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Manuela Carmena: “Los discursos de los políticos son infantiles”

La alcaldesa prefiere para su candidatura a “personas que estén en la vida civil, no tanto en los aparatos” de partidos

Manuela Carmena en el paseo de Recoletos este viernes.Vídeo: Jaime Casal | Carlos Rosillo

Manuela Carmena (Madrid, 1944) tiene un despacho modesto y acogedor en un palacio de pasillos anchos y cristaleras. En el centro de una mesa de reuniones hay ceniceros de bolsillo para las visitas, porque para la alcaldesa de Madrid que la ciudad esté limpia es en gran medida cuestión de civismo. Con firmeza, invita a usar los percheros de su oficina y critica la teatralidad de la clase política. Para su candidatura prefiere “personas que estén en la vida civil, no tanto en los aparatos” de partidos.

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Pregunta. No era una persona mediática cuando fue elegida candidata en 2015.

Respuesta. No, no lo era. Escribí un libro cuando me retiré de la judicatura que se llamaba Por qué las cosas pueden ser diferentes. Con ocasión de ese libro me hicieron una entrevista en La Sexta. Probablemente, nadie habría pensado en mí, si no fuese por esa entrevista.

P. En su primera intervención en el pleno invitó a los concejales a tutearse, a tener un debate conciliador. ¿Ha fracasado?

R. Solo en parte. Se ha mejorado la relación. Hay un sentimiento de cierto disgusto por muchos de los concejales de esa forma de actuar. Muchos dicen que qué pena que actuemos así.

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P. ¿Y qué queda de esos primeros días de camaradería y lealtad en sus filas?

R. En el fondo no nos conocíamos. Hubo que hacer todo un proceso de acomodación del grupo y surgieron elementos muy aglutinantes, pero también discrepantes. Luego hubo compañeros que se sintieron más incómodos y con los que hubo que establecer unas ciertas normas para regular el desacuerdo.

P. ¿La diferencia entre aquella candidata y la que va a ser ahora está en hacer equipo?

R. Sí, claro. El equipo tiene que ser el que se ha consolidado y a partir de ahí, mejorarlo y hacerlo mucho más aglutinante. Cuando se hicieron las candidaturas, no solo la nuestra, se reflexionó poco sobre las municipales. Porque no se elige a unos diputados como en la Asamblea o en las elecciones generales, sino que se elige, entre comillas, a unos ministros que van a ser los que van a ejecutar la política municipal. El alcalde no puede nombrar a un concejal de cultura que no sea un concejal. Con lo cual, hay que preparar el equipo ejecutivo, porque es un equipo de acción, no es un equipo de debate. Es curioso el sistema municipal en el que la estructura parlamentaria es mínima y más bien un elemento de permanente control al Ejecutivo. Lo esencial del Ayuntamiento es la acción.

P. ¿En sus primarias cada candidato tendrá asignada su futura función?

R. Sí. Lo mismo si es el concejal de un distrito como si es el de un área. Lo que pretendemos es que sea una candidatura del Gobierno municipal.

P. ¿Cómo va a ser el proceso?

R. Me he alejado de la creación de la plataforma, porque mientras sea alcaldesa, debo dedicarme en exclusiva a gobernar. Hay un debate muy interesante sobre cómo hacer ese proceso de selección. Se irá consolidando y se determinará cómo va a ser la participación de los ciudadanos.

P. ¿Qué ciudadanos?

R. Las personas que se apunten a la plataforma. La idea es hacer una plataforma lo más amplia posible, y que la gente que tenga interés en que continúe el Gobierno municipal, se apunte.

