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Historias no resueltas

Angela Davis habla en días de alto voltaje político sobre el pasado que vuelve. Se revela con ella la negritud catalana, los afrocatalanes

Mercè Ibarz
Angela Davis en Barcelona.
Angela Davis en Barcelona.JOAN SÁNCHEZ

Angela Davis es para muchos un icono de la revolución negra y radical que persiste en la nostalgia histórica de quienes eran jóvenes izquierdosos en los sesenta y setenta, hace medio siglo largo. Ella misma debe verse así en algunos momentos en ojos ajenos e incluso en los propios, una imagen en un póster. Puede que sí, sin duda. Pero la vida sigue y lo cierto es que su público actual, que conoce sus libros y sus ideas, es joven, bastante joven y bastante ardiente. Este lunes en Barcelona, en la rueda de prensa y en la abarrotada y muy retransmitida conferencia en el CCCB, era interesante constatarlo. Al mediodía, periodistas y blogueros de distintos medios, impresos y digitales, habían acudido y la hicieron hablar más de los cuarenta y cinco minutos anunciados por la autora, de setenta y tres años. Por la tarde el acto se alargó también, atendiendo al público. Se le preguntó por la cuestión catalana en las dos ocasiones. Y por la tarde se reveló allí la negritud catalana, los afrocatalanes, que en lengua catalana hablaron, dos mujeres.

La Davis había llegado a la ciudad en una semana de alto voltaje político y eso le interesa mucho, no es mujer que no atienda a estos asuntos. Ha visto las imágenes de las cargas policiales contra los votantes del 1 de octubre y desde el primer momento barcelonés se ha interesado por la situación concreta, por esta posibilidad de independencia catalana. Se manifiesta a favor del derecho de autodeterminación, como también hizo la actriz y como ella activista Susan Sarandon en Sitges. Son ideas que forman parte de la conciencia norteamericana de izquierdas, y la Davis sigue siendo una revolucionaria negra, o una negra revolucionaria, como prefieran. Sus declaraciones en este sentido son previsibles. Sea cual sea el resultado catalán, afirma, “espero que mire hacia adelante. Todos tenemos derecho a guiar nuestro destino”. Lo interesante de su discurso es una idea paralela, lo que llama “historias no resueltas”.

Si España ha sido muy importante en su vida y trayectoria, desde las Brigadas Internacionales y toda la épica correspondiente, que continuó con el antifranquismo que traspasaba fronteras, las porras policiales contra los votantes del 1-O fueron la imagen del retorno del pasado. Historias no resueltas: “el pasado que vuelve a sacar su cabeza espantosa”. Por la mañana se había quedado perpleja cuando un periodista negro le habló del Día de la Hispanidad español, una fiesta que en Estados Unidos ya no es llamada solo el Columbus Day (El día de Colón) sino que para muchos es el Día de los Pueblos Indígenas: “Sí que tienen ustedes trabajo por hacer. Y será bueno hacerlo, será bueno transformar esta celebración y aprovechar la ocasión para reflexionar sobre el pasado”. Las historias no resueltas son la oportunidad de replantear lo colectivo, porque se resuelven muy lentamente y dejan huellas profundas que no se ven si no se dicen y se debaten. Ante sus jóvenes oyentes de la tarde fue directa: “¿Os habéis planteado los efectos duraderos del legado del franquismo?”.

Davis ha elaborado a conciencia la función de lo no resuelto en la negritud y su historia. Forma parte de los intelectuales y estudiosos negros que han analizado la relación entre la esclavitud y el capitalismo, en la economía y su evolución. Y cómo la esclavitud y la violencia se mantienen en los trabajos y la vida cotidiana de los negros en los EUA, pero también en Europa. Cuando Obama llegó a la presidencia se pensó que el país llegaba a “una época post-racial… Ya. Cuando en realidad lo que ha sucedido es que el racismo ha vuelto con mayor fuerza”. Las historias sin resolver regresan, y su resolución no es cosa de cuatro días. Así con los refugiados, con tantas mujeres, con los que son distintos de raza y de género. En cada momento que logramos interrogar a la Historia y hacerla hablar desde la igualdad, vino a decir la Davis este lunes, damos un paso noble hacia un futuro más amplio para más personas.

Hacía tiempo que no oía hablar tan en concreto, en detalle y lejos de ambigüedades de “progreso” y de “esperanza”. Son palabras que resuenan de manera extraña, son difíciles. Historias sin resolver. En Valencia, aquel mismo día, pintaban bastos de extrema derecha como hacía tiempo que no se veía en el Dia del País Valencià y la policía, ni mú. Muchas historias no resueltas tenemos entre manos. Escribo este artículo este martes 10 de octubre por la mañana.

Mercè Ibarz es escritora y profesora de la UPF.

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