Colau cede al PSC la seguridad y la promoción económica pero controlará el presupuesto de Barcelona

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La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el socialista Jaume Collboni han presentado este miércoles su acuerdo de gobierno en el Ayuntamiento de Barcelona. El futuro gobierno tendrá seis tenientes de alcalde, tres para cada partido. Los comunes han cedido al PSC áreas de peso y especialmente sensibles, como la seguridad, que tendrá rango de tenencia de alcaldía, con Albert Batlle (Units per Avançar) al frente; la promoción económica de la ciudad, que capitaneará Collboni, o la Movilidad. Colau, con todo, controlará el presupuesto de la ciudad y áreas clave para su programa como son  urbanismo, servicios sociales, vivienda y cultura.

En el equipo de la alcaldesa gana peso Jordi Martí, gerente en el pasado mandato, que ahora asume las concejalías de Presidencia y Plan de Barrios, desde donde coordinará el gobierno, y la de Presupuesto. Formalmente, tanto las bases de Barcelona en Comú como las del PSC deben ratificar el acuerdo en los próximos días.

Respecto a la cuestión territorial, en la que Colau y Collboni tienen discrepancias, el documento del acuerdo especifica que se trata de un “gobierno de Barcelona y por Barcelona” y que “no se subordinará a ninguna otra lógica, criterio o institución”. “Los dos partidos que conforman el gobierno expresarán de forma autónoma sus posiciones respecto al ámbito nacional del acuerdo con sus propios posicionamientos políticos y así se expresará en el caso de que estos asuntos lleguen al plenario o en distintos órganos de gobierno, garantizando la estabilidad y la solidez del ejecutivo y el respeto a la pluralidad de Barcelona”, afirma el acuerdo.

Colau ha explicado que se mantendrá la pancarta con el lazo amarillo de apoyo a los políticos presos en el balcón porque, ha argumentado, fue una decisión que tomaron los partidos del Ayuntamiento en la junta de portavoces. Collboni, en su turno, ha manifestado que no está de acuerdo, pero ha puesto este caso como ejemplo de cómo gestionar discrepancias concretas.

Colau ha subrayado que “el acuerdo progresista es el más fuerte y estable de los últimos tiempos” (suma 18 de los 41 concejales del pleno) y ha subrayado que las áreas “no serán compartimentos estancos” de uno u otro partido, sino que las responsabilidades serán compartidas. En todas las áreas hay concejales comunes y socialistas. La alcaldesa ha señalado también que las prioridades son las cuestiones sociales, el cambio climático y el derecho a la vivienda y que se fortalecen áreas como la seguridad o la cultura, que adquieren rango de tenencias de alcaldía. Por su parte, Collboni ha asegurado que “la agenda de los ciudadanos será la agenda de este gobierno”, y ha prometido “tender la mano” para alcanzar grandes acuerdos con la oposición, la Generalitat y las entidades de la ciudad.

En el marco de la idea de un gobierno trufado, la primera tenencia de alcaldía de Economía, Trabajo, Competitividad y Hacienda será para Jaume Collboni. La segunda, de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad, recaerá en Janet Sanz, que repite en estas responsabilidades. La tercera tenencia, para Laia Bonet (PSC), con responsabilidad en la Agenda 2030, Transición Digital, Deportes y Coordinación Territorial y Metropolitana. La tenencia de Derechos Sociales la mantienen los comunes, con Laura Pérez en la cabeza. La quinta tenencia de alcaldía será la de Prevención y Seguridad y recaerá en Albert Batlle (PSC). Y finalmente, los comunes retienen las áreas de Cultura, Educación y Ciencia, con la sexta tenencia de alcaldía y Joan Subirats al frente.

Colau y Collboni ya gobernaron juntos en el mandato pasado. Un pacto que duró apenas un año y medio y que finalizó cuando las bases de los comunes decidieron romperlo por el apoyo de los socialistas a la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña. Los equilibrios de fuerzas han cambiado respecto a entonces: Colau tenía 11 concejales y Collboni solo cuatro. Ahora, los comunes tienen 10 concejales y el PSC ha doblado su representación hasta ocho, por lo que su peso en el gobierno será mucho mayor.

Y en el caso del poder territorial, los dos socios lo han repartido a medias, con cinco de los diez distritos para cada partido. Los comunes mantendrán Ciutat Vella (el distrito más presionado por el turismo), el Eixample, Sants-Montjuïc, Gràcia y Sant Andreu. Los socialistas capitanearán Nou Barris (los que concentran las rentas más bajas de la ciudad), Les Corts, Sarrià-Sant Gervasi, Horta- Guinardó y Sant Martí.