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El nuevo rumbo de Telemadrid

La cadena abrió en 2017 un nuevo ciclo para alejarse de la manipulación política, recuperar audiencia y reponerse del traumático expediente de regulación de empleo de 2013

Sede de Telemadrid en la Ciudad de la Imagen.
Sede de Telemadrid en la Ciudad de la Imagen.Jaime Villanueva

En el último año y medio, Telemadrid ha cambiado de piel. Una transformación que se percibe en el tono de los informativos y en la apuesta por la producción propia. “Ahora Telemadrid no expulsa a nadie”, dice el director general del ente autonómico, José Pablo López Sánchez, que accedió al cargo en enero de 2017 después de haber ganado el puesto a través de un concurso público entre una treintena de aspirantes. Su candidatura contó finalmente con el voto a favor en la Asamblea de Madrid de PP, PSOE y Ciudadanos y la abstención de Podemos.

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Telemadrid abrió entonces un nuevo ciclo con el objetivo de despolitizar la cadena y reponerse de un traumático expediente de regulación de empleo que supuso la salida de 861 trabajadores (dos tercios de la plantilla) en 2013 y que fue declarado improcendente. Superar el descrédito informativo acumulado y el hundimiento de la audiencia eran otros de los retos: “Nos hemos esforzado para llevar a cabo un cambio interno que integre a todas las sensibilidades dentro de la compañía de una manera ordenada y tranquila”, dice López Sánchez, que destaca la modernización estética que ha afrontado la cadena y la mejora de Telenoticias “desde el punto de vista de la pluralidad y la neutralidad”.

La cadena se ha esforzado en desprenderse del servilismo informativo del que disfrutó el PP: “Debemos defender los medios públicos como un derecho de los ciudadanos, no como lo han entendido los políticos, que cuando ganaban las elecciones llevaban como premio una televisión pública y una caja de ahorros. La RTV pública es un derecho de los ciudadanos”, explica López Sánchez que había trabajado antes en dos televisiones privadas: 13 TV y La Sexta. Ahora, al pasar a la pública, considera que priman otras exigencias.

“Los trabajadores enfrentamos esta nueva etapa con esperanza”, reconoce Luis Lombardo, presidente del Comité de Empresa de Telemadrid. “Teníamos que quitarnos la losa de la manipulación y del despilfarro”, añade. Habla en referencia a la externalización de programas y de las contrataciones de profesionales externos. “Durante el ERE, se mantuvo a mucha gente que no había sacado la oposición y que habían sido contratados de otra manera”, continúa en referencia a la denominada “redacción paralela”. Los trabajadores defienden la recuperación de puestos de trabajo (hasta el momento ha habido 190 reincorporaciones lo que deja una plantilla de unos 400 trabajadores); la internalización de departamentos; la producción propia; la independencia política; y la ganancia de prestigio.

El director general de Radio Televisión Madrid, José Pablo López Sánchez.
El director general de Radio Televisión Madrid, José Pablo López Sánchez. Santi Donaire (EFE(

Pese a todos esos esfuerzos, “hay personajes a los que les cuesta pensar que Telemadrid ha alcanzado un grado de autonomía política impensable hace tiempo”, apunta López Sánchez. Entre esos personajes, figura la expresidenta de la Comunidad Esperanza Aguirre, que recientemente abandonó de manera abrupta el estudio de Buenos días Madrid tras acusar al programa de confeccionar una escaleta “antiPP” y a los presentadores, Verónica Sanz y Ricardo Altable, de ser “podemitas”. “Como periodista, le pediría más respuestas y menos excusas, y como director general le diría que, al contrario de lo que parece que se hacía en otras épocas, la escaleta la hacen los profesionales”, responde el director general de Telemadrid a la que fue todopoderosa dirigente regional del PP y que utilizó profusamente en su beneficio los medios públicos. Y añade: “Una parte de la clase política y periodística tiene que entender que los ciudadanos tienen derecho a unos medios públicos que les sirvan con objetividad y neutralidad”.

Esa manera de entender las funciones de un servicio público llevó a separar de la pantalla al presentador Santi Acosta después de que participara en un acto político de Ciudadanos. “Consideramos inoportuno que un rostro de la información apareciera vinculado a un partido político. Pero su salida de Telemadrid no tuvo que ver con este acto: acabó su contrato y estaba previsto que su puesto fuera ocupado por otra persona”, matiza.

El cambio de modelo de gestión de Telemadrid afecta también a las infraestructuras. “No podemos perder el carro tecnológico”, incide su director general, “ahora tenemos un nivel importante de obsolescencia, como demuestra el hecho de que no podamos emitir plenamente en alta definición”. La cadena ha reacondicionado los estudios para emitir desde su propia sede los informativos y los programas de actualidad.