La alcaldesa de Madrid se enfrenta a 10 imágenes y momentos que se han vivido en Madrid.Vídeo: Jaime Casal | Carlos Rosillo

P. ¿Será una agrupación de electores?

R. Puede haber dificultades políticas importantes con esa fórmula. Y eso quizás obligue a hacer un partido instrumental.

P. ¿Cómo se va a financiar?

R. Por todos y cada uno de la plataforma. Cada persona tendrá que aportar dos euros, cuatro euros. Ya se verá.

P. Si pierde las elecciones no estará en la oposición. Cobra importancia su número dos.

R. Quiero explicar esto: si soy útil ahora es con la dirección del equipo, pero no sería útil en la oposición. Continuaría quien se decida en su momento que sea el número dos. No está decidido.

P. Todo el mundo piensa que la lista la hará usted.

R. No quiero que sea así. Quien dirige un equipo tiene una responsabilidad y yo la asumo, y no puedo tener un equipo que no puedo asumir. También que en el equipo estén cómodos todos, no solo conmigo.

P. ¿Se siente cómoda con Podemos después de la crisis con sus seis concejales?

R. Sí, por supuesto. Lo que siempre me ha inquietado más de los partidos es que pretenden dar unas soluciones a todo, tienen que decidir sobre todo y eso es lo que está mucho más en cuestión ahora.

P. Cuando llegó a la política con los ayuntamientos del cambio, se habló del fin del bipartidismo. Ahora tenemos un Gobierno en minoría, con una crisis grave con Cataluña. ¿Qué ha pasado?

R. Ha pasado la vida. La vida social tiene mucho que ver con la individual. En la vida social hay acontecimientos, cambian los hitos, las actuaciones y es verdad que, ahora, que haya una pluralidad permite enjuiciar más a las estructuras de los partidos y tener una visión más crítica y más exigente. Es muy apasionante. No es ni malo ni bueno.

P. ¿Ha cambiado el debate político?

R. Ha empeorado muchísimo, pero no por el bipartidismo. Hay una crisis de lo que significa la manera de hacer política. Estamos viviendo un momento muy triste porque la clase política lleva mucho tiempo muy desprestigiada, pero no consigue levantar cabeza y da un malísimo ejemplo; cada uno va a lo suyo y en el diálogo político parece que solo buscamos lo que nos diferencia del otro. Es como una ansiedad por criticar al otro para diferenciarnos. Mucha gente dice “lo que propone este partido es estupendo pero estamos en la oposición y hay que decir que no”. Es terrible. A la gente eso le harta y casi le da risa. Nada es ni tan horrible ni tan fantástico. Los discursos de los políticos son infantiles, son simples, son teatrales y la gente de esta sociedad es madura. Yo estoy orgullosa de la sociedad española, que no puede hacer más que mirar con una cierta sonrisa a la clase política diciendo, “chicos, qué hacéis”.

P. ¿A usted la crisis catalana le duele especialmente?

Carmena en la torre del reloj del palacio de Cibeles.
Carmena en la torre del reloj del palacio de Cibeles.Carlos Rosillo

R. No, me parece que es la vida. Si cierras un poco los ojos y piensas qué ha pasado en la historia de España, hay tantas cosas. Fíjense cuando se debatía el derecho a la autodeterminación en el Gobierno vasco y se llevó a cabo una modificación del Código Penal para prever que fuera delito el referéndum, con aquellas crispaciones. Y después las cosas pasan y fuimos capaces de vencer a ETA y ahora mismo el País Vasco es una parte de España atractiva, donde han sabido encontrarse unos a otros. Todo esto hay que vivirlo con mucho sentimiento de lo que es nuestra historia. A mí me encanta la poesía esta de Machado que dice que “Madrid es el rompeolas de todas las Españas”. Nos recuerda que somos las Españas y eso es muy bonito, pero hay que asumirlo. Si se hacen las cosas bien y tenemos claro que somos muchas Españas, claro que habrá un camino para que nos encontremos todos más y mejor.

P. ¿Cree que los políticos que están presos deberían esperar el juicio en su casa?

R. Estoy en contra de la prisión provisional, lo he estado toda mi vida. Es una cosa absolutamente excepcional, pero no es que lo diga yo como antigua magistrada, es que lo dice nuestro ordenamiento jurídico.

