina.

Atentos a las alertas meteorológicas: lluvias torrenciales y desbordamiento de ríos

En lo que respecta a las inundaciones, es esencial estar informado del tiempo y las alertas emitidas por los equipos de Protección Civil, que pueden ser amarillas, naranjas y rojas, en función de la gravedad. En los sitios de costa y en zonas con ramblas resulta preferible evitar circular en coche. El oficial de bomberos de la Comunidad de Madrid Alfonso Segura insiste en la importancia de distinguir entre la inundación pluvial, provocada por lluvias torrenciales, y la fluvial, causada por el desbordamiento de los cauces de los ríos. La primera es más peligrosa “por su inmediatez”, la segunda es más anticipable. Si hay riesgo de anegamiento en la vivienda, es aconsejable desenchufar los electrodomésticos y cortar los suministros para evitar problemas.

Responder a una inundación en casa

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En caso de una inundación que afecta a nuestra casa, Segura aconseja dirigirse al punto más alto del hogar. Una vez allí, es importante contar con un móvil completamente cargado para dar aviso a los servicios de emergencia, una linterna, un sistema alternativo de energía y comida, mantas o ropa de abrigo por si el aislamiento se alarga. Lo más importante es poner primero a salvo a menores, mayores y mascotas. Se pueden taponar las rendijas de puertas y ventanas para aumentar la seguridad, siempre que haya tiempo. En una casa de planta baja hay que valorar si es viable realizar un desplazamiento hacia un lugar seguro que no tenga agua o donde al menos no haya corriente. Puede ser la casa de un vecino o un espacio en altura. Siempre debe evitarse el contacto de ojos, nariz y boca con el agua estancada ya que puede presentar contaminación biológica o química al mezclarse con residuos. También hay que tener cuidado con el riesgo de electrocuciones y no hay que arriesgarse a cruzar corrientes de agua para intentar salvar cosas materiales como coches. “Un metro cúbico de agua es una tonelada de peso, pero si le sumas velocidad, su fuerza se eleva al cuadrado y la peligrosidad por arrastre aumenta”, advierte Segura.

Cómo salir de un coche arrastrado por el agua

Hay que evitar circular por carreteras que puedan ser cortadas y optar por calzadas principales, aunque tampoco son una garantía. Si el agua alcanza el coche, las ruedas dejarán de tener tracción porque esta “empujará con fuerza y el vehículo se convertirá en una tabla de surf”, según Segura. La peligrosidad se detecta cuando un objeto flotante tarda un segundo en recorrer la distancia de un metro, como puede ser la separación entre dos farolas o el largo de un banco de la calle. Esta es la señal que determina que no se debe bajar del coche porque hay riesgo de ser arrastrados por la corriente. En ese momento, hay que moverse en sentido contrario al agua: si esta viene por la luna delantera del coche, es preciso salir por las ventanillas laterales y si penetra por la puerta del piloto, hay que evacuar por la ventanilla del copiloto. El agua, por la fuerza que tiene, impedirá abrir la puerta donde incide la corriente, pero no hay que bajar la ventanilla más próxima al torrente porque esta resguarda al pasajero. Una vez fuera, hay que subirse al techo del coche, el lugar más seguro, y alertar a los servicios de emergencia.

Preparar una casa en el campo frente al fuego

“Históricamente los pueblos tenían una franja de protección alrededor que eran los campos de cultivos, pero en la medida en la que estos desaparecen, la amenaza del fuego se incrementa”, explica el ingeniero forestal y director de Medi XXI GSA, Ferrán Dalmau. Recomienda tener en cuenta el riesgo de incendios forestales si la vivienda es de nueva construcción y tener un plan de autoprotección si la casa ya existía con anterioridad. “Son propietarios del hogar, pero también del riesgo a la que este está expuesto”, advierte.

Es importante tener una franja de seguridad de al menos 50 metros alrededor de la vivienda. No hay que quitar toda la vegetación porque se concentrará mayor temperatura y no habrá sombras ni humedad, favoreciendo la velocidad del viento. Pero hay que evitar la proliferación de matorral y plantas arizónicas, con resina. La flora ignífuga no existe, aunque hay plantas más resistentes al fuego y capaces de ralentizar su avance. Esta estrategia es conocida como pirojardinería. Las pérgolas de brezo seco, las sombrillas, la decoración con pallets, las cubiertas sintéticas o la leña apilada junto a la casa no son aconsejables porque son material inflamable. En cambio, las persianas o contraventanas metálicas y las tejas de cerámica constituyen una buena barrera. Se puede instalar un sistema de riego en zonas clave para impedir el avance de las llamas.

Pisos acechados por las llamas

Si el piso empieza a incendiarse, generalmente, se puede salir porque no habrá demasiado humo. Si la casa del vecino de arriba es la afectada, la persona puede abandonar la vivienda con facilidad, pero si el hogar donde se inician las llamas es el de abajo, las cosas se complican más. No se puede utilizar el hueco de la escalera porque ya estará inundado de humo. Nunca hay que acceder al ascensor, donde se puede sufrir un corte de luz o un “efecto chimenea”. En este caso lo más seguro es confinarse. Segura corrobora que las personas que se recluyen tienen más probabilidades de salvarse que las que salen al exterior en estos casos.

