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Un estudio en Israel constata que la vacuna de Pfizer reduce la mortalidad un 72% con una sola dosis

El análisis, llevado a cabo con 1,2 millones de personas, se completó cuando la variante británica ya era la predominante

Juan Carlos Sanz
Una mujer recibe la vacuna  el pasado 18 de febrero dentro de una campaña del Ayuntamiento de Tel Aviv, que ofrece una bebida gratis a quien se vacune.
Una mujer recibe la vacuna el pasado 18 de febrero dentro de una campaña del Ayuntamiento de Tel Aviv, que ofrece una bebida gratis a quien se vacune.CORINNA KERN (Reuters)

La vacuna de Pfizer y BioNTech ofrece una elevada eficacia frente al coronavirus. Por primera vez, un estudio masivo desarrollado en Israel confirma una protección del 94% en casos sintomáticos, a los siete días de la inoculación de la segunda dosis. En un ensayo clínico nacional sobre 1,2 millones de afiliados a la mutua sanitaria Clalit –la mitad de ellos vacunados, y la otra mitad, como grupo de control–, la investigación israelí llevada a cabo entre el 20 de diciembre y el 1 de febrero viene a constatar también la efectividad frente a la variante británica de covid-19, que afectaba entonces al 80% de los casos. El estudio ha sido revisado y publicado en la revista New England Journal of Medicine.

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El primer estudio en la vida real avala la información de la tercera y última fase del ensayo clínico del laboratorio fabricante, completado el año pasado sobre 40.000 personas. Dos semanas después de la inoculación de la primera dosis, la vacuna de Pfizer ya ofrece una protección del 72% para prevenir la muerte y del 57% ante las infecciones sintomáticas. El estudio de la mutua Clalit, la mayor de las cuatro que conforman el sistema público de salud en el Estado judío, muestra además la eficacia para los diferentes grupos de edad y morbilidad. “Pensábamos que en la vida real iba a ser difícil mantener la cadena de frío para conservar la vacuna, pero los resultados han sido tan buenos como en los ensayos clínicos controlados”, ha reconocido a Reuters el doctor Ran Balicer, director de la investigación, en la que ha participado la Universidad de Harvard.

La vacuna de Pfizer no tiene efectos secundarios preocupantes y además es altamente efectiva. Frente a los bulos negacionistas, la campaña de vacunación en Israel –que dos meses después de su inicio ha inmunizado ya a más de un tercio de sus 9,2 millones de habitantes con ambas dosis– arroja datos significativos.

El estudio de Clalit publicado en New England Journal of Medicine ha refinado las series estadísticas para emparejar a cada vacunado con un no inmunizado del grupo de control de su misma edad, sexo, lugar de residencia, situación socioeconómica y similar historial médico. Aunque muestra una evidencia científica de que la vacuna funciona, los autores de la investigación recomiendan mantener las medidas de protección (mascarillas, distancia de seguridad) frente al coronavirus, ya que la inmunización no puede ofrecer una protección total, sobre todo para los miembros de los grupos de mayor riesgo. En Israel, donde un 30% de la población tiene menos de 16 años, resultará difícil alcanzar la inmunidad de rebaño mientras no se desarrollen vacunas para los menores de edad.

Israel ha comenzado a reabrir gradualmente la economía y restaurar los servicios públicos después del tercer confinamiento impuesto desde el inicio de la pandemia. Esta misma semana ha entrado en vigor el llamado “pase verde”, una aplicación donde se descargan los certificados de vacunación en un código digital, que sirve como salvoconducto exclusivo para acceder a gimnasios y espectáculos deportivos y culturales. Varios centenares de ciudadanos inmunizados, en su mayoría mayores de 60 años, fueron los primeros en asistir el miércoles a un concierto en un auditorio al aire libre en Tel Aviv tras 11 meses sin actuaciones musicales en el país.

La eficacia de la vacuna de Pfizer, la única inoculada hasta el momento en el Estado judío, tampoco protege del descontrol durante las celebraciones festivas. El Gobierno ha decretado el toque de queda nocturno en todo el país a partir de este jueves y hasta el domingo, coincidiendo con el festival de Purim o carnaval judío. Miles de policías se han desplegado para impedir los tradicionales desfiles y bailes multitudinarios. Es la fiesta más alegre del calendario judío, que en 2020 estuvo marcada por una ola de contagios masivos. Los textos religiosos hebreos permiten beber hasta el punto de emborracharse en Purim, una tradición que los ultraortodoxos suelen cumplir a rajatabla.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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