El mandato de Boi Ruiz deja 39.000 reclamaciones por las listas de espera
El hospital de Badalona y el Parc Taulí de Sabadell acumulan el 25% de todas las quejas
Las protestas de pacientes y entidades sociales por las agónicas listas de espera en Cataluña en estos últimos cuatro años han sido el azote del consejero de Salud, Boi Ruiz. En su primer año en el cargo (2011), el número de personas en lista de espera creció un 43% y alcanzó la cifra récord de 193.879 pacientes. Los usuarios, atados de pies y manos ante la falta de soluciones del Gobierno catalán, pasaron a la acción y optaron por montar mesas a las puertas de los hospitales para invitar a la gente a denunciar los retrasos. El Departamento de Salud acumuló, entre 2011 y 2014, 38.884 reclamaciones por “demoras excesivas” en las listas de espera para operarse y en el acceso a pruebas diagnósticas.
Los hospitales de la red pública (Siscat) registraron 8.695 quejas en 2011 por retrasos en las listas de espera para operarse y otras 1.566 para pruebas complementarias. En los dos años siguientes, las denuncias por demoras para intervenciones fueron reduciéndose (8.170 en 2012 y 7.076 en 2013) a la par que aumentaban las protestas por retrasos en pruebas diagnósticas (1.767 en 2012 y 2.142 en 2013). El año pasado, las protestas por las operaciones crecieron un 4% otra vez y las reclamaciones por las pruebas sumaron rondaron las 3.000. En conjunto, en los cuatro años registrados, el hospital municipal de Badalona y el Parc Taulí de Sabadell acumularon el 25% de todas las quejas.
Reclamaciones en centros del ICS entre 2011 y 2014
Arnau de Vilanova:
Entre los ocho hospitales del Instituto Catalán de la Salud (ICS), la mayor empresa pública de servicios de salud, las reclamaciones por retrasos en operaciones y pruebas diagnósticas suponen el 29% del total.
El hospital de Bellvitge, precisamente uno de los centros donde surgieron las protestas vecinales y las mesas informativas, es el centro del ICS que más quejas acumula (2.693). “Es satisfactorio atender a esta gente y ver que, después de reclamar, a la semana o a los 15 días, los llaman”, asegura Miguel Mansergas, portavoz de la Asociación de Vecinos de L'Hospitalet.
Miguel y otras decenas de compañeros de fatigas llevan casi cinco años apostando su mesa a las puertas de Bellvitge. Cada miércoles, unos cuantos vecinos y activistas de la sanidad pública, montan su parada para informar a los pacientes del hospital de sus derechos y recogen firmas contra el desmantelamiento de la sanidad. "Está claro que no solventamos las listas de espera, pero el que no llora no mama", apostilla.
Los tempos de acceso a la lista de espera, así como la normativa que lo acompaña, han cambiado significativamente en estos cuatro años con Boi Ruiz al mando. El consejero fulminó el tiempo de espera máximo garantizado por ley (seis meses) en 14 intervenciones y sólo mantuvo dentro del plazo de medio año a las operaciones de cataratas y prótesis de rodilla y de cadera. A cambio, prometió dar cita para el médico de familia en menos de 48 horas y operar los cánceres en 45 días. Todos los demás procedimientos quirúrgicos, incluidas las pruebas diagnósticas, pasaron a tener tiempos de referencia, que no de garantía, y variaría según el nivel de prioridad que establecían, “bajo criterio clínico”, los propios médicos. Asimismo, si bien es cierto que las lista de espera para operarse han mejorado (104.909 personas a junio de 2015), se consiguió, en gran medida, a base de derivar pacientes a otros centros de la red pública. Ruiz acabó 2014 cumpliendo casi por completo los plazos garantizados, pero a golpe de desviar 16.253 enfermos de su hospital de referencia a otros centros.
Con todo, los usuarios en espera para las pruebas diagnósticas siguen al alza y, en junio de 2015, eran 112.673 las personas que aguardaban una exploración de este tipo, un 13,36% más que en el mismo mes del año pasado. Las listas de espera han crecido para las resonancias magnéticas (26,11%), las colonoscopias (20,7%) y las mamografías (19,15%).
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