El padre de Nadia viajó a Francia al saberse investigado
Fernando Blanco estuvo muy cerca de eludir la acción de la justicia
Fernando Blanco, el padre de la niña Nadia Nerea, estuvo muy cerca de eludir la acción de la justicia. El pasado martes, un día después de que un juez de La Seu D’Urgell (Lleida) abriera una investigación contra él por presunta estafa, el hombre se desplazó a Francia. Los Mossos d’Esquadra lo supieron porque para entonces ya habían intervenido sus teléfonos móviles por orden del juez. Así lograron anticiparse a sus planes de huida, según revela el auto que ordena el ingreso en prisión de Blanco, entre otras razones, por un evidente riesgo de fuga.
Los acontecimientos se han sucedido esta semana con rapidez. Tras las revelaciones periodísticas que pusieron en entredicho la versión de Blanco sobre los supuestos tratamientos médicos para Nadia, y ante las sospechas de que hubiese destinado el dinero de las donaciones a otros fines, un juez abrió diligencias el lunes. Y reclamó a los padres la información médica de Nadia. No hubo respuesta.
Desde ese día, según el auto, Blanco se esforzó en “no ser localizado” pese a que había anunciado que daría explicaciones públicas. Utilizó “hasta tres números diferentes de móvil de diferentes países”. Llamó a distintas personas a través del servicio de llamadas de WhatsApp (y no con la línea convencional). Y realizó “maniobras evasivas para no ser seguido”. Los Mossos empezaron a temer lo peor. Y activaron un control policial para evitar que se fugara.
Organizar la huida
Lo intentó. Según la policía catalana, el miércoles Blanco “huyó de un control policial” en la comarca de la Cerdanya, limítrofe con Francia. El juez va más allá y cree que trató de organizar, con su mujer, “la huida de la familia”. Ese gesto precipitó las cosas: el miércoles, Blanco fue detenido junto a su mujer y el juez ordenó registrar la vivienda familiar, en Fígols. En el vehículo del hombre los Mossos hallaron un arma de fogueo. Según su abogado, la llevaba porque se sentía amenazado en las redes sociales. Pero el juez cree que la pistola simulada tenía como objetivo “asegurar la huida”.
La investigación solo ha acreditado por ahora la cantidad recaudada por los padres de Nadia a través de cuentas bancarias: 918.000 euros desde 2008. Dos terceras partes de ese dinero ya no existen. Lo que se ignora es cuánto lograron reunir en metálico. Blanco convirtió la causa de su hija en una máquina de recaudar con epicentro en Organyà (Lleida). Allí organizaba tómbolas, montaba torneos benéficos, vendía lotería y repartía huchas en los comercios.
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