Puigdemont quiere visitar a los presos en febrero con un grupo de eurodiputados

Carles Puigdemont multiplica sus intervenciones aprovechando el potente altavoz del Parlamento Europeo. Este lunes, tras asumir su escaño en el Parlamento Europeo, el expresidente catalán dijo en rueda de prensa que lo primero que haría si se le permitiera volver a Cataluña sería visitar a los presos independentistas. Este martes ha insistido en ese deseo poniéndole fecha, pero consciente de que llevarlo a la realidad no será sencillo. "Si aquí hay una misión de parlamentarios europeos para el 23 o 24 de febrero, que quieren ir a visitar las cárceles, si ya pudiésemos formar parte de esta comitiva, sería fantástico", ha afirmado Puigdemont, en una entrevista en Rac 1 en la que además ha desvelado que pretende realizar un acto político en Perpiñán ese mismo mes.

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El flamante eurodiputado cree que su inmunidad como miembro del Parlamento debe ser tan efectiva en España como lo es en el resto de la UE, por donde puede desplazarse sin impedimento alguno. Pese a ese convencimiento, teme ser detenido si cruza la frontera española, con lo que cualquier movimiento será antes cuidadosamente estudiado con sus abogados. El líder independentista ha elegido la cautela en la mayoría de sus pasos desde que huyó a Bélgica hace 26 meses. El mejor ejemplo de esas precauciones lo dio el pasado 2 de julio, cuando eligió permanecer en la parte alemana de la frontera y no acudir a la protesta convocada en el Parlamento Europeo para criticar su exclusión. Los precedentes le han hecho extremar la prevención. Cuando rompió esa regla y viajó a Finlandia en contra del criterio de parte de su equipo legal, fue la única vez que se encontró al borde del precipicio merced a su detención en Alemania, de la que finalmente salió airoso.

El anuncio de Puigdemont coincide con su estreno tomando la palabra en el Parlamento Europeo durante la mañana de este martes. En su intervención, ha señalado que "la autodeterminación es la mejor manera y la más democrática de resolver los conflictos". Ha añadido que “la represión no puede ser una solución aceptable” y ha hecho un llamamiento al diálogo al afirmar que "los políticos europeos deben hablar" sobre la situación en Cataluña porque también es "un asunto interno de la Unión Europea".

Sus declaraciones han provocado la primera controversia. La jefa de filas de los populares españoles, Dolors Montserrat, y el de Ciudadanos, Luis Garicano han pedido turno de réplica, pero Puigdemont, que podía aceptar o rechazar que ambos intervinieran tras él, ha decidido rehusar el debate, y por tanto, un primer cara a cara con ambos que se auguraba tenso.

Puigdemont se ha sentado en su escaño junto al exconsejero Antoni Comín, después de que ambos cruzaran el umbral de la Eurocámara por primera vez como eurodiputados ayer lunes, seis meses después del inicio de la legislatura. Por ahora forman parte del grupo de los no inscritos después de que Los Verdes no hayan aceptado de momento su integración en el grupo. El portavoz del grupo ecologista, el belga Philip Lamberts, ha lanzado este martes un jarro de agua fría a su intención de unirse a ellos al asegurar que sería "una falta de coherencia". Lamberts les ha emplazado a sumarse a "sus mejores amigos belgas", en referencia a la N-VA el partido nacionalista flamenco antinmigración que ha sido el principal soporte de Puigdemont en Bélgica, y que comparte espacio con Vox en el grupo de los Conservadores y Reformistas.