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Epidemias
Columna
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Del cólera a la covid, ¿qué hemos aprendido con las pandemias?

La pandemia por covid no ha sido la primera enfermedad epidémica que se ha extendido por nuestro país. Sin ir más lejos, el cólera atravesó España durante el siglo XIX igual a un ejército exterminador

Los habitantes de Granada en España hacen hogueras para desinfectar las calles durante un brote de cólera en 1850.
Montero Glez

Hace cinco años estábamos empezando a sufrir los estragos de una pandemia que dejaría millones de muertos a su paso. Una enfermedad infecciosa que nos enseñó lo peligroso que puede llegar a ser algo tan minúsculo e insignificante como un microorganismo.

Con todo, no fue el primer episodio pandémico que sufriría nuestro país. Durante el confinamiento nos lo vino a recordar un libro. Con fecha de marzo del 2021 en su primera edición, y bajo el impactante título de Cólera (La Felguera), aparecieron las crónicas que realizó el periodista Julio Vargas para El Liberal desde mediados de 1885. En cada una de ellas daba cuenta de la tragedia que supuso para Madrid el penúltimo brote de cólera, cuando ya se conocía la causa de la enfermedad y aún seguía muriendo la gente.

Hay que apuntar que la bacteria que provoca el cólera fue descubierta en el año 1883 por Robert Koch (1843- 1910), médico y microbiólogo alemán que demostró que el origen de la enfermedad, —su vía de transmisión— se encontraba en las aguas contaminadas por las enterotoxinas del bacilo Vibrio cholerae. Es aquí donde el periodista Julio Vargas realiza un ejercicio de información que lleva implícita la denuncia al mostrar la realidad de los arrabales de Madrid. Se trata de barrios con nombres de sonoridad oscura, bautizados como Cambroneras o las Injurias, lugares que se verían no sólo afectados por el brote de cólera, sino también por el abandono de las instituciones. Ante desastres así, la irresponsabilidad permite mirar para otro lado.

El cólera es una enfermedad endémica que, desde tiempos remotos, se localizó en Asia, y que llega a Europa por vez primera entre los años 1817 y 1823. Con ello, el siglo XIX será el tiempo de cultivo de una enfermedad que se caracteriza por un cuadro diarreico conocido como colerina tras un periodo de incubación que va de uno a dos días. De esta manera, la muerte por deshidratación llega en menos de una semana.

En nuestro país sufrimos cinco brotes epidémicos entre los periodos de 1833-1834, 1853-1856, 1865-1866, 1885-1886 y 1890-1891. Las primeras víctimas de 1833 se dieron en Vigo y en Barcelona en brotes simultáneos. Será en verano cuando el cólera alcance Andalucía y, a partir de aquí, atravesará nuestro país de punta a punta. Puede decirse que, salvo periodos de respiro entre brotes, la epidemia no cesará hasta finales del siglo XIX.

Va a ser en Madrid, aprovechando la cobertura de su oficio, donde Julio Vargas levante acta periodística. Con un estilo llano y directo, va a mostrar la realidad de los márgenes. Hay que recordar que Madrid era una ciudad que aún tenía trazas de poblachón manchego; un lugar situado al centro del mapa con arrabales de fiebre y miseria; una ciudad cruda donde cualquier diferencia entre dos hombres se saldaba con un duelo a primera sangre. Por esto mismo, en las redacciones de los periódicos, había un salón dedicado a la práctica de la esgrima.

Pero mirándolo bien, echando la vista atrás, un “bichito”, un microorganismo pandémico como el que hemos sufrido, sigue siendo más peligroso que cualquier arma, por mucha que sea la perfidia con la que esta sea empuñada.

El hacha de piedra es una sección donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad científica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.

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Sobre la firma

Montero Glez
Periodista y escritor. Entre sus novelas destacan títulos como 'Sed de champán', 'Pólvora negra' o 'Carne de sirena'.
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