La Sala Beckett se zambulle en el Mediterráneo y su crisis

A Fernand Braudel le habría entusiasmado la propuesta: una zambullida histórica, mítica, artística, social y política en el Mediterráneo, ese mar de mares que el historiador de la escuela de los Annales mostró como un espacio complejo y cambiante en el que desde hace siglos la gente viaja, pesca, comercia, intercambia ideas, sueños y esperanzas, libra guerras y se ahoga. Con una Odisea escénica (Odisseus, de la compañía Teatre Tot Terreny), que es toda una declaración de principios a la vista de los dramas marinos que vemos todos los días, arranca el viernes en la nueva Sala Beckett del Poble Nou el ciclo Mar de Miralls(hasta el 5 de febrero), que incluye cinco espectáculos, una exposición fotográfica sobre la emigración en el Mediterráneo, diversas charlas, talleres y un encuentro entre dramaturgos y refugiados y emigrantes.

El ciclo, que presenta propuestas tan variadas como un montaje sobre el drama de los emigrantes subsaharianos que malviven esperando para saltar la valla de Melilla, y otro sobre la dificultad de vivir a caballo entre dos culturas como la amaziga (bereber) y la catalana, se organiza en colaboración con el Institut Europeu de la Mediterrània (IEMed), cuenta con el colectivo RUIDO Photo y da apoyo a la campaña Casa nostra, casa vostra.

"Hay que preguntarse qué es Ítaca, el lugar de llegada y de acogida, sin duda, pero quizá también la independencia o que nos dejen votar", afirma el director de 'Odisseus'.

“Con esta propuesta sobre los flujos de emigración en el Mediterráneo”, señala Toni Casares, director de la sala, “intentamos comenzar a hacer realidad algo que esta en la declaración de intenciones de la nueva Beckett que es organizar ciclos temáticos a partir de detectar inquietudes y temas de debate en la sociedad. Queremos aproximarnos a esas cuestiones no con el modelo clásico de espectáculo y actividad complementaria sino con una propuesta realmente integrada de reflexión”. Casares, que destaca que han elegido partenaires rigurosos como el IEMed, recalca que Mar de Miralls huye de la imagen de un cierto Mediterráneo tópico, alegre y sureño, y ofrece la cara menos amable de esa zona geográfica, “lejos, para entendernos, de las canciones de Serrat”. El punto de partida, subraya, es que el Mediterráneo “no es solo punto de encuentro sino de conflicto”.

Odisseus, con 17 actores y 5 músicos, es una buena forma de empezar no solo por lo pertinente que resulta para el ciclo, con tantos refugiados y emigrantes afrontando los peligros del mar como lo hizo el héroe homérico, sino porque el espectáculo “da voz a gente muy joven”. Odisseus lo dirige Quimet Pla, cofundador de Comediants, al frente de una compañía jovencísima. “Se juntan la experiencia y veteranía de Quimet con la energía de los actores; y el montaje que ofrecen, a partir de la Odisea de Homero, resulta muy sui generis, potente y vigorizante”, apunta Casares. El espectáculo, dice, lleva la marca de Comediants: teatro de objetos, mucho movimiento, música en directo, baile, expresión corporal...

“Intentamos hacer la Odisea completa, pero por razones de presupuesto nos saltamos algunos episodios como el de la entrada al infierno y también dejamos de lado otros que quedarían aburridos como el de los lotófagos”, explica el juglar Quimet Pla. “Pero lo esencial está, el Mediterráneo, el barco, Circe, Calipso y tal”. Al preguntarle si el hará de Polifemo, por la edad, ríe con ganas: “No, no actúo, eso lo dejo en manos de esta gente tan marchosa”. Las aventuras de Ulises se escenifican con el apoyo de técnicas circenses, danza y música. Para Pla, las relaciones de la Odiosea con la crisis de refugiados son muchas. Y va más allá: "Hay que preguntarse qué es Ítaca, el lugar de llegada y de acogida, sin duda, pero quizá también la independencia  o que nos dejen votar".

Casares destaca del ciclo también a la compañía Obskené (residente en la Beckett) que presenta De carenes al cel a partir del 18 de enero hasta el 5 de febrero. El título designa el navegar con la obra viva por arriba. El espectáculo, dirigido por Judith Pujol, trata sobre la relación con el Mediterráneo desde la creación pluridisciplinar: texto, proyecciones y música en directo.

Otros tres espectáculos se podrán ver en viernes y sábados durante tres semanas consecutivas: El rey del Gurugú (20 y 21 de enero), Nador (27 y 28 de enero) y Sous la Plage (3 y 4 de febrero). El primero muestra el drama de la emigración a través de los ojos de un perro, Marley, adoptado como perro guardián del campamento en la montaña de tránsito del Gurugú, que domina Melilla, por Abdul, un subsahariano que trata de saltar la valla para entrar en Europa. Nador, de CorCia Teatre, basada en la obra literaria de Laila Karrouch, catalana de origen amazic, aborda las diferentes maneras de ver el amor, la lealtad, la feminidad y la sexualidad. En cuanto a Sous la Plage, de Marc Villanueva y Gerard Valverde, es un monólogo interpretado por el periodista refugiado sirio-palestino Mohammad Bitari y elaborado a partir de sus experiencias personales.

En conjunto, una excelente propuesta para descubrir, si aún no lo han hecho, la nueva Sala Beckett.