Un perro del siglo I en Titulcia
El pueblo está edificado sobre un enclave romano y allí donde se excava aparecen restos arqueológicos
Los restos de un perro, que vivió probablemente en el siglo I d. C. en la ciudad romana que era entonces Titulcia, reposan en una mesa del centro de interpretación arqueológico del municipio a la espera de que los investigadores acaben sus pesquisas. El esqueleto del can, que apareció junto con cerámica hace un mes en las obras que se acometieron en la calle Grande del pueblo para arreglar una tubería, es el último hallazgo del importante yacimiento arqueológico de Titulcia.
Nada extraño, dado que el actual Titulcia (1.258 habitantes) está edificado encima de la ciudad romana de nombre homónimo. "Es un bomboncito y allí donde excavas aparecen restos", describió Carmen Valenciano, arqueóloga honorífica del pueblo del sur de Madrid, en la inauguración de la segunda fase del centro de interpretación. Al acto acudió el consejero de Cultura, Jaime de los Santos, que aseguró que las excavaciones van a continuar.
Bajo las viviendas del municipio se localiza un yacimiento que abarca desde la edad del Bronce hasta la actualidad, siendo las etapas carpetanas (prerromana) y romana las más destacables. Se han llevado a cabo numerosas intervenciones arqueológicas desde los años 70, que han cobrado fuerza en los últimos 12 años. En 2012 el enclave arqueológico fue declarado Bien de Interés Cultural debido a su riqueza y el municipio se considera como lugar de alto potencial histórico-arqueológico.
José Polo, arqueólogo compañero de Valenciano, sostiene que se trata de "una de las ciudades más importantes de la Hispania romana". De momento han estudiado el 10% del enclave y queda por determinar el perímetro de la antigua ciudad. "Tenemos localizadas las zonas industriales, la necrópolis y el santuario", explica. Pero todavía desconocen dónde se encuentran elementos principales como el foro o las termas.
Las excavaciones de la zona carpetana han sacado a la luz un enclave (oppidum) de grandes dimensiones (12 hectáreas), que cuenta con dos zonas, explican desde la Dirección General de Patrimonio. En la más elevada, conocida como El Cerrón, se estableció la acrópolis de asentamiento. Y, en la otra, una plataforma situada más abajo, se han documentado restos de estancias que pueden pertenecer a un centro productivo, con un horno, zonas de molienda de cereales, superficies de trabajo con herramientas y grandes contenedores y toneles. En la actualidad está tapado y no se puede visitar. Está abierto, sin embargo, el centro de interpretación, aunque antes de acudir es necesario llamar al Ayuntamiento.
Los carpetanos abandonaron de forma precipitada el lugar a mediados del siglo II a. C. dejando tras de sí numerosos vestigios. Entre las piezas encontradas, destaca una excepcional pátera —plato de poco fondo que se usaba en ceremonias y ritos religiosos—. Está decorada con la imagen de un animal fantástico con serpientes. En la Península Ibérica han aparecido cinco, pero la de Titulcia es la única localizada en un contexto arqueológico, lo que permitió datar la última vez que se utilizó en el siglo II a. C.
La alcaldesa, Fuencisla Molinero, pide a los particulares que tengan alguna pieza en casa “que la traigan”. Sabe de lo que habla. A ella le dejaron delante de su vivienda una urna funeraria, que ahora reposa para el disfrute de los visitantes en una vitrina del centro de interpretación. Allí está también el esqueleto de Fabricia Domitina de 33 años que se halló en la necrópolis con una placa en la que se lee: “Aquí reposa. Que la tierra te sea leve”.
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