P. Un grupo de juristas ha firmado un manifiesto en contra del uso de los delitos de rebelión y sedición. ¿Qué opina usted?

R. No quiero entrar en el debate puramente jurídico de la calificación de unas actuaciones que sin duda fueron ilícitas. Pero sí digo que aunque las haya habido, que tendrán que calificarlas quienes les corresponda, la judicialización de un desacuerdo político, aunque el mismo se expresara en actuaciones ilegales no debe tener esta respuesta.

P. ¿Se sintió acosada por el Gobierno de Rajoy?

R. No, en absoluto. Tuve buenas relaciones. Hubo falta de entendimiento con el señor Montoro, pero buscamos acuerdos.

“La Gran Vía es mi niñez”

Carmena tiene una conexión emocional con la calle que acaba de reinagurar después de una remodelación que describe como "muy necesaria y muy bonita". "Fue mi niñez", explica. Allí estaba el comercio de su padre, inicialmente una camisería que se llamaba Carmelo y que se ubicaba donde hoy está la tienda del Real Madrid. Es la segunda que abrió, después de otra que tenía en la plaza de Canalejas.

“Mi padre, que era muy emprendedor, se dio cuenta enseguida de que había que hacer confección a medida, además de camisas. Hubo una temporada que ganó mucho dinero vendiendo prendas de ante”, cuenta la alcaldesa, que no se olvida de los clientes franceses que pasaban por allí. “Yo era pequeñaja, pero me acuerdo mucho de ir a la tienda. Me encantaba”. Los sábados iba con su madre y una de sus hermanas. El padre se quedaba en la tienda y la madre y las niñas iban al cine y a merendar en una cafetería en la misma calle. La alcaldesa también evoca las procesiones que veían pasar desde el escaparate. “La Gran Vía es mi niñez”, dice con una brizna de nostalgia.

P. ¿Son los que acaba de presentar los presupuestos en los que se ha podido expresar mejor?

R. Sí. Tengo mucha ilusión, es un presupuesto muy majo.

P. ¿Se siente más cómoda con el Gobierno de Sánchez?

R. Sí, nos entendemos mejor, porque tenemos un mismo propósito. Con el tema de la inmigración, o la necesidad de llevar a cabo más inversiones sociales. Coincidimos más con el Gobierno Sánchez en la forma de ver cómo debe ser la presión fiscal.

P. Y toman la gran decisión de Madrid Central.

R. Es una consecuencia de las Áreas de Tráfico Reducido, concebidas desde la política del alcalde Gallardón. Por eso es tan curioso que ahora parezca que es algo que hace un Gobierno progresista, que la derecha atribuye a una ideología de la izquierda. Es un tema inevitable, gobierne la derecha o la izquierda. Porque si no, no se puede vivir en las ciudades, hay un nivel de insalubridad tan inaceptable como cuando el agua no se depuraba.

P. ¿No es arriesgado acometer el proyecto tan cerca de las elecciones?

R. No nos preocupa mucho. El objetivo no puede ser ganar las elecciones, el objetivo es hacer las cosas bien.

P. Hay quien piensa que no multarán hasta después de los comicios.

R. En el pleno me dicen esas cosas y yo digo: “Pero qué mal pensados sois todos, ¿no?” A mí ni se me había ocurrido. Lo que hemos dicho es: vamos a poner dos meses y medio para que la gente vaya aprendiendo qué hay que hacer. Soy partidaria de que las leyes tengan una época de ensayo, y después se consoliden. Eso no es posible, pero se puede hacer una vacatio legis, una especie de períodos intermedios en los que en lugar de sancionar, avisas, aconsejas, explicas. Y es muy interesante, me gustaría que se hiciera en la legislación general. En febrero se empezará a sancionar, después de asegurarnos que todas las cámaras funcionen bien. Yo acabo de mandar una carta a todos los vecinos y les digo que vamos a ir evaluando y que nos interesan mucho sus opiniones.

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