El independentismo crece en las generales pero queda lejos de la mayoría
ERC, Junts per Catalunya y Front Republicà suman el 39,38% mientras que las formaciones no secesionistas obtienen el 43% de los sufragios
Uno de los mantras preferidos del independentismo más duro es que su opción política cuenta con una mayoría social en Cataluña. Los resultados de las elecciones generales del pasado domingo, sin embargo, muestran una realidad muy distinta. Cuatro de cada diez votos (el 39,38%) fueron a parar a las formaciones que nítidamente defienden la secesión —ERC, Junts per Catalunya y el Front Republicà—. Ese resultado es su máximo histórico en unos comicios generales, pero aún está muy alejado de la mayoría. Las formaciones no independentistas, por su parte, acumularon 1.748.129 sufragios, el 43,2% del total de los emitidos en Cataluña. El 17,4% restante incluye a En Comú Podem (partidarios de un referéndum de autodeterminación pero sin posicionamiento claro sobre la independencia) y partidos minoritarios que no se pronuncian sobre esta cuestión.
Tanto ERC como Junts per Catalunya (el partido del expresidente Carles Puigdemont) destacaron ayer que el independentismo ha salido “victorioso” este domingo. “Por primera vez un partido independentista ha ganado las elecciones generales en Cataluña, y esto indica que el independentismo cada vez es más fuerte”, dijo la portavoz de los republicanos, Marta Vilalta. Desde Junts per Catalunya ven los resultados electorales como “el no a la represión, el no al 155 y el sí al derecho a la autodeterminación”, según la diputada electa Laura Borràs. El entorno de la extinta Convergencia logró obtener 16 diputados y más de un millón de votos en las generales de 2011.
Ambas formaciones y el Front Republicà (una candidatura de una parte de la CUP y que no logró representación en las Cortes) obtuvieron en conjunto 1.626.001 sufragios, que equivalen al 39,38% del total.
Siempre menos del 50%
En ninguna cita electoral los votos a favor de que Cataluña se separe del resto de España han sumado el 50%, si bien el apoyo a esta opción en comicios generales se ha visto reforzado votación tras votación. En las pasadas elecciones al Parlament de Cataluña, con un récord de participación y con la intervención del autogobierno de la Generalitat y los líderes independentistas en prisión preventiva por presuntos delitos de rebelión y malversación, el bloque independentista obtuvo el 47,9% de los votos.
Los dos partidos independentistas, que luchaban por la hegemonía de ese bloque, obtuvieron el 28-A un total de 22 escaños, un resultado histórico. El separatismo logró sumar 510.279 votos, un aumento de 7,7 puntos porcentuales respecto a las elecciones generales de 2016. Las opciones no independentistas (PSC, Ciudadanos, PP y Vox) también aumentaron en sufragios, pasando de 1.405.103 a 1.748.120 (379.026 votos más). Se trata de una subida menor a la del independentismo, de 2,8 puntos.
Los resultados del pasado domingo sí muestran un apoyo mayoritario de los catalanes a los partidos que defienden la celebración de un referéndum pactado con el Gobierno sobre la independencia de Cataluña. Los comunes, que no se han definido con claridad sobre la independencia, sí son partidarios de realizar esa votación, que llevaban en su programa electoral. Esa opción, sumando los votos independentistas, logra el 54% de los sufragios.
Precisamente la candidatura de En Comú Podem, liderada por Jaume Asens, fue una de las que salió peor librada el pasado domingo. En las elecciones generales de 2016 el partido de la alcaldesa Ada Colau se hizo con la victoria en Cataluña, al obtener más de 850.00 votos (12 diputados), el 24,53%. Esta vez, ese apoyo se desplomó hasta los 614.738 votos, el 14,89%.
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