La sombra de Trump se cuela en Cibeles
El presidente de EE UU copa los discursos de Raúl Padilla y Manuela Carmena en la presentación de Madrid como ciudad invitada a la Feria del Libro de Guadalajara
Entre Madrid y Guadalajara (España) hay apenas 60 kilómetros o media hora de viaje por una autovía atestada de coches transportando diariamente almas exhaustas de casa al tajo y del tajo a casa. Pero entre Madrid y Guadalajara (México) hay 9.000 kilómetros y un océano que solo se puede vadear, teóricamente, tras horas, o días, de tránsito mental y físico. Teóricamente, porque en noviembre esa distancia será cubierta en la práctica por las letras, las palabras y el arte. Madrid es la ciudad invitada en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), la más importante de las letras en español, y anoche la alcaldesa Manuela Carmena celebró en el Palacio de Cibeles ese "hito" como si le hubiera tocado ser sede olímpica. Solo la ominosa sombra del presidente Donald Trump, que a esas horas escenificaba su desprecio a México, empañó un tanto la genuina alegría de anfitriones e invitados a esa próxima fiesta.
Ni el tequila a pelo ni los nachos con guacamole que se sirvieron a discreción en el cóctel posterior a la presentación del acto fueron suficientes para atenuar el enojo de Raúl Padilla, presidente de la FIL, con los últimos acontecimientos. "Los mexicanos estamos indignados. Justo en las vísperas de la reunión de los dos presidentes, Trump anuncia oficialmente la construcción del muro. Una ofensa y una provocación intolerable. Por eso, eventos como el nuestro tienen aún más sentido. En tiempos en los que hay quien quiere volver a la autarquía y la exclusión, las palabras y los libros son el mejor modo de tender puentes entre las personas, los países y los pueblos".
Cerca, cercada valga la redundancia por las habituales multitudes de fans que le requieren —o le roban— un selfi a la vez que aprovechan para contarle su vida en verso, Manuela Carmena se mostraba "escandalizada" con la escalada "infame" de Trump. Preguntada sobre qué tipo de lecturas le supone al presidente norteamericano, la alcaldesa no escurrió precisamente el bulto. "Primero habría que saber si lee. Y si lee, qué lee. Estoy por apostar a que no. Si Trump leyera libros no diría lo que dice ni haría lo que hace".
Carmena era, o parecía, la más contenta de la concurrencia —escritores, editores y libreros— al acto. La ocasión lo merece. La de Guadalajara es la segunda feria más importante del mundo, después de la de Fráncfort. Todo el quién es quién de las letras en español se da cita en este escaparate que visitan 800.000 personas al que acuden 2.000 editoriales y en el que se presentan más de 600 libros. Es la segunda vez en los 30 años de historia de la FIL en que una ciudad, y no un país, o una comunidad autónoma, es invitada de honor, después de que lo fuera Los Ángeles, en 2009. José María Guelbenzu, inminente comisario de la presencia de Madrid en la FIL, piensa ya en la lista de invitados a tan magno evento: "Escritores que hayan nacido en Madrid, que escriban sobre Madrid, que vivan en Madrid o que sientan Madrid, que es, en definitiva, lo que es ser madrileño".
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