La lista de espera para operarse baja un 10% en un año
Salud asegura que el plan de choque para mejorar la accesibilidad al sistema sanitario logra reducir los tiempos para una intervención, una prueba diagnóstica o una visita al especialista
Los 57 millones de euros adicionales que inyectó la Generalitat el año pasado para contener las listas de espera han surtido efecto. Aunque no se han logrado todos los objetivos propuestos —rebajar un 50% el tiempo de espera para consultas externas y para pruebas diagnósticas y reducir un 10% las personas que aguardan por una intervención—, el Departamento de Salud ha anunciado que, según sus cálculos, desde mayo de 2017 a abril de 2018, la lista de espera quirúrgica se ha reducido un 10,4% La cola para operarse aún asciende, no obstante, a 160.584 personas.
Aunque el plan de choque se activó en abril de 2017, tras la aprobación de los Presupuestos, Salud hace la rendición de cuentas a partir de mayo de 2017, porque los hospitales empezaron a aplicarlo "en tiempos distintos", matiza Cristina Nadal, directora del Área de atención sanitaria del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut). Así, desde esa fecha hasta abril de 2018, los días de espera para visitar al especialista se redujeron un 43,4% —de 152 días de media a 86— y las demoras para someterse a una prueba diagnóstica bajaron otro 40% —de 85 a 51 días de media—.
En cuanto a la lista de espera quirúrgica, el exconsejero de Salud, Toni Comín, explicó a principios de 2017 que las personas que aguardaban, a finales de 2016, para someterse a una operación ascendían a 164.828 y anunció que reduciría esa lista de espera un 10%. Salud ha revelado ahora que, cuando se inició verdaderamente el plan de choque, en abril de 2017, en realidad ya había 179.264 personas esperando para operarse (14.436 pacientes más que cuatro meses atrás). Esta ha sido la cifra que, finalmente, el Departamento ha tomado como partida para analizar los resultados del plan de choque: desde entonces, y con la nueva cifra sobre la mesa, los datos arrojan una reducción del 10% en el número de personas que aguardan por una intervención quirúrgica. "Cada año, marzo y abril son meses muy malos y suben las listas de espera porque venimos de toda la época de gripe de enero y febrero, donde se opera menos. Pero este año hemos apretado mucho en este trimestre. El plan de choque se terminaba en abril y, a medida que se acercaba el cierre, la gente se ha puesto las pilas", ha justificado Nadal.
La directora del Área Sanitaria del CatSalut también ha achacado buena parte de la contención de las listas de espera al cambio de paradigma que están viviendo los profesionales sobre la accesibilidad al sistema. "Creo que fuimos muy ambiciosos con el proyecto. El plan de choque, sin embargo, no tiene por qué tener tanto impacto como la estrategia conjunta, el cambio cultural, que hemos hecho y sí ha impactado en los resultados. Con el plan de choque, los profesionales se han dado cuenta de que nos importan las listas más allá de los números. Por ejemplo, para contratar el plan de choque, tenía que haber una persona de referencia de accesibilidad en cada centro, que gestionase las colas y los procedimientos, porque si no, no firmábamos el contrato", ha valorado Nadal.
Las clínicas privadas acumulan el 35% de las derivaciones
Durante la aplicación del plan de choque también se han reducido las derivaciones de pacientes desde su hospital de referencia a otros centros para someterse a una intervención quirúrgica. Este mecanismo, que se emplea para aligerar las listas de espera de un hospital cuando tiene números elevados y efectivos insuficientes para reconducirlos, fue utilizado casi 10.000 veces en el último año. Se recurrió a él, no obstante, un 30% menos que el mismo período del año anterior (entre mayo de 2016 y abril de 2017).
El 35% de las intervenciones derivadas terminaron en hospitales con afán de lucro que están dentro de la red sanitaria pública: el Hospital General de Cataluña recibió 112 pacientes procedentes de otros centros; la Clínica del Vallès, otros 957; el hospital Sagrat Cor asumió 1.675 enfermos de otros complejos sanitarios; y la Clínica Girona se hizo cargo de 813 personas.
Pese a los buenos resultados que ha cosechado el plan de choque, todavía hay unas 118.141 personas esperando, de media, 51 días para someterse a una prueba diagnóstica. Esta lista de espera ha aumentado en 13.000 personas durante 2018. "El número de pacientes es relativo mientras se estén cumpliendo los tiempos o incluso se mejoren", ha matizado Nadal. La espera ordinaria para una prueba médica no debería superar los tres meses.
En visitas al especialista es donde más ha bajado el tiempo medio de espera (86 días, cuando el máximo por normativa también son 90 días). Sin embargo, todavía quedan 427.821 personas en la cola. Aunque, en conjunto, todas las especialidades mejoran sus tiempos, alergología (con 189 días de espera media), urología (con 115 días de demora) y ginecología (122 días) son las áreas peor paradas, donde los datos apenas remontan.
"Volverán a subir"
Con el plan de choque terminado, los hospitales vuelven al punto de partida y Salud pondrá a prueba ese cambio de paradigma que aseguran haber calado en los profesionales para gestionar mejor las listas de espera. "Hay hospitales donde hay margen de mejora en los tiempos o en la productividad pero ahora tendremos que hacer el máximo con el dinero que tenemos", ha advertido Nadal.
La previsión de Salud es que, en los próximos meses, el nivel de actividad se rebajará ligeramente. "Se va a relajar un poco todo y volverán a subir los números. Los resultados van a empeorar un poco. Ahora será el momento de trabajar en la gestión, gestión y gestión", ha indicado la directora de Atención Sanitaria del CatSalut.
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