Colau anuncia la expropiación de las dos casas de Gràcia amenazadas de derribo

A solo cuatro meses de las elecciones, el gobierno de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se comprometió ayer a expropiar las fincas de los números 15 y 17 de la calle Encarnació. El pasado noviembre el inicio del derribo de las casas por parte de los promotores de un conjunto de pisos y la amenaza de talar una encina bicentenaria desató una intensa protesta vecinal. El concejal del distrito de Gràcia, Eloi Badia, no precisó ayer cuánto costará la operación. El gobierno municipal deberá contar con el apoyo de la oposición.

Badia, además de anunciar la expropiación inminente de las dos fincas, remarcó que estos espacios —que en el momento en que se inició el derribo no estaban catalogados y cuyos promotores tenían todos los permisos en regla— se destinarán a la construcción de una guardería, una zona verde y viviendas sociales.

El edil convocó de urgencia una rueda de prensa en el Consistorio junto a miembros del colectivo Salvem l’alzina y les casetes de Gràcia. El concejal aseguró que la decisión llega después de meses de negociación con la entidad vecinal que se autoorganizó para evitar la tala de la encina. “Dentro de este planteamiento se incorporará un expediente de expropiación, ya que las negociaciones con la propiedad para la compra del espacio no han dado resultado”, indicó Badia, quien reconoció que esta modificación del planteamiento y expropiación tendrá que contar con la aprobación de la mayoría de los grupos con representación en el Consistorio.

Badia justificó que la decisión de expropiar un terreno sobre el que no se había actuado hasta que comenzaron a protestar los vecinos se basa en la necesidad de equipamientos públicos en Gràcia, especialmente vivienda y educativos: “Los dos elementos son una prioridad pero, además, estamos creando una nueva plaza, un espacio verde público con la encina bicentenaria catalogada y la fisonomía de las casas preservada”.

El concejal recordó que hay una demanda interpuesta de desalojo con fecha abierta por parte de la propiedad, ya que los vecinos ocupan continuamente el espacio para evitar la tala del árbol. De hecho, en noviembre pasado, tras el inicio de las movilizaciones, Badia ya anunció un acuerdo con la empresa promotora para salvar la encina: un pacto que comportaba compensar a la firma porque salvar el árbol comportaba que se hicieran menos plazas de aparcamiento de las previstas en el plan original.

No fue la única medida que tomó el Ayuntamiento. En diciembre el Consistorio decretó una suspensión de licencias de nueva construcción y grandes rehabilitaciones en el casco antiguo del distrito para revisar todos los edificios y decidir si cataloga y protege algunos que actualmente no lo están.

Pese a desconocer el coste de la eventual expropiación, Badia la calificó de “muy asequible” y señaló que “la adquisición de estos terrenos supone unas ganancias para Gràcia que son muy evidentes. La ciudadanía ha ganado a pulso la expropiación de las casas de la calle Encarnació. Ahora el calendario es largo, ya que supone la modificación del plan general en el que se incluirá la expropiación. Trabajaremos para poder debatirlo en el pleno del próximo abril y la votación final será, previsiblemente, el próximo septiembre”.