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Carmena quiere comprar el Parque Móvil para levantar pisos y equipamientos

El solar pertenece a Patrimonio del Estado, tiene 27.000 m2 y ya intentó venderse en 2013

Elena G. Sevillano
Vista del Parque Móvil del Estado desde la fachada de Cea Bermúdez.
Vista del Parque Móvil del Estado desde la fachada de Cea Bermúdez. Carlos Rosillo

El Ayuntamiento de Madrid quiere comprar el solar del Parque Móvil del Estado, una enorme parcela que ocupa prácticamente dos manzanas del céntrico distrito de Chamberí. Así se lo acaba de hacer saber por carta a su propietario, Patrimonio del Estado, que ya intentó en 2013 venderlo a un promotor privado para construir viviendas de lujo en una parte del solar. Ahora el Gobierno de Manuela Carmena propone comprar los terrenos para construir vivienda protegida y equipamientos. Sería una de las operaciones inmobiliarias más importantes en el centro de la ciudad.

El complejo del Parque Móvil del Estado, donde se aparcan y reparan los coches oficiales que usan los altos cargos, lleva años en el punto de mira del sector inmobiliario. Con casi 27.000 metros cuadrados de superficie —más o menos como el Santiago Bernabeu— y en pleno centro de Madrid, sería un caramelo para cualquier promotor que levantara nuevos edificios residenciales en uno de los barrios más compactos y con menos metros cuadrados libres de la ciudad. El delegado de Economía y Hacienda, Carlos Sánchez Mato, le acaba de comunicar al Ministerio de Hacienda que el Ayuntamiento está “muy interesado” en asumir la gestión completa de la parcela, según ha sabido EL PAÍS.

El Consistorio quiere negociar la compra de todos los terrenos, en los que según el planeamiento actual hay 27.300 metros cuadrados de edificabilidad residencial. El plan del equipo de Carmena pasa por mantener y rehabilitar el edificio principal, el de la fachada a la calle Cea Bermúdez, que se emplearía para servicios de la Administración. En el resto de la parcela se construirían viviendas, otro equipamiento de unos 2.000 metros cuadrados, zonas verdes (5.720 metros) y vías públicas (4.590 metros). El Plan General de la ciudad prevé en la zona un nuevo espacio verde y un equipamiento público, ambos muy necesarios en un distrito con grandes carencias (no tiene biblioteca municipal, ni escuela de música; hay una sola escuela infantil y un único centro cultural y la única instalación deportiva es un polideportivo de gestión indirecta).

El plan de compra se acaba de poner en marcha, así que aún no se baraja ninguna cantidad. Según fuentes municipales, habría que tasarlo antes de poner un precio sobre la mesa. El valor catastral es de 62 millones de euros. Hace cuatro años, cuando Hacienda intentó interesar a algún promotor privado, se habló de 300 millones de euros.

Imagen de la rampa y la bóveda del Parque Móvil.
Imagen de la rampa y la bóveda del Parque Móvil.

El objetivo del Gobierno cuando sacó a la venta el Parque Móvil en 2013 era reubicar las instalaciones en San Blas y conseguir en Chamberí un nuevo edificio de oficinas a coste cero. La idea consistía en vender una parte de los terrenos para que el promotor privado construyera cerca de 300 viviendas de lujo y que, a cambio, le edificara el complejo administrativo. Según fuentes de Hacienda, el plan no prosperó, en parte, porque el Ayuntamiento obligaba a conservar dos elementos arquitectónicos protegidos del edificio principal. Según un informe reciente sobre remanente de edificabilidad en la ciudad, en la parcela del parque móvil podrían construirse 273 viviendas. En la carta a Hacienda, el Ayuntamiento recuerda que si lo compra él, se materializaría “de forma inmediata” lo que establece el actual Plan General, lo que agilizaría la gestión y evitaría tener que tramitar un convenio.

El Parque Móvil del Estado, construido en varias fases entre los años cuarenta y cincuenta, es una de las joyas menos conocidas del patrimonio industrial de la ciudad. Tras la austera fachada, que da a Cea Bermúdez, se esconden varios elementos que cuentan con protección de nivel 3. Una de las pocas ocasiones en las que el público pudo visitarlo fue en 2015, cuando se organizó una exposición con motivo del 80 aniversario de su creación. El recinto, que combinaba parte residencial, administrativa, taller y garaje, se concibió como un pueblo autosuficiente, con instalaciones deportivas, escolares, comerciales y religiosas. Había hasta piscina y cine.

Uno de los elementos protegidos, que no podría derribarse durante la rehabilitación del inmueble, son las rampas helicoidales del garaje, una para que subieran los coches y otra para que bajaran, muy similares, aunque a otra escala, a las del famoso Lingotto, la histórica fábrica de Fiat en Turín. La bóveda por la que entra luz natural a este espacio también está protegida y debe restaurarse. No así el taller, una gran nave de una sola planta, con un tejado en forma de dientes de sierra para que entrara la luz, un diseño típico de la arquitectura industrial de la época. El taller y el garaje son obra del arquitecto Ambrosio Arroyo.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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