Los vecinos de Centro exigen cerrar 250 pisos turísticos “ilegales”
La asociación vecinal de Las Letras estima que el 90% de los edificios del barrio tiene al menos una vivienda para este tipo de alquileres
La Asociación Vecinal Sol y Barrio de Las Letras denunciará hoy en el registro del Ayuntamiento de Madrid la existencia de unos 250 pisos turísticos sin licencia, por lo que piden su clausura inmediata. “Se ha transformado su uso en terciario de manera ilegal”, dice Víctor Rey, presidente del colectivo. José Manuel Calvo, concejal de Urbanismo, responde que se harán las “inspecciones necesarias” para comprobar estas denuncias. La Comunidad estudiará reunirse con los vecinos.
Las cifras que maneja la entidad vecinal son alarmantes: según sus datos, el 90% de los edificios del barrio de Las Letras —que acoge algo menos de 10.000 habitantes— tienen al menos un piso dedicado a la actividad turística. “Es una auténtica locura, en esta zona tenemos el porcentaje de más alto de España, superamos incluso a Barcelona”, señala Víctor Rey, presidente de la asociación de vecinos de Centro.
Este fenómeno conlleva aumentos de los alquileres como los de la capital catalana: “Ayer, una vecina de la calle de Amor de Dios nos dijo que le vence el contrato y no se lo renuevan porque lo van a poner en Airbnb [una plataforma de alquiler turístico]; hoy, otra nos dice que un piso de la calle de Santa María han pasado de alquilarlo por 1.200 euros a 2.000 euros”, dice Rey.
Además, el auge turístico supone “enfrentamientos, amenazas a los vecinos, la inseguridad que provoca encontrarse con muchísimos desconocidos en el portal...”, continúa Rey. Uno de los casos más paradigmáticos es el del inmueble situado en el número 15 de la calle del Príncipe, donde conviven cinco vecinos y 42 pisos turísticos. Lo explica Luis García Fernández, vecino del bloque y vicepresidente de la asociación vecinal: “Ahora mismo es como vivir encima de un hotel, hay una constante ocupación de los espacios comunes, gente que orina en el portal, ruidos que no paran y problemas de inseguridad. Hay más robos, porque las llaves del portal se están multiplicando”. En este sentido, añade: “Una vecina del barrio me contó que le han entrado a robar dos veces en los últimos meses, justo después de poner un piso al lado que se alquila en Airbnb”.
Los vecinos no quieren quedarse de brazos cruzados y van a iniciar una batalla legal para que su barrio siga siendo habitable. Por ello, la Asociación Vecinal Sol y Barrio de Las Letras va a presentar hoy en el registro del Ayuntamiento de Madrid una denuncia sobre unas 250 viviendas de Centro que se dedican por completo al uso turístico sin tener licencia para ello. Exigen al Área de Desarrollo Urbano Sostenible, la responsable en esta materia, que inspeccione las viviendas y las clausure de manera inmediata hasta que cumplan la legalidad.
Los pisos están repartidos en ocho edificios y en otros siete apartamentos dispersos, todos ellos situados en el distrito Centro, en calles como Carretas, Huertas, Ventura de la Vega, Costanilla de los Desamparados y Núñez de Arce. En opinión de los vecinos, incumplen la normativa de dedicar un 50% de la superficie del inmueble para uso residencial. “Es un primer bloque de denuncias, estas 250 viviendas son más o menos el 25% de los alojamientos irregulares detectados en el barrio. Luego vamos a denunciar muchos más”, adelanta Rey.
“Actuar con contundencia”
El concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, responde: “En cuanto recibamos los escritos, vamos a tramitar las denuncias y haremos las inspecciones necesarias y, si procede, iniciaremos un proceso sancionador ante una actividad supuestamente ilegal”. El edil es partidario de “aplicar la disciplina” en esta materia: “Es necesario que los vecinos denuncien las prácticas que consideren abusivas y nosotros tenemos que actuar con contundencia desde la Administración, siempre con las garantías que da la ley, así lo estamos haciendo y así vamos a hacer en el futuro”.
En cuanto a otras actuaciones, Calvo explica que el Ayuntamiento está negociando con las plataformas de alquiler turístico para firmar un convenio mediante el cual se comprometan a establecer un máximo de días que los pisos se puedan alquilar al año, que se garantice que es el residente habitual de la vivienda el que la alquile —no alguien que posea muchas viviendas—, y que las páginas web hagan una aportación al Consistorio para que se destine a labores como limpieza, seguridad o inspecciones de este tipo de viviendas, como se ha hecho en Ámsterdam. “Así se restringiría la vivienda turística a la economía colaborativa y no a los fondos de inversión”, dice. “Además, exigimos a la Comunidad de Madrid que regule este tema con seriedad, porque la propuesta inicial que han hecho hasta ahora no es realista”.
Precisamente la asociación vecinal solicitará una reunión con la Comunidad de Madrid para tratar la problemática específica de su barrio, que posee la presión turística más alta de la capital. Una portavoz del Gobierno regional responde que, cuando la petición oficial se registre, la estudiarán, y que también valoran reunirse con los vecinos. Mientras, recuerda que la Comunidad dispone de un servicio de inspectores que revisan que se cumpla la legislación.
“La Administración no nos está protegiendo”
Uno de los casos que mejor ilustra esta problemática es el edificio del número 15 de la calle del Príncipe, donde cinco vecinos conviven con 42 pisos turísticos. “Para quienes vivimos aquí, la situación es delirante. Tenemos muchísimos problemas de convivencia y la Administración no nos está protegiendo”, cuenta Luis García Fernández, que vive en el inmueble.
Su caso apareció en EL PAÍS el 10 de abril y, unos días después, el Ayuntamiento ordenó el cese de la actividad de los pisos turísticos por no cumplir con la normativa de seguridad. Sin embargo, el Consistorio consideró en junio que ya se habían subsanado las deficiencias. García Fernández ha vuelto a denunciar la situación ante el Ayuntamiento.
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