Illa se compromete en el 50 aniversario de Pimec a abordar una reforma de la administración: “Iremos tan lejos como sea posible”
La patronal catalana de las pymes celebra su medio siglo y reúne a los expresidentes Pujol, Montilla, Mas, Torra y Aragonès, en un acto donde Puigdemont interviene desde una pantalla
La patronal catalana Pimec ha puesto el broche a los cincuenta años de su fundación con un acto en Barcelona, este lunes, que ha contado con una nutrida representación de autoridades y de personalidades del sector económico y empresarial. El presidente de la entidad, Antoni Cañete, ha estado acompañado del president Salvador Illa, y de los expresidentes Jordi Pujol, Artur Mas, José Montilla, Quim Torra y Pere Aragonès. Carles Puigdemont ha intervenido vía telemática. Illa ha anunciado que piensa abordar una reforma de la administración que sirva para aligerar la tramitación de los expedientes relacionados con proyectos que buscan crear prosperidad: “Iremos tan lejos como sea posible”, ha anunciado. La excesiva carga burocrática es una de las reiteradas protestas que manifiesta el sector empresarial. Illa ha querido mostrar complicidad con las reclamaciones de sus anfitriones pero ha advertido que “una sociedad sin normas no funciona”. En tiempos de debate acerca de como afrontar la sequía y el despliegue de energías alternativas en Cataluña, el president también ha hecho alusión a su interés por garantizar el desarrollo de las infraestructuras y de asegurar que las empresas no tengan que ver su actividad amenazada por la falta de “recursos necesarios”.
Antoni Cañete, presidente de Pimec, ha anunciado que la entidad convocará elecciones próximamente y que él piensa optar a la reelección. Aprovechando la cuantiosa representación de autoridades políticas -“este es un acto de país”, ha dicho Illa en su discurso- Cañete ha hecho una llamada a que se legisle para reducir la carga burocrática que soportan las empresas. “Gastamos 42 horas al mes en rellenar papeleo”, ha criticado. Lo ha hecho antes de celebrar la reducción de un 20% del impuesto de sociedades: “Es un elemento de justicia y le da resiliencia a las pequeñas y medianas empresas”, ha asegurado. Alerta de que no hay relajación posible: “Les pido a las autoridades que piensen como pueden ayudar a aquellos que crean puestos de trabajo y riqueza”, ha apostillado.
Pimec ha logrado reunir a los expresidentes de la Generalitat en activo: Jordi Pujol, José Montilla, Artur Mas, Quim Torra y Pere Aragonès. Carles Puigdemont ha seguido el acto desde Bélgica, donde reside a la espera de poder beneficiarse de la aplicación de la ley de amnistía. “Nuestro país no vive con normalidad y no me está permitido estar ahí con vosotros”, ha querido denunciar el exeurodiputado en un vídeo. Se ha echado de menos a Pasqual Maragall, que sufre una enfermedad degenerativa.
“Pimec ha tenido siempre una relación positiva con la Generalitat”, ha señalado Pujol. Por su parte, Montilla ha lanzado un ruego a los empresarios: “Ayudad a poner sensatez y moderación a la dinámica política de confrontación, que está llegando a unos niveles insoportables y no es bueno para los ciudadanos”. Mas ha alabado el papel de Pimec en el impulso de temas como la Formación Profesional o el acceso de las pequeñas empresas a la contratación con las administraciones públicas. Aragonès ha aprovechado para reivindicar el legado económico que dejó su Govern, con buenos datos de exportaciones y de empleo, y ha agradecido la implicación que tuvo la patronal de la mediana y pequeña empresa en el pacto nacional por la industria, que abrió la puerta a un paquete de 3.000 millones para la reindustrialización.
En el acto, además, se ha podido ver al presidente del Parlament de Catalunya, Josep Rull; al alcalde de Barcelona, Jaume Collboni; al delegado del Gobierno en Cataluña, Carlos Prieto; a la consejera de Economía, Alícia Romero, y al de Empresa, Miquel Sàmper.
La jornada de celebración de Pimec se ha producido en un momento de indecisión económica por el bloqueo presupuestario en el que vive atrapada Cataluña. Al asumir el mando del Govern de la Generalitat el verano pasado, Salvador Illa anunció su intención de tener las cuentas aprobadas antes de finales de 2024. Cumplido casi un mes del año nuevo, el acuerdo con ERC y con los comunes, sus socios de investidura, ha sido inviable. Llegar a un pacto que cuente con el apoyo de Junts per Catalunya es una opción sin recorrido, toda vez que el partido que preside Carles Puigdemont ha descartado prestar auxilio a los socialistas, lo mismo da que sea en el Congreso de los Diputados o en la Generalitat. Atrapado en un callejón sin salida, el PSC ha terminado claudicando ante la idea de tener que acudir al comodín de la prórroga. El año pasado, el entonces president Pere Aragonès tampoco pudo alcanzar la aprobación de los presupuestos catalanes y terminó por convocar elecciones anticipadas.
La luz roja afecta también al Ayuntamiento de Barcelona, donde Jaume Collboni ha manifestado que no ve otra alternativa que prorrogar las cuentas de 2024. El alcalde socialista anunció este lunes que se planta y no llevará su proyecto de presupuesto para 2025 a votación tal y como tenía previsto esta semana.
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