Cuando las llamas avanzan hacia la vivienda

Si el incendio es detectado con suficiente tiempo, los afectados pueden marcharse de su hogar en coche antes de que empiecen los problemas. Si el fuego aparece por sorpresa, lo más recomendable es preparar la casa para que sirva de refugio, evitando materiales inflamables. Los miembros del hogar pueden activar los sistemas de riego, en caso de que cuenten con ellos, y proceder a confinarse con puertas y ventanas cerradas para evitar una intoxicación por humo.

Resulta importante colocarse en el sitio opuesto y más lejano a las llamas y alertar a los servicios de emergencia. El humo abundante causa mareos por inhalación de monóxido de carbono y hasta puede resultar letal. También es recomendable situarse en la zona más baja de la casa, ya que la humareda tiende a ocupar los lugares más elevados. Por ello, puede ser necesario gatear o reptar a ras de suelo hasta encontrar un lugar seguro. Es imprescindible encapsular el humo con obstáculos que se van dejando atrás. “Por dos puertas cerradas, se incrementa la posibilidad de supervivencia en un 70%”, explica Segura. Es apropiado colocar telas húmedas en las rendijas de las puertas y mojar las ventanas para reforzar las trabas.

Un incendio forestal dentro de un coche

Numerosos coches quedaron carbonizados en 2017 en los incendios de Portugal, donde fallecieron al menos 30 personas. Cuando el fuego es incipiente y no hay mucho calor, el coche constituye un lugar seguro. En caso contrario, lo más prudente es parar el vehículo y buscar un refugio. Si todos los alrededores son inseguros, hay que dirigirse al lugar opuesto de donde emana el calor. No intentar escapar de las llamas en una subida que obligue a ir lento, porque el fuego corre rápido pendiente arriba.

Cobertura de los seguros

Los accidentes llamados “riesgos extraordinarios causados por fenómenos naturales” son cubiertos por un seguro que contempla los siguientes sucesos: embates de mar, tempestades ciclónicas atípicas con tornados y vientos de rachas superiores a 120 kilómetros por hora, terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, caídas de aerolitos e inundaciones extraordinarias. Las indemnizaciones de estos siniestros son gestionados por el Consorcio de Compensación del Seguro, organismo público adscrito al Ministerio de Asuntos Económicos, pero para ello es necesario contar con un seguro propio. Un incendio forestal no entra en la garantía.

La vivienda tiene una cobertura de hogar específica, mayor o menor en función de la póliza pactada y el valor dado a la propiedad. En caso de un siniestro en la casa, es importante que el valor de la póliza se ajuste al real. Enrique García, portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), considera que es preferible contar con una “modalidad de seguro a todo riesgo accidental” para sufragar cualquier tipo de gasto. De la misma forma, cree que es mejor contratar un “seguro por capital de reconstrucción del edificio” y no del suelo.

Prepararse para el calor extremo

Otro de los eventos extremos intensificados por la crisis climática son las olas de calor. Para prevenir riesgos en este caso, lo mejor es contar con sitios frescos, sombras y métodos de enfriamiento disponibles, según el doctor jefe de guardia del Servicio de Urgencia Médica 112, Rafael Caballero. En casa, resulta recomendable bajar las persianas de día y ventilar de noche. El ejercicio físico debe realizarse en horas muy tempranas y la ropa tiene que ser amplia y cómoda. La cabeza precisa estar cubierta y la piel protegida con cremas solares e hidratantes. Si hay sudoración intensa es imprescindible la rehidratación con agua, limonadas alcalinas y sueros comerciales. Se desaconseja la cafeína, el alcohol y las bebidas azucaradas. El doctor tampoco recomienda ducharse en agua fría e invita a optar por temperaturas tibias para evitar contrastes bruscos. Antes de subir al coche, hay que ventilar el vehículo, bajar las ventanillas y abrir las puertas para rebajar la temperatura de la superficie.

Síntomas de un golpe de calor

Las evidencias más leves son el agotamiento, el dolor de cabeza, la sudoración extrema, la fatiga, la debilidad, los calambres y los mareos. Los síntomas más graves son la afectación cerebral y del sistema nervioso central, que pueden inducir al coma. La piel seca y las convulsiones también son motivo de alarma. El golpe de calor causó la muerte en España a 757 personas entre 2003 y 2018, según los datos del Instituto Nacional de Estadística.

Cómo actuar con una persona que sufre un golpe de calor

Hay que retirarla de la fuente de calor y enfriarla, tras avisar a los servicios de emergencia. “Es importante rehidratarla si tiene buen nivel de conciencia, pero no hay que hacerlo si la persona tiene afectación neurológica porque esto puede ocasionarle nauseas y vómitos”, advierte el doctor.

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