El regreso del Sabadell reabre para miles de empresas el debate sobre la conveniencia de volver a Cataluña
El Govern de la Generalitat reivindica que se anda “por el buen camino” y Foment del Treball pronostica más retornos
El 5 de octubre de 2017 fue una jornada de mucho ajetreo para Josep Oliu. El Banco Sabadell oficializó aquel día el traslado de su sede a Alicante y el presidente de la entidad encadenó reuniones y llamadas telefónicas para atar cabos sueltos. Visitó a Carles Puigdemont en la Generalitat y le comunicó la mudanza del banco, en una conversación que pronto derivó hacia las complicaciones que se podían derivar del desafío independentista que se cocía en Cataluña. Un rato antes de su charla con el president, Oliu se había entrevistado con Oriol Junqueras, entonces vicepresidente y responsable de la consejería de Economía. Junqueras se contrarió por el anuncio y señaló a Oliu que abría un grifo que iba a propiciar una catarata de huidas. Se marcharon 3.700 empresas en nueve meses de agitación, según la Generalitat, y hasta 4.400, según los cálculos del Colegio de Registradores. Siete años después, solo un puñado de ellas han regresado. El viaje de vuelta que emprende el Banco Sabadell reactiva el debate sobre si a las compañías que se despidieron de Cataluña en 2017 para blindarse de los efectos del procés les conviene regresar a sus orígenes.
El Govern de la Generalitat tardó en reaccionar a la mudanza del Sabadell. La noticia se hizo pública el martes por la noche, cuando el president Salvador Illa se despedía de empresarios y autoridades en un acto de Pimec, la patronal catalana de la pequeña y mediana empresa. Illa no habló hasta el miércoles al mediodía. Lo hizo desde Madrid, en la feria Fitur, y subrayó que la mudanza del Sabadell es una muestra de “normalidad”. “Estamos contentos de que se haya producido, confirma que vamos por el buen camino”, abundó. “El buen camino es el camino del buen gobierno, de la estabilidad institucional y de la seguridad jurídica”, destacó.
Atribuir normalidad a la situación política e institucional que hay en Cataluña es una calificación que inflama a parte del independentismo. Carles Puigdemont denuncia que la normalidad es falsa y que solo responde a una estrategia de “propaganda” del PSOE y del PSC, que ningunean el hecho de que él aún no pueda regresar a Cataluña sin riesgo a ser detenido. También Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso, calificó este miércoles de “anecdótico” el regreso del banco a Cataluña y manifestó que a Illa “le conviene vender una supuesta normalidad”.
En 2017, el Sabadell fue el primero en tomar la puerta de salida y le siguió Caixabank. Luego, vino una desbandada: Agbar, Cementos Molins, Naturgy, Planeta, Hotusa, Abertis, Applus, eDreams, Codorníu, Idilia Foods o Indukern, entre otras. Además también se marcharon filiales de multinacionales como las aseguradoras Zurich y Allianz o el banco Mediolanum.
Ha habido regresos, el caso de Agbar en 2018 o el de Cementos Molins, que comunicó su vuelta a Cataluña el mes pasado, pero a las compañías les cuesta desandar el camino. “La salida de Cataluña fue gratis, hubo pocas críticas porque todo el mundo entendió aquello como un movimiento lógico. En cambio, ahora una operación contraria sí conlleva un riesgo de generar ruido”, manifiesta un exalto cargo de la consejería de Economía de la Generalitat.
En el equipo de la actual consejera de Economía, Alícia Romero, la información del regreso del Sabadell se custodió con total discreción hasta que se hizo pública. Desde que el PSC llegó a la Generalitat el verano pasado, se ha valorado que atar la vuelta de una empresa de notable proyección pública implica una inyección de credibilidad al relato de “normalidad” que trata de proyectar Illa. “Puedes poner las condiciones para dar imagen de estabilidad y de seguridad jurídica, pero presionar a una empresa para que regrese puede ser contraproducente. Una cosa es proyectar la idea que quien venga no va a tener sustos y otra es maniobrar para lograr un regreso. Te puede salir el tiro por la culata”, manifiesta una fuente del departamento que comanda Romero.
El presidente de la patronal Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, ha celebrado la decisión del Sabadell y ha avanzado que “en los próximos meses” otras empresas “relevantes” seguirán los mismos pasos.
De manera recurrente se ha pensado en que la todopoderosa La Caixa podría tener un gesto en este sentido, pero no ha habido ninguna concreción. Igual como pasó en el viaje de ida, el Sabadell ha tomado la iniciativa. Queda por ver quién se sube al tren.
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