“Somos la televisión pública más barata: unos 10 euros al año por habitante”, remarca el representante de los trabajadores Lombardo. Tras sufrir drásticos recortes en su presupuesto, el ente regional contó en 2018 con una aportación de la Comunidad de 70,3 millones de euros (presupuesto que se completa con los 8 millones recaudados por publicidad, medio millón menos de lo previsto inicialmente). Para 2019 la dotación pública ha subido un 4,2%, hasta los 83 millones. La cadena está a la espera de la firma del contrato-programa con la Comunidad de Madrid, un plan trienal a través de cual se establecerán las obligaciones de la compañía y se la dotará de la suficiente financiación para que el ente aborde la modernización técnica.

Para las cadenas autonómicas, este es un año de vacas flacas. Los datos de la consultora InfoAdex sobre la inversión publicitaria en los nueve primeros meses del año suman para el conjunto de las autonómicas 70,7 millones de euros (un 12,3% menos que el mismo periodo del año anterior). Pese a que la audiencia de todas las autonómicas supera el 7% solo reciben el 4,7% de la publicidad televisiva.

En el ranking de audiencia de la Forta, la federación que agrupa a los entes públicos regionales, la madrileña se sitúa a mitad de la tabla. Ha iniciado la temporada con una media del 4,5%, mejorando en nueve décimas el dato registrado en septiembre del año pasado. Los informativos se han reforzado con la incorporación de Lourdes Maldonado, Javi Gómez y Silvia Intxaurrondo, y la parrilla se ha renovado con concursos y series, entre las que destaca La víctima número ocho, una coproducción con la vasca ETB, que tiene como eje el terrorismo yihadista. Telemadrid considera que la colaboración en el entorno de la Forta es imprescindible para competir tanto en el mercado de la ficción como en el de la publicidad.

Entre las novedades también han aparecido un programa de corazón (De todo corazón) y un reality, La báscula, sobre perder peso. Ambos han generado buenos datos de audiencia y ciertas críticas: “El del corazón es el que ha generado más polémica, pero no es una cuestión de formato sino de que se haga con respeto”, dice el representante de los trabajadores. “Defendemos que no se pierdan de vista cuáles tienen que ser los ejes de una televisión pública: que informe, forme, divierta y entretenga. Y que se respete a todo el mundo. En estos casos, el contenido es respetuoso y la audiencia lo apoya”, zanja.

La parrilla del segundo canal del ente, La Otra (1% de audiencia), está siendo reconfigurada para que sea un canal complementario, no una frecuencia de segundos pases de lo que se emite en Telemadrid. Y en Internet lo datos son más positivos. La cadena regional fue en septiembre la segunda autonómica más vista, por detrás de la catalana TV3, con 1.257.000 usuarios únicos (un 107% más que en agosto y un 459% más que en septiembre del 2017), según los datos de ComScore. El perfil de usuario de Telemadrid.es es mayoritariamente femenino y menor de 44 años. Los contenidos más vistos fueron los vídeos de Telenoticias, Madrid Directo, y Buenos Días Madrid, mientras que los programas completos de Madrileños por el mundo y Mi cámara y yo, fueron los que más tiempo de visión acapararon. "No queremos periodismo de declaraciones políticas hiladas una detrás de otra", aclara el director general de la cadena, "queremos contar lo que sucede en la Comunidad de Madrid con el suficiente grado de autonomía respecto de los poderes políticos".

Giro en los informativos

Para las televisiones públicas, los programas informativos son el escaparate en el que se refleja el grado de independencia y pluralidad. Acusados de actuar como correa de transmisión del Gobierno de turno, los noticieros de Telemadrid han sufrido censura y manipulación durante los Ejecutivos de Esperanza Aguirre e Ignacio González. Así lo han denunciado en múltiples ocasiones los trabajadores. El colectivo Salvemos Telemadrid ha reiterado que en esos años el ente regional vivió “la peor gestión financiera y de programación” de toda su historia.

Los informativos de Telemadrid recuperan ahora la credibilidad perdida y también la audiencia. En octubre, la primera edición del Telenoticias, de lunes a viernes, se ha situado en torno al 8,4% de cuota de pantalla (casi el doble de la audiencia media de la cadena), lo que supone una mejora de la media de la temporada pasada (7,4%). También la segunda edición, con el 5,7%, avanza casi un punto.

Telemadrid pasó su prueba de fuego informativa con la cobertura del caso Cifuentes, que acabó con la dimisión de la presidenta de la Comunidad el pasado abril después del rocambolesco episodio de su máster en la Universidad Rey Juan Carlos y del demoledor vídeo de un hurto en un supermercado ocurrido en 2011. El director general del canal asegura que el caso se trató “de manera neutral, demostrando el grado de autonomía de la cadena y también que las televisiones públicas no pueden estar al servicio de los poderes”.

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