La edificación se desploma en Barcelona mientras crece en Cataluña
Los proyectos visados por los arquitectos en la capital caen coincidiendo con las restricciones de Colau
La edificación se recupera en Cataluña, aunque sin aspavientos, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2006 y una debacle que tocó fondo en 2013. El Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC) hizo públicos este lunes los datos del año pasado, cuando los proyectos visados aumentaron un 15% respecto a 2017, con 4,5 millones de metros cuadrados. Pero si la futura construcción crece en toda Cataluña, en Barcelona se desploma por segundo año consecutivo y suma una caída del 20% a la del 2017, cuando fue del 13%.
La caída, que afecta sobre todo a los proyectos más grandes (de más de 10.000 metros cuadrados) coincide con cambios normativos realizados por el gobierno de la alcaldesa Ada Colau que son de calado para el sector de la construcción. Es el caso del Plan de Hoteles (PEUAT, que limita mucho su crecimiento) y la obligatoriedad de que los promotores reserven un 30% de los pisos que construyan a vivienda social. La decana de los arquitectos, Assumpció Puig, respondió diplomáticamente a la pregunta de si vincula la caída de proyectos con la gestión de la alcaldesa: "Los datos hablan por sí solos. Hace dos años que caen y han pasado una serie de cosas, si es causa-efecto no lo diré yo".
Sobre Barcelona, Puig citó también la lentitud con la que el Ayuntamiento tramita las licencias. "En los dos últimos años vamos a peor, se ha reducido el tiempo de respuesta, y en algunos distritos más que en otros", lamentó. La decana admitió que en parte esta lentitud se debe a que se han jubilado muchos técnicos y "las plantillas van a tope, en Barcelona y fuera de Barcelona". "No es una lentitud por razones políticas, pero afecta a la política de la ciudad", dijo y añadió: "El dinero [los inversores] no quieren dificultades".
Más allá de Barcelona, la decana expresó varias preocupaciones que tiene el sector: la caída de los proyectos de rehabilitación, que la construcción de viviendas no es suficiente para satisfacer la demanda y que apenas se construye a parte de vivienda, lo que apunta a una nueva crisis. Respecto a la rehabilitación, cuyos proyectos visados caen un 3%, los arquitectos la consideran alarmante, y recuerdan que el 70% del parque residencial catalán tiene casi 40 años.
Sobre la cifra total de proyectos de vivienda visados (que suman 14.515 pisos, un 29% más que en 2017), Puig recuerda que están "todavía lejos de los 26.000 que el Plan Sectorial de Vivienda sitúa como óptimos para dar respuesta a la demanda". De la cifra total de pisos, solo un 10% corresponden a rehabilitaciones, el resto son obra nueva. Además, 9.000 se concentran en el área de Barcelona (excluyendo la capital), donde hay más suelo disponible.
La tercera preocupación que expresó la decana de los arquitectos es la caída de la superficie visada que no corresponde a vivienda sino a hoteles, naves industriales, comercio, oficinas, sanidad o educación. El 2018 se visaron 952.851 metros cuadrados para estos usos, lejos del casi millón de metros del año 2017 o de los 1,2 millones de 2016. Puig apuntó que esta caída es alarmante porque afecta a la edificación que resulta más productiva. "En la construcción de vivienda el empleo se acaba cuando se entregan los pisos, pero en cualquier otra edificación, se genera empleo también después", dijo. Las únicas subidas de superficies visadas que se registraron en 2018 corresponden a proyectos concretos: hoteles, un hospital y un centro comercial en Girona.
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