El código para los nuevos sistemas horarios

La reforma horaria continúa adelante en Cataluña pese a la intervención de la Generalitat por parte del Gobierno. El Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia anunció a principios de noviembre el Proyecto 1000/18, con el que recogerá hasta mediados de 2018 los resultados de la aplicación de la mejora en los horarios laborales entre 900 empresas y 100 entidades del tercer sector, como Càritas o Amics de la Gent Gran , que han aceptado añadirse al programa de asimilación de las jornadas horarias del resto de Europa. El objetivo es elaborar en 2018 el código de buenas prácticas de los nuevos sistemas horarios para ser presentados a sindicatos y patronales.

La reforma horaria, como el proceso de independencia, ha tenido un componente de ambición ilusionada que no correspondía con la realidad. En los inicios del proyecto, en 2014, encabezados por el diputado de Junts Pel Sí Fabian Mohedano y por el Consejo Asesor para la Reforma Horaria (CARH), la energía desbordaba con el objetivo de aplicar en 2017 una transformación radical en los hábitos sociales: avanzar las horas de entrada y salida del trabajo, de la jornada escolar y de las comidas —a la una del mediodía y a las ocho de la tarde—, mejorar la eficiencia de productividad por hora trabajada y crear bolsas de horas extra para la conciliación familiar. Finalmente la Generalitat decidió en julio que el proyecto requería más tiempo, hasta 2025, para ser aplicado con la colaboración de los agentes sociales. Pimec, Fepime y Fomento del Trabajo son las tres patronales que han cooperado, mediando en la intervención de 900 de sus asociados.

La primera piedra normativa de la reforma horaria entró en vigor el 1 de octubre, con la nueva Ley de Comercio, que establece que los comercios y ferias han de cerrar puertas a las nueve de la noche en invierno y a las diez en verano, con un máximo de 75 horas de apertura semanal. Estos horarios quedan lejos de los ideales planteados por el CARH, que recomendaban entre las siete y las ocho de la tarde el horario idóneo de cierre de compras. Esta regla, sin embargo, puede tener los días contados porque el Gobierno la quiere recurrir ante el Tribunal Constitucional. La ley estatal de horarios comerciales fija el máximo semanal de apertura en 90 horas.

La Generalitat se ha dado de tiempo hasta mediados de 2018 para recabar un millar de informes de las sociedades colaboradoras. De momento solo ha recibido una veintena. A partir de estos documentos, elaborará un programa unitario de trabajo con agentes sociales y actores de la administración pública. El documento de cada entidad está basado en un formulario de diez preguntas. Estas preguntas piden a la dirección cuáles son los procedimientos internos para informar a los empleados sobre qué métodos de formación horaria aplican. Interrogan, por ejemplo, sobre la flexibilidad horaria y las bolsas de horas.