Illa anuncia un plan económico de 18.500 millones: “Que en España nadie tenga miedo de que Cataluña despliegue todo su potencial”
El ‘president’ se compromete a la “movilización de recursos más importante desde 2010″ para atrapar a Madrid y debilitar el ideario económico del independentismo
El president Salvador Illa sostiene que los años del procés actuaron como una sobredosis de bromuro para el dinamismo de la economía catalana. Para revertir la falta de brío, el Govern ha anunciado una inversión de 18.500 millones de euros en un paquete de medidas que tienen que desplegar 200 actuaciones identificadas como fundamentales para revitalizar servicios, infraestructuras, formación y competitividad. Illa pretende dejar atrás lo que recurrentemente ha identificado como “década perdida” para dar paso a un quinquenio vitamínico. El plan está pensado para desbaratar el mantra independentista que afirma que no puede existir una Cataluña próspera dentro de España y, además, subyace la voluntad de resituar a Cataluña a la misma altura que Madrid, que pasa por ser la comunidad con mayor peso en el PIB del país (19,6%), por delante de la aportación catalana: 18,81%. El president ha hecho alusión al déficit de infraestructuras que arrastra el territorio y a la necesidad de reajustar el modelo de financiación, pero se ha preocupado de dejar claro que el crecimiento catalán no tiene que ir en contra de nadie: “Que en España nadie tenga miedo de que Cataluña despliegue todo su potencial”, ha dicho, y ha repetido que su apuesta es la de la prosperidad compartida.
El acto de este viernes en Barcelona ha contado con la presencia de todos los consellers del Govern, y ha convocado a una granada representación de la sociedad civil y a personalidades del mundo empresarial. Dos nombres, vinculados a la actualidad, han acaparado miradas en el coqueto anfiteatro de la Escuela Industrial: Marc Murtra, recientemente nombrado presidente de Telefónica, y Josep Oliu, presidente del Banco Sabadell, en una de sus primeras apariciones públicas tras oficializarse el regreso de la sede social de la entidad bancaria a Cataluña.
Cuando se va a cumplir medio año desde su toma de posesión, el president ha defendido que su propuesta para que Cataluña lidere la economía española es “clara y explícita”. Y se ha atrevido a sacar el calendario: “En un horizonte de 10 años, pero si podemos en cinco, mejor”. Apelando a la necesidad de una “fiscalidad justa” ha lanzado un dardo a la estrategia de seducción empresarial que impone Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, y se ha dirigido también al independentismo, abriéndose a la posibilidad de “llegar a acuerdos” pese a la diferencia de posicionamientos políticos. Cargos de la dirección de Junts, como Albert Batet y Mònica Sales, y de ERC, caso de Josep Maria Jové, han asistido a la conferencia.
La ambiciosa propuesta del Govern llega tras arrojar la toalla en su intento por aprobar los Presupuestos catalanes para este 2025 y mientras está a la espera de que se concrete el diseño de un nuevo modelo de financiación para Cataluña. “La financiación y la inversión de la administración central condicionan el potencial de crecimiento de la economía catalana”, advierte el contenido del plan Catalunya Lidera. La patronal Foment del Treball denunció este jueves que hay 10 infraestructuras que considera básicas que son urgentes: juntas suman casi 6.000 millones de euros pendientes de ejecutar. Un esfuerzo que Foment cree que el Estado y la Generalitat deberían realizar incrementando en 1.500 millones de euros la inversión anual que dedican esos dos niveles de gobierno a las infraestructuras catalanas —actualmente se licitan unos 3.500 millones de euros anuales entre las administraciones locales, la central y la autonómica—.
La economía catalana ha crecido a un ritmo medio del 2,1% en los últimos 10 años, pero peca de “debilidades estructurales” como el avance de la productividad y el PIB por habitante. Un informe elaborado por la Generalitat detecta suspensos graves, como que la tasa de abandono escolar sea del 14,8%, por encima del 13,7% que fija la media española, o que el peso de las energías renovables sobre el consumo final apenas sea del 10,1% en Cataluña, mientras que en el resto de España es más del doble: 22,1%.
El plan Catalunya Lidera es una herramienta estratégica diseñada para consolidar a la región “como un actor destacado de la economía europea”, sostiene el documento desarrollado por el Govern. La hoja de ruta económica se estructura en cinco bloques estratégicos y parte de un diagnóstico decaído: “Cataluña ha experimentado un descenso de su liderazgo económico dentro del país”. Infraestructuras; modernización productiva; Conocimiento e innovación; Igualdad de oportunidades y un marco de seguridad jurídica son las cinco patas que tienen que impulsar el salto hacia adelante que busca propiciar Illa.
Cataluña cuenta con 8 millones de habitantes, el 16,5% de la población de España, y pese a tener una tasa de ocupación elevada (69,9%) se detectan evidencias de precariedad laboral: durante más de dos décadas, en el período que va del año 2000 al 2023, “el poder adquisitivo de las personas asalariadas se ha mantenido estancado, con fases de retroceso”. La inflación se ha comido el crecimiento que hayan podido recoger los sueldos. El Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat) refleja que la tasa de riesgo de pobreza en Cataluña es del 18%. El dato es 1,8 puntos superior a la media europea. La idea del Govern es que Cataluña “recupere el liderazgo económico y ocupe su espacio histórico natural”, esto es, ser un ejemplo dentro de España y un motor económico del sur de Europa.
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