Expertos mundiales en aves piden a la Unesco que declare Doñana patrimonio mundial en peligro
Científicos de centros de investigación, instituciones, universidades y ONG cargan contra la proposición de ley de la derecha andaluza para ampliar regadíos en la reserva
Un total de 38 instituciones de todo el mundo que investigan y protegen las aves han reclamado a la Unesco que declare Doñana como patrimonio mundial en peligro, un listado en el que aún no está incluida la reserva pese al deterioro provocado por la sequía extrema, el turismo y el robo masivo de agua que ha hundido su acuífero y minado su biodiversidad. Doñana fue declarada patrimonio de la humanidad en 1994. En una carta abierta, científicos de diferentes países como Chile, Alemania, Senegal y Suecia han cargado contra la ley que ha propuesto la derecha andaluza para aumentar los regadíos en el entorno del parque, por su “carácter anticientífico y contraproducente” y que genera un “impacto negativo” sobre el acuífero de la reserva.
Entre los firmantes que alertan contra los planes del PP y Vox destacan cuatro grupos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la mayor organización ambiental del mundo de la que forman parte más de 100 países y 1.200 ONG. Además, sobresalen la británica Sociedad Real para la Protección de las Aves, el instituto francés para los humedales Tour du Valat, centros de investigación internacionales y universidades de Bélgica, Ghana, Estonia, Sierra Leona o Irlanda, entre un listado que acumula 21 países.
“La actual propuesta para expandir los terrenos de regadío alrededor de Doñana solo distrae del diseño y ejecución de los planes necesarios para que todos los sectores de la cuenca del Guadalquivir se adapten a un clima cambiante” que tiene consecuencias “ecológicas y socioeconómicas”, se lee en la misiva. La petición de los científicos lanzada este viernes coincide con el día mundial de las aves migratorias, al que Naciones Unidas ha dado el lema Agua: manteniendo la vida de las aves.
Wouter Vansteelant, investigador de la Universidad de Groningen en Países Bajos y especializado en aves migratorias, critica: “La ley [andaluza] es simplista y un sinsentido, es tiempo invertido en una discusión estéril en vez de una visión a largo plazo. Deben dejar el populismo y desarrollar visiones con la ciencia. Las dos cosas que nos preocupan son que el parque está seco, siendo el punto clave de las aves migratorias, y los arrozales, que han sido su refugio habitual y que ahora vamos a perder. La ley propuesta no es viable y sentimos la urgencia de expresar nuestro apoyo a los colegas de España que la han criticado basándose en la ciencia”.
A la reclamación de los investigadores, la Unesco ha respondido que maneja sus propios tiempos y examinará el próximo septiembre el estado de conservación de Doñana en su comité mundial, que tomará “cualquier decisión necesaria, incluida la posibilidad de inscribir el enclave en la lista de patrimonios mundiales en peligro”, aclaran fuentes del organismo con sede en París. Sin embargo, la alerta científica internacional es otro frente más que mina las políticas verdes que se atribuye el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, que insiste con frecuencia en que hay una campaña de bulos en marcha y que su plan para dotar de aguas superficiales a Doñana es aún ignorado por sus críticos.
Vansteelant subraya que sobre el sello de patrimonio de la humanidad para Doñana, España tiene “derecho de sentir orgullo”, pero también “la responsabilidad por el mal estado” en que se encuentra. “Las aves migratorias nos conectan, y ahora la comunidad internacional le dice a España que debe liderar los recursos para afrontar la situación de impacto y sequía ante el cambio climático”, critica.
Entre las aves más afectadas están las colonias de las agujas colipinta, considerada un símbolo de Países Bajos, y la espátula europea, especies en las que los Gobiernos y la Comisión Europea han gastado miles de euros para su protección. El seguimiento que mediante GPS hacen los expertos de las agujas colipinta ha demostrado que el 60% de toda su población hace parada en Doñana en su camino migratorio hacia África subsahariana.
Las aves migratorias suelen dividir el año en tres periodos: unos meses en Europa central, otros meses en la Península Ibérica y otro periodo en África subsahariana. Ahora que Doñana apenas tiene agua, los pájaros han optado por el estuario del Tajo en Lisboa, l’Albufera de Valencia o el brazo este del Guadalquivir, que aún conserva ciertas plantaciones de arroz. La situación es crítica en la reserva andaluza y el censo registrado de 474.830 ejemplares en la invernada de 2021 cayó en picado el año pasado hasta solo 87.500 aves acuáticas, según la Estación Biológica de Doñana CSIC.
“No hay suficiente agua disponible para satisfacer la demanda [legal] actual de agua para la agricultura y el turismo, y mucho menos para la expansión de superficie regable. Incluso la actual demanda legal de agua resulta insostenible debido a las condiciones de sequía”, añaden los expertos sobre el precario estado del parque.
La carta se une a las críticas frontales y la amenaza de multas millonarias de la Comisión Europea, la advertencia del Gobierno de que llevará la norma al Tribunal Constitucional y las quejas de los ecologistas y la Estación Biológica de Doñana CSIC, que posee el conocimiento científico de la reserva y ha alertado contra el plan de los políticos.
Para el fondo internacional WWF, firmante de la carta, es “muy importante” dar la voz de alarma desde fuera de España, “desde países de donde parten muchas aves hacia Doñana y que ven con preocupación que les afecte el estado de conservación del parque, ya que no encuentran el hábitat adecuado, ni en las lagunas ni en los arrozales”. Teresa Gil, responsable del programa de agua de WWF, incide: “Los científicos hacen un llamamiento muy claro a la Unesco y a la Comisión Europea para que se hagan cambios profundos intersectoriales en el uso del agua, que es quizá el gran reto”. Para Gil, la sequía es incontrolable por el ser humano, pero sí es posible optar por el uso del agua de una manera adaptada al cambio climático. “No queda otra si queremos un futuro para Doñana y los habitantes del territorio”, remacha.
En paralelo, los expertos en aves exigen a la Comisión Europea que “utilice todos los medios a su disposición para hacer cumplir las leyes europeas sobre naturaleza y agua, y ayudar a las regiones y países afectados, como la cuenca del Guadalquivir, a llevar a cabo la transición hacia un futuro resistente al clima”.
La desaparición de los humedales ha cogido una velocidad inusitada con la sequía extrema en el parque y el pasado agosto Doñana se secó por completo. Aunque la situación mejoró con las lluvias de diciembre, la primavera ha sido nefasta, con muy pocas precipitaciones y temperaturas muy altas. En paralelo, este año se van a plantar apenas un millar de las 36.500 hectáreas de otros años, y los terrenos no se inundarán porque los 1.200 empresarios arroceros venderán los 40 hectómetros de agua a fincas de otras provincias de la cuenca del Guadalquivir.
De momento, pese a la oposición frontal surgida, la Junta andaluza (PP) no da su brazo a torcer y la ley sigue su trámite por la vía de urgencia. Eso sí, para evitar las noticias negativas al respecto, el PP ha congelado la proposición de ley hasta después de las elecciones municipales del 28 de mayo. No comparecerán los expertos propuestos en el Parlamento andaluz ni se moverá un papel para evitar que se hable del polémico aumento de regadíos para las fresas onubenses